Granada

Los beneficios del agua

  • La Unidad de Rehabilitación Infantil del Virgen de las Nieves aplica la hidroterapia dentro de un amplio programa terapéutico

El agua es un agente terapéutico importante. Ayuda a la recuperación y rehabilitación de personas con distintos trastornos o patologías a través de la hidroterapia. Y en niños es fundamental. La experiencia es todo un éxito en la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Virgen de las Nieves, donde da buenos resultados en menores con algún tipo de alteración del desarrollo. En las instalaciones de Traumatología disponen de una piscina que utilizan más de cuarenta niños, en los que los beneficios se notan desde la primera sesión.

"Sirve para toda la patología infantil que produce alteraciones en el desarrollo. El trabajo en el agua es el complemento de otras técnicas de rehabilitación como logopedia o fisioterapia", explica la responsable de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Virgen de las Nieves, María Dolores Sánchez.

Para impartir este programa trabajan codo con codo fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas.

Desde el pasado verano la piscina se utiliza de forma rutinaria en la unidad. Aunque ya hubo una experiencia hace dos años, es ahora cuando está a pleno rendimiento.

"El estímulo físico en el agua es muy gratificante para los niños y los padres, que los acompañan en las sesiones. De hecho, es más efectiva que otras terapias y ayuda a conseguir motricidad, un desarrollo motor normal y a fomentar la relación padres-hijos. Es muy bueno porque permite mayor movilidad al niño ya que moverse en el agua es más fácil", asegura la experta.

Los niños que están en el programa se integran desde pequeños hasta los tres o cuatro años. Y en ese tiempo las sesiones de hidroterapia, fisioterapia y logopedia son constantes en función de sus necesidades. Porque se consigue una terapia personalizada.

Aunque hasta que no tienen siete meses de vida o pesan más de seis kilos no entran en la piscina.

"Por nosotros estarían siempre pero no se puede. Lo bueno es que los padres aprenden las técnicas y pueden después seguir practicándolas en casa o en otras piscinas".

En contacto directo con los niños en la piscina hay tres fisioterapeutas. Una de ellas es Esther Ayats, que junto a Julio de la Torre y Alicia Germani trabajan día a día con los menores y sus familias. Porque no sólo van padres, sino también abuelos, tíos y hasta amigos para que los niños no pierdan sesiones.

"Lo primero que hacemos es ayudar a los padres a no tener miedo a entrar en el agua con ellos. Una vez superado este paso, todo es trabajar con los niños", explica Ayats.

El aspecto más importante del agua es que quita gran parte de la fuerza de la gravedad y por tanto los niños tienen más libertad de movimiento. "Niños con tono muscular alto que les bloquea el movimiento tienen más ventajas y los que tienen tono muscular bajo están más libres", apunta.

Lo que se consigue es facilitar el movimiento y el estímulo psicomotor. "El mismo día ya se notan beneficios. Están más tranquilos y relajados. Niños que en colchonetas no se mueven en el agua patalean y tienen mucha más movilidad".

A Ayats le encanta su trabajo. "Me gusta la relación con los niños porque ves que es positivo para ellos y también para la familia, con la que colaboras para que cuando salgan de aquí sigan con los estímulos y terapias. Es muy gratificante". Y entrando en la sala de la piscina no hay duda en ningún momento de eso.

En la planta baja de Traumatología, tras una puerta blanca se abre un amplio espacio con una gran piscina climatizada. Alrededor, bañeras y duchas para completar la oferta de la hidroterapia. La humedad al entrar es muy alta, pero se olvida al ver a los padres con los niños disfrutando en el agua. Al final, se fraguan amistades que sirven también a los padres para eliminar parte de la tensión que supone aceptar las patologías que tienen sus hijos.

Recién salido de la piscina, Francisco Javier Hermoso relata su experiencia en hidroterapia. Va por su hija, de 20 meses, que tiene el pie equinovaro (girado hacia adentro). "Ya está operada y los médicos nos dijeron que la piscina le viene muy bien para fortalecer y corregir", comenta. Él es el que se dedica a llevar a la niña a la piscina. "Estoy volcado con ella. Ha coincidido que no tenía trabajo pero si lo hubiera tenido hubiera tenido que dejarlo para poder venir ya que siempre que hay hueco acudimos. Además, esto es una cosa que dura años porque es mejor para ella", asegura.

En la misma sesión (hay tres grupos) estaba María del Carmen Saavedra. "Vengo con mi niña que tiene agenesia de peroné (ausencia de peroné). La están tratando en Sevilla y aquí viene a rehabilitación. Le gusta mucho, sale encantada, y la verdad es que es muy bueno para ella", relata Carmen, que acude con la pequeña tres días a la semana a la gimnasia en piscina.

Otra usuaria es Carmen Travieso, que va con su hijo de 29 meses. "Estuvimos dos años en terapia de rehabilitación y en piscina llevamos sólo tres semanas, cuando ha podido entrar al agua". Él tiene atresia anal (el recto no está conectado al ano) y hasta que no lo han operado no ha podido entrar en el agua por criterio médico. Ese tiempo ha hecho que pierda desarrollo del movimiento, por lo que el tratamiento con fisioterapia es fundamental y ahora se complementa con hidroterapia. "Le encanta y sale relajado de la piscina. Y nosotros también, que vemos que puede recuperar mucho y por eso hacemos todo lo que esté de nuestra mano", explica la madre.

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