Granada

La calle y el protocolo amargan el 12-O a Sánchez

  • El presidente es abucheado por parte del público, con gritos de elecciones y de "okupa"

  • Un error en el besamanos en el Palacio Real lo dejó en fuera de juego

Pedro Sánchez llegaba ayer por la mañana a la plaza de Lima con su proyecto de Presupuestos bajo el brazo para estrenarse como presidente del Gobierno en el desfile de la Fiesta Nacional del 12 de Octubre y se topó con un sonoro abucheo y la reclamación de elecciones por cierta parte del público que acudió a presenciar el paso de casi 4.000 militares y 152 vehículos por el centro de Madrid.

Sánchez, al que le llamaron "okupa", encajó la bronca con sorna: "No voy a ser menos que González y Zapatero", dijo luego a los periodistas en la ulterior recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio Real, en alusión a sus dos antecesores socialistas en La Moncloa en la misma lid castrense.

Sánchez se toma los pitos con sorna: "No voy a ser menos que González y Zapatero"

Pero eso, precisamente por ser parte del tradicional guión, no fue lo peor, que llegó en el besamanos, con Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, encabezando la fila de invitados para saludar a los Reyes. Siguiendo las indicaciones del jefe de protocolo de La Zarzuela, se detuvieron. Fuentes de la Casa del Rey aseguraron a El País que se trataba de compensar el vacío que se producía en la fila, en la que a unos metros de distancia les seguía la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Pero Sánchez, que acudía por primera vez como presidente del Gobierno, interpretó que debía detenerse y se situó al lado de los Reyes, como si también tuviera que saludar a los invitados, momento en que uno de los encargados de protocolo, les indicó al jefe del Ejecutivo y a su esposa que debían retirarse para que el besamanos siguiera su curso.

La jornada festiva fue mucho más llevadera para los Reyes, que fueron recibidos, acompañados por la princesa Leonor y la infanta Sofía, con grandes aplausos, aunque el desfile quedara deslucido por el mal tiempo.

Desde una hora antes de su inicio fueron llegando las autoridades a la plaza de Lima, donde se ubicaba la tribuna principal para el seguimiento de este acto.

Sánchez lo hizo unos minutos antes que los Reyes, y fue al descender de su vehículo oficial cuando escuchó los primeros silbidos, abucheos, gritos de "fuera, fuera" e, incluso, algún insulto.

Tras la interpretación del himno nacional, don Felipe, con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, pasó revista a las tropas, y mientras Sánchez se acercaba a la tribuna de autoridades se escucharon algunos gritos en los que se le pedía que convoque elecciones y le acusaban de "okupa" y "traidor".

El acto continuó con el saludo del Rey a las principales autoridades, entre ellas todos los ministros excepto el de Fomento, José Luis Ábalos, y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, así como los presidentes autonómicos, con las únicas ausencias de los de Cataluña, Quim Torra; País Vasco, Íñigo Urkullu; Navarra, Uxúe Barkos, y Baleares, Francina Armengol.

En tribunas adyacentes a la principal se situaron otras autoridades y dirigentes políticos, entre ellos el líder del PP, Pablo Casado, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, junto a sus respectivas parejas.

Ambos conversaron durante el desfile, como lo hizo también Sánchez con el presidente del Senado, Pío García Escudero, junto a quien estuvo sentado en esta ceremonia.

En ella, tras el salto de dos paracaidistas portando la bandera española y el izado de la enseña nacional, tuvo lugar el acto de homenaje a los que dieron su vida por España y durante el que se vio cantar al Rey y a Margarita Robles el himno a los caídos.

El desfile aéreo, que iba a contar con 88 aviones, quedó reducido debido al mal tiempo al sobrevuelo de 7 aviones de la patrulla Águila que dejaron a su paso una estela con los colores de la bandera nacional.

Al término del desfile se volvieron a escuchar vivas al Rey, y cuando la Familia Real dejó la plaza, se recrudecieron los abucheos a Sánchez y a sus ministros en el momento en el que se disponían a trasladarse también a la recepción en el Palacio Real, donde a Sánchez le esperaba su segundo mal trago.

Doña Leonor gana galones.La Princesa de Asturias ejerció ayer por primera vez como heredera, al situarse a la derecha de su padre, el Rey, ganando mayor protagonismo dentro de la Familia Real. Además, portaba el Toisón de Oro que le entregó su padre en enero.

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