La cementación del cauce del Genil a su paso por la capital, realizada hace prácticamente un cuarto de siglo, nunca ha terminado de gustar a los granadinos, y en los últimos años se acumulan las idea y proyectos para cambiar el aspecto del río en la ciudad. Pero hace falta voluntad política y dinero para acometer las actuaciones necesarias para compaginar el derecho de las personas a vivir en una ciudad limpia y el de los regantes a aprovechar el agua que baja de la Sierra.

Dos proyectos diferentes estuvieron sobre la mesa. El primero de ellos, de 2015, englobaba un arreglo para el encauzamiento y la integración de las tomas de riego sobre el río Genil en la ciudad. Esta obra pretendía reparar y mejorar el cauce de la ribera para evitar los problemas de insalubridad habituales. La obra constaba de dos fases, según informó el por entonces delegado del Gobierno en Andalucía Antonio Sanz (PP), en un acto presentado a bombo y platillo en el Salón de Comisiones del Ayuntamiento junto al anterior alcalde José Torres Hurtado. En la primera de ellas se pretendía llevar a cabo la restauración de la solera de hormigón armado del cauce, muy deteriorada sobre todo en los puntos donde el agua corre más, a la altura del Puente Romano y el Palacio de Congresos, y donde se pueden ver incluso las mallas electrosoldadas que sostienen la base sólida. En esta intervención también se previó el traslado de la actual toma de riego, en la clínica La Inmaculada, hacia otro punto a través de una conducción cerrada que discurrirá adosada a los muros actual del encauzamiento. El presupuesto ascendía a los 3,5 millones de euros. En la segunda fase se iba a estudiar la posibilidad de restituir la toma tradicional de la acequia Arabuleila, que riega la cornisa suroriental de la Vega, y la entrega de las aguas a las comunidades de regantes de La Ochava y Santa Fe. Ese proyecto no ha sido desarrollado por la CHG.

Ecologistas en Acción propuso devolver el transcurso del Genil a su estado natural

Este mismo plan también pretendía llevar a cabo una actuación para abrir al público un gran sendero por la ribera del Darro.

En 2018, el actual Gobierno socialista de la ciudad, dirigido por Francisco Cuenca (PSOE) también tiene su propia idea para la cicatriz que atraviesa Granada de este a oeste. Precisamente al calor de la falta de noticias sobre el primer proyecto, la concejalía de Urbanismo propuso hace seis meses la 'renaturalización' del cauce del Genil y convertirlo en un "corredor fluvial que progresivamente vaya ganando calidad ecológica". Esta idea no era original de la actual corporación municipal. Se basaba en una petición de la ONG Ecologistas en Acción, que recogió firmas para devolver al Genil su estado natural en su discurrir por la capital. Esta propuesta buscaba quitar el fondo de hormigón para que fuera de tierra y así favorecer el enraizamiento de árboles y vegetación fluvial. "Nosotros apoyamos cualquier iniciativa para mejorar el río porque entendemos que peor no puede estar, y que crea muchos problemas", afirmó a este respecto la presidenta de la Asociación de Vecinos de Fígares, Amalia Benavente.