Los celíacos granadinos celebran la deducción fiscal: "Ayuda a crear conciencia sobre el colectivo"

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunció a finales de septiembre una deducción autonómica en el IRPF de 100 euros a aquellos contribuyentes que padezcan celiaquía, tanto para el propio afectado como para su pareja o hijos. Una medida, que entrará en vigor en 2026, y que desde la Asociación de Celíacos de Granada (Acegra) valoran de forma "muy positiva", ya que va a ayudar a "crear conciencia sobre el colectivo", según explica María del Amor Fernández, presidenta de la entidad, que aglutina a más de 300 familias de Granada con este problema.

La decisión de la Junta se justificaría sabiendo que la cesta de la compra de un celíaco es casi mil euros más cara a final de año según los datos recogidos en el último Informe de Precios de productos específicos sin gluten para personas celiacas, elaborado por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), donde se muestra cómo una persona con intolerancia al gluten gasta al mes unos 80 euros más cuando pasa por la caja del supermercado, debido al mayor precio de todos los alimentos, especialmente en el pan (en barra y rallado) y las magdalenas, según el informe consultado por este periódico.

La situación, de hecho, parece empeorar con el tiempo, pues el propio informe muestra cómo, mientras el precio de la cesta de la compra anual con gluten ha bajado casi un 3% (unos 50 euros) respecto a las cifras de 2024, el de la cesta para intolerantes ha subido en el mismo periodo, concretamente un 6,47%, lo que en cifras absolutas se traduciría en 39,89 euros.

A nivel provincial, según los datos que manejan desde la asociación, el 2% de los granadinos son celíacos, lo que se traduciría en algo más de 4.600 personas. Un porcentaje al que habría que sumar aquellas personas con sensibilidad celíaca, cuya dieta presenta las mismas restricciones, y los alérgicos al trigo, por lo que es un "núcleo de población bastante importante", asevera la presidenta de Acegra.

Fernández destaca que esta es una enfermedad "hereditaria y genética", por lo que es habitual que en un hogar coincidan varias personas celíacas, lo que redunda en un mayor incremento de la cesta de la compra. Ella lo sabe bien, pues en su casa son tres las personas con este problema y está más que acostumbrada a lidiar con precios más caros y más quebraderos de cabeza a la hora de planificar la comida, especialmente al viajar.

En este sentido, Fernández destaca el proyecto Restauración sin gluten, impulsado por la FACE y sus asociados, en los que se incluye lógicamente Acegra, que busca solucionar el problema al que se enfrentan los celíacos en la vida social. Este proyecto busca crear una especie de Guía Michelín para que los intolerantes al gluten puedan saber dónde es seguro para ellos comer cuando salen de casa, especialmente cuando es un viaje a otra ciudad.

Para conseguir esto, se visitan los distintos locales para evaluar las opciones sin gluten que se ofrecen en el menú, se asesora en caso necesario a camareros y cocineros sobre al asunto, se adaptan protocolos (que van desde la compra de alimentos hasta el servicio en mesa) para elaborar comida sin gluten, y se revisan las fichas técnicas de todos los ingredientes utilizados en las elaboraciones de los platos.

"Nosotros no disponemos de un medicamento para tratar nuestra enfermedad", argumenta Fernández, quien especifica que su "único tratamiento" pasa por una alimentación segura y de por vida, que va más allá de la cesta de la compra, de ahí el valor de iniciativas como la de la FACE, que a nivel granadino incluye más de medio centenar de puntos seguros para comer o, desde la propia Acegra, una serie de recetas sin gluten que incluyen productos típicamente granadinos como la torta de la Virgen apta para celíacos.

La celiaquía no es una intolerancia, sino una enfermedad autoinume sistémica. Tras la ingesta de gluten este ataca y daña la mucosa intestinal, lo que destruye las vellosidades intestinales, lo que provoca una incorrecta absorción de los nutrientes.

Al mismo tiempo, desde FACE destacan que la enfermedad no tiene grados, "eres celiaco o no lo eres", lo que supone que con independencia de la severidad de los síntomas que manifieste el paciente siempre será igual de celiaco, aunque sí que existen distintos tipos de enfermedad celiaca, que van desde la más "clásica" (pacientes con manifestaciones gastrointestinales típicas, como diarrea, pérdida de peso y malabsorción) a otras versiones asintomáticas, que sería aquella en la que los pacientes no presentan frecuentemente diagnosticados durante el cribado, y que normalmente suelen ser familiares de pacientes celíacos o con condiciones de alto riesgo asociadas, como las enfermedades autoinmunitarias.