Granada

El cerdo y la ternera reinan en la Navidad

  • La crisis hace que los encargos se reduzcan y que la gente compre con mucha antelación para congelar · Triunfan los platos más económicos para esquivar la subida de precios de los alimentos estos últimos días

Isabel González no sabe qué preparar este año para la cena de Nochebuena, aunque sí tiene claro que "intentará gastar lo menos posible". Mientras camina, observa, detenidamente, el precio de la carne y el pescado para decantarse por lo más económico. "Este año, cenaremos lo que pueda ser, no lo que queramos. Estoy echando cuentas y el pescado está carísimo, así que tiraré por la carne. Desde luego, el cordero hay que olvidarlo, al igual que las gambas, el vino y el rape. Por ejemplo, antes comprábamos un jamón entero y ahora, solo un poquito. Es el primer año que nos tenemos que ajustar tanto el bolsillo". Como ella, muchos granadinos cogen papel y lápiz para ajustar la inversión que se va a hacer este año en comidas familiares. La fuerte escalada de los precios en los días previos a las fiestas, sumada a la crisis que padecen cientos de ciudadanos, dibuja una escena nada esperanzadora para el pequeño comercio granadino.

El mercado de San Agustín, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad en estas fechas tan señaladas, no ha presentado estos días un ambiente navideño aunque, a pocas horas de que la Nochebuena visite los hogares de cientos de granadinos, hoy se espera que haya algo más de movimiento. Estos días apenas ha habido gente comprando y los que se deciden a llenar la nevera, no gastan grandes cantidades de dinero. Una escena nada halagüeña para los vendedores que refleja que los ciudadanos, cautos ante lo que pueda pasar de aquí a principios de año, van a ajustar céntimo a céntimo el presupuesto para esta Navidad.

Una época que incita al consumo y que supone una gran cantidad de gastos en regalos de Papá Noel, Reyes Magos, en ropa y alimentación. Aunque la gente hace hincapié en que el bolsillo se resiente especialmente con la escalofriante subida en el precio de los alimentos. Por ello, la mayoría, van a desplazar de sus mesas esos platos estrella en los menús navideños como el cordero- que ha incrementado su precio hasta en un 45%- y van a apostar por otros más asequibles. "La gente, al final, opta por cerdo o cinta de lomo porque tienen un precio establecido y es más barato. Se suelen dejar de media unos 30 euros, aunque otros años suelen comprar con más alegría. Cuando se viene con un presupuesto establecido es lo que pasa", explica Paco Palometas, de la carnicería Paco y Pepi.

Este año, serán pocos los comensales que disfruten de degustar en la mesa lujos persas como ostras, carabineros o jamón ibérico de bellota. Al contrario de años atrás, se puede comprar sin la preocupación de que alguien se cuele en un descuido porque no hay largas colas. Incluso, algunos comercios han ideado la estrategia de regalar el parking y obsequiar con vino a los clientes para captar a los posibles consumidores. Otros, con mirada triste, cantan al aire ofertas para llamar la atención de los pocos viandantes que pasean por el mercado, que se dedican a mirar precios más que otra cosa.

Según los comerciantes, la gente se suele animar el último día porque sabe que los precios bajan. "Nosotros somos minoristas y como lo que queremos es vender, cuando llega el último día y no se vende la mercancía, bajamos los precios", advierte Miguel Peregrina de la pescadería Cunini. Él ha notado la crisis en su negocio de forma notable. Tanto es así que ante la previsión de no poder vender todo el pescado que solía adquirir hace unos años, ha decidido reducir la inversión hasta en un 40% .

"Antes los carabineros se compraban por kilos y me los quitaban de las manos, ahora se los llevan contados. Incluso, para poder venderlos, se ha tenido que reducir el precio hasta en un 10%. Si hace años se vendía a 60 euros el kilo, ahora se vende a 45", explica Purificación Pérez, que regenta su pescadería desde hace 30 años.

Los precios bajan en comparación a años anteriores, pero no se libran de pegar una fuerte subida en estos días del año. De hecho, algunos, precavidos, se lanzaron hace unas semanas a comprar productos típicos de Navidad como cochinillo, merluza o rape antes de que su precio aumentara a cifras desorbitadas. "He vendido, hasta ahora, 35 cochinillos especiales de Navidad. Su precio está en 45 euros, pero dentro de poco se incrementará a 60. Por eso, la gente se los lleva y los congela".

"La crisis está influyendo mucho y la gente se limita a comprar lo necesario han reducido los encargos y si antes tenía 20 por esta fecha, ahora tengo 2 o 3", explica David Lara, cuya pescadería tiene su nombre. Los vendedores están desanimados, pero esperan igualar las ventas de 2010. Recuerdan tiempos pasados cuando los mercados estaban atestados de gente desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde. "Hace 20 años, se vendía sin parar toda la mañana. Estábamos cuatro personas atendiendo; mi padre, mis dos hermanos y yo, y éramos pocas manos", comenta Palometas.

Los tiempos no son nada buenos para gastar en abundancia. Lo habitual es observar precios, congelar y comprar los productos que no experimentan una subida tan fuerte. Algunos, hartos de ajustar números para llegar a fin de mes el resto del año, dejan a un lado la calculadora y eligen la solución rápida, cambiar el cordero por el pollo.

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