Granada

El cierre de más de 600 camas pone en riesgo la atención sanitaria en Granada

  • La ausencia del 60% de personal alerta a los colectivos sindicales · Advierten del aumento de las listas de espera

El recorte de la actividad asistencial tanto quirúrgica como médica en la provincia de Granada empieza a ser preocupante entre los mismos profesionales sanitarios. Pues no sólo agrava la ya de por si calamitosa situación de las listas de espera "reconocidas" por el Servicio Andaluz de Salud (SAS), sino que pone en peligro la calidad asistencial de los propios usuarios. Los hospitales de la provincia cuentan ahora mismo con 636 camas menos que en el mes de junio y con una reducción de más del 60% de la plantilla de sanitarios que, en el caso de atención primaria, asciende al 78%.

El Sindicato Médico y el de Enfermería (Satse) dieron ayer unos datos reveladores sobre reestructuración que temen no sea los que suelen realizarse en cualquier período vacacional ante la previsible reducción de la demanda asistencial, sino el preludio del temido recorte que va a emprender el SAS a partir de septiembre.

En Atención Primaria la cobertura de profesionales sanitarios ha pasado en el distrito Granada de un 40% en 2006 a un 21,5% en 2008, que es casi la mitad de la atención prestada hace tan sólo dos años, y en la misma época. Este porcentaje disminuye considerablemente en la provincia, donde las sustituciones se están cubriendo sólo en un 33%, cuando en 2006 se extendía al 60%.

Además, este verano se han cerrado las consultas de tarde de todos los centros dependientes del Distrito Granada, excepto el de Mirasierra, Góngora y Caleta.

Concretamente en el área de Enfermería la cobertura ha pasado de un 30% hace un par de años a más de un 40% hoy en día.

Los sindicatos creen que la asistencia sanitaria se está garantizando a costa de exponer al personal a la sobrecarga, obligando a los profesionales a trabajar bajo una gran presión derivada de un incremento de la demanda que se le impone al tener que realizar también la labor del compañero que no ha sido sustituido.

El Satse ha reclamado a las direcciones de los centros hospitalarios un incremento de la plantilla de las enfermeras durante este mes. Pero el SAS advirtió esta semana que durante la última década el porcentaje de ocupación de los hospitales no ha superado nunca el 80% de media, lo que supone que cada verano un 20% de las camas permanecen libres.

Otro indicador revelador es el número de camas que se ha cerrado en los centros hospitalarios de la ciudad, en Baza y en Motril.

Por hospitales, el Clínico San Cecilio ha registrado un incremento del número de camas anuladas para los tres meses de verano respecto a 2006. Así, si hace dos años la media por quincena era de 173 camas, ahora son 191. Con períodos especialmente críticos, como puede ser los últimos días del mes de septiembre, que en años anteriores no tenían más de 60 camas inutilizadas y este año hay una previsión de 156.

El caso del Hospital de Baza es una excepción, porque ha pasado de cerrar 40 camas de media en años anteriores a sólo 16 en 2008. "Esto tiene una explicación, y es que como en Guadix el recorte ha sido muy fuerte, se están derivando los pacientes a Baza", explica el secretario provincial del Satse, Pepe Sánchez.

Las repercusiones del aumento del cierre de camas y del recorte de plantilla está poniendo en alerta a los propios sanitarios.

Los 14 (de un total de 85) médicos eventuales que fueron despedidos debido a un "error informático" según el SAS son una muestra de lo que se avecina. Según la secretaria general del Sindicato Médico de Granada, Carmen Serrano, "no fue ningún fallo informático".

El recorte de 480 millones de euros que ha previsto el SAS y que, según los sindicatos, afectará a más de 6.000 trabajadores en toda Andalucía se ha iniciado ya con la no renovación de los eventuales.

"La Administración está ahora analizando la situación de la plantilla sanitaria -comenta Serrano- pero ya ha decidido de prescindir de una parte de ella". El resultado es la anulación de unos servicios que son esenciales para cubrir los tiempos de espera de las operaciones en Granada.

En el Hospital Clínico se ha cerrado el área de Resonancia Magnética Nuclear, de reciente inauguración y que requirió una cuantiosa inversión, por el despido del radiólogo que lo atendía. Como consecuencia, además de la demora en los estudios de imagen, el SAS deberá desviar a los enfermos que precisen de esta prueba a clínicas privadas concertadas.

La especialidad más deficitaria, Anestesia, ha visto este verano cómo se ha prescindido de dos de sus especialistas, lo que ha obligado a cerrar hasta seis quirófanos semanales de área de Cirugía y la consulta diaria de preanestesia. Esto supone que al menos 30 pacientes se quedarán sin operar y un centenar de enfermos más a la semana no podrán ir a quirófano.

El cierre de la consulta de Cardiología del Zaidín en pleno agosto implica que más de un millar de enfermos se quedarán sin cita este año. Y es que según el Sindicato Médico el SAS ha despedido a dos cardiólogos de los 13 que tenía el servicio.

Pediatría tampoco se escapa de la debacle. Un sólo médico deberá atender a todos los niños que lleguen este verano a la UCI del Clínico, amén de que muchos días el residente estará sin un facultativo especialista en urgencias.

Medicina Interna ha contabilizado hasta tres despidos en su área, lo que supone que durante más de 20 días habrá un facultativo menos de guardia y la sobrecarga en horas de trabajo de los que se quedan será agotadora.

Los hospitales de la provincia, por su parte, no se quedan atrás. Un ejemplo es el área de Neumología del Hospital Santa Ana de Motril, donde se contrató a una médico hace un año (eventualmente, mientras el SAS gestionaba trasformarla en interinidad) que, desde febrero pasado, revisaba las prescripciones de oxigenoterapia, la incidencia de tuberculosis, la excesiva demanda asistencial para atender la deshabituación del tabaco y realizaba un estudio de la apnea del sueño. Todo esto ha quedado suspendido desde que dejaron a un lado su renovación el pasado 1 de julio.

"Si los hospitales no toman medidas podríamos divulgar, con datos, el cambio en las programaciones que realizan los jefes de los servicios en las guardias, exploraciones radiológicas, quirófanos y citas de consultas", dicen en el Sindicato Médico.

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