Granada

Las cofradías boicotean los presupuestos del presidente impuesto por el arzobispo

  • Hubo 22 votos en contra y sólo 8 a favor tras un tenso debate en el pleno del jueves que ha obligado a abrir plazo de alegaciones

La Federación de Cofradías de Granada está inmersa en una nueva crisis. El cisma se abrió el jueves en el pleno ordinario de aprobación de los presupuestos federativos, una tarea que de por sí llega con varios meses de retraso. En votación, los hermanos mayores revocaron las cuentas presentadas por el presidente Antonio Martín y su junta de gobierno. El motivo: el malestar entre algunos hermanos mayores por la forma de su designación en abril del año pasado, directamente por decreto arzobispal que anuló el proceso electoral abierto tras la Semana Santa de 2010.

Se sabía que el trabajo de un presidente que no ha sido votado por los hermanos mayores iba a ser difícil y así se está demostrando. Los asuntos importantes están siendo boicoteados por la mayoría de los hermanos mayores, aunque en su día el propio arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, acudiera a presidir el primer pleno de la nueva junta y ningún hermano mayor mostrara al prelado su disconformidad por las formas.

El pleno del jueves fue tenso. De hecho, antes de la votación tanto el consiliario como el propio presidente aprovecharon sus intervenciones para pedir unidad entre las cofradías en beneficio de la Semana Santa de Granada. "Hay que romper las desconfianzas y silencios para superar las dificultades", dijo el Consiliario, Andrés González Villanueva, en su punto doctrinal. Después el presidente hizo un llamamiento expreso a los hermanos mayores "a trabajar juntos por la Semana Santa de Granada porque la unión hace la fuerza". De poco sirvieron estas instrucciones previas porque a la hora de votar los presupuestos saltó el debate.

Según informó ayer el vocal de prensa de la Federación, Luis Javier López, antes de la votación hubo varias intervenciones de hermanos mayores que pretendían modificar el orden del día. Todo saltó cuando un hermano mayor pidió que en las nuevas tribunas de Ganivet se reservara un palco para cada hermandad, para sus compromisos o para lo que cada junta de gobierno estimara oportuno. Esto impediría un ingreso a Federación de 9.000 euros y dejaría a como mínimo 32 personas de las que hay en lista de espera sin palco (son 178 para 169 palcos de más que se ganan con el cambio).

Esta propuesta modificaría por tanto los ingresos federativos y obligaría también a modificar los presupuestos. El presidente decidió proceder a la votación de las cuentas tal cual se habían presentado y como indicaba el orden del día. Finalmente obtuvieron 8 votos a favor y 22 en contra. En ese momento, Martín dijo al pleno que se prorrogarían los del año pasado, algo que resultó también inviable porque sólo con el cambio del Carmen a Ganivet los ingresos y gastos varían.

Con este panorama y con las cuentas revocadas, la Federación ha dado hasta el 1 de marzo para que los hermanos mayores presenten propuestas. El 2 de marzo se reunirá la junta de gobierno federativa que decidirá si las tiene en cuenta o no y convocará pleno extraordinario para votar unos presupuestos nuevos o los mismos del jueves.

De seguir revocando presupuestos se haría muy difícil si no imposible la actividad de Federación. De aceptar cambios, se abre la veda a peticiones más o menos lógicas que podrían resultar hasta injustas.

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