Granada

Los comerciantes esperan que se cumplan los plazos para evitar el cierre

  • Confían en que el resultado de la obra sea atractivo para ganar tránsito de personas y ventas

El inicio de una obra en Granada despierta siempre los peores temores. Cada vez que las máquinas entran en la tierra, aparecen restos arqueológicos que paralizan las obras. Aunque también ha habido episodios de falta de presupuesto que han bloqueado las grandes actuaciones. Así no es de extrañar que los comerciantes del eje Arabial-Palencia vivan con nerviosismo el inicio de unos trabajos que esperan que no se demoren para que ellos puedan mantener su actividad comercial.

"De la obra no sabemos nada. La calle está muerta y muchos negocios se han tenido que ir a otro lado. No hay ni comercio ni aparcamiento", destacó Gabriel Fernández que tiene un bar en Arabial desde hace cinco años. Según explica, la clave para revitalizar la zona será poner zona azul para que el flujo de coches sea mayor. Pero sobre todo brindar al eje de un mejor aspecto que atraiga a los peatones.

Los desperfectos de la calle son abundantes. El pavimento está en varias alturas en parte por la introducción rápida de redes eléctricas y de saneamiento con motivo de las obras del Metro. También hay aceras recortadas, y señalética confusa que provoca quejas vecinales. "Todos los días la grúa se lleva numerosos coches porque los conductores no entienden si la plaza de aparcamiento que hay delante de un taller mecánico es de carga y descarga o no", detalló Alicia Hidalgo, propietaria de una pescadería. Según explica, hay un tramo donde la confusión es total.

Pero además, Hidalgo relata que han tenido que llamar en innumerables ocasiones para que se limpien las calles. Sobre esto solicita el soterramiento de los contenedores que ella soporta prácticamente en su puerta. "Son prehistóricos", remarcó esta vecina. Sin embargo, el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Fernández Madrid, ya avanzó que esto no será posible. Resulta demasiado caro y escapa al presupuesto.Vanesa García, que tiene una frutería, se mostró confiada en que la obra dure poco: "Es la única fórmula para mantenerse". En esto el edil reconoció que se hará "por fases" para afectar lo mínimo posible.

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