La Consejería de Fomento ha adjudicado a la empresa Azvi el nuevo contrato de mantenimiento de la obra civil del Metro de Granada por un importe de 2,7 millones de euros, que durante 36 meses dará cobertura también a las marquesinas, aparcamiento disuasorio, pasillo inferior de Cerrillo y Talleres.

Este contrato constituye una de las actividades de conservación de mayor alcance técnico y económico del conjunto del mantenimiento integral, al dar cobertura a toda la infraestructura y vía de la línea de metro, además de otras instalaciones estratégicas.

El nuevo contrato, que dará continuidad al vigente que vence el próximo mes de octubre, incluye el mantenimiento, tanto preventivo como correctivo (subsanación de incidencias), del grueso de la infraestructura del metropolitano.

También la óptima conservación de la plataforma de vía por la que circulan los trenes, las marquesinas de paradas en superficie y las estaciones subterráneas, los carriles y aparatos de vía de la propia plataforma y el túnel que discurre bajo el eje de Avenida de América y Camino de Ronda, en la capital granadina.

Asimismo, el objeto del mantenimiento de la obra civil abarca también otras instalaciones estratégicas del metropolitano, como los edificios de las subestaciones energéticas, el pasillo inferior peatonal de la parada de Cerrillo Maracena, el aparcamiento disuasorio de Juncaril en Albolote y los Talleres y Cocheras y superficies anexas.

El presupuesto de adjudicación incluye los costes de personal dedicado a estas labores de mantenimiento, así como al valor económico de la maquinaria y materiales de reposición, y contempla además actuaciones de mantenimiento de mejora y modificación a requerimiento de la Agencia de Obra Pública, que gestiona directamente el Metro de Granada.

Según Fomento, como en el conjunto de los nuevos contratos de mantenimiento que se está licitando conforme va expirando la vigencia de los primeros, el equipo de la Agencia de Obra Pública aprovecha la experiencia adquirida desde la puesta en servicio para adecuar mejor la dimensión de los nuevos mantenimientos a las necesidades reales en materia de actividades de conservación, análisis de obsolescencia tecnológica o volumen de los recursos humanos necesarios para el óptimo desarrollo de estas tareas.