Informar sobre el Sercla que ayer mantuvieron la patronal y los sindicatos de Hostelería es contar la crónica de un fracaso anunciado. Cuando los representantes de UGT, CCOO y la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada se sentaron a negociar en la sede del Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales, ambas partes sabían de sobra que la reunión terminaría sin avenencia. Después de dos años con el convenio bloqueado y de haberse sentado a la mesa de negociación en infinidad de ocasiones sin ningún resultado, estaba claro que el Sercla previo a la vía judicial no llegaría a buen puerto.

Ni los sindicatos ni la patronal cambiaron una coma de la postura que han venido manteniendo desde que los empresarios denunciaran el vencimiento del convenio hace ya dos años. Aunque los puntos de desacuerdo son muchos y variados, el fundamental, el que se ha convertido en una piedra insalvable, es la cláusula de ultraactividad. La línea roja marcada por los sindicatos y la patronal -los primeros aseguran que el nuevo documento debe mantenerla y los empresarios abogan por eliminarla- ha llevado el conflicto del sector hasta los tribunales. Y no tanto para dirimir sobre su inclusión o no en el próximo convenio que tarde o temprano deben ser capaces de firmar, sino para determinar si la cláusula que ha permitido la prórroga del actual documento mientras no se firme uno nuevo tiene aplicación indefinida.

Tras el encuentro, los sindicatos anunciaron que denunciarán de "forma inminente" a la Federación de Hostelería para que se reconozca la vigencia del actual convenio colectivo. Los empresarios ya consultaron a los tribunales sobre la vigencia de la cláusula de ultraactividad, pero ahora los sindicatos pretenden ir más allá.

Ya no se trate sólo de que se confirme judicialmente que el antiguo convenio seguirá aplicándose a falta de uno nuevo, sino de que las condiciones salariales pactadas en aquel documento inicial también se apliquen durante la prórroga. Los 15.000 trabajadores de hostelería llevan más de dos años sin modificaciones de sueldo, ya que las tablas salariales quedaron congeladas en el momento en el que venció oficialmente el convenio. Sin embargo, los sindicatos quieren que los tribunales determinen la prórroga de la subida salarial pactada el año en el que finalizó el convenio, de un 0,5%.

El responsable de Hostelería de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo de UGT de Granada, Miguel Ángel Prieto, aseguró ayer tras la finalización del Sercla que es "incomprensible" que la patronal siga "mareando la perdiz" con el convenio, con la "clara estrategia" de dejar pasar el tiempo y que deje de estar vigente. El representante sindical aseguró que la patronal no conseguirá que se derogue la cláusula de ultraactividad, ya que "numerosas sentencias están reconociendo la validez de los convenios aunque haya finalizado el plazo de vigencia si existe una cláusula expresa, como es el caso".

Por su parte, la responsable de Acción Sindical del sindicato de Servicios de CCOO de Granada, Elvira Martínez, apuntó que en otros sectores ya se ha reconocido y pagado los incrementos salariales pactados con anterioridad al fin del convenio, por lo que instó a los empresarios a "cumplir las cláusulas normativas".

Desde la Federación de Hostelería no sólo no se mostraron de acuerdo con la tesis de los sindicatos de la prórroga del convenio y las condiciones salariales, sino que en el Sercla manifestaron su convencimiento de que el convenio original "se ha extinguido" en base al Estatuto de los Trabajadores y a la Reforma Laboral. En cualquier caso, el secretario general de la Federación, Antonio García, aseguró que una vez que los tribunales determinen sobre el principal punto de desencuentro entre las partes, sindicatos y patronal deberán volver a sentarse en la mesa de negociación.

La pretensión de la Federación, eso sí, no cambia: "Queremos que el convenio para el sector recoja la media de las condiciones laborales de Andalucía, que sea un convenio que puedan cumplir las empresas".