aromas y sabores

Que sí te la den con queso

  • Maridaje. La cerveza es una gran opción para acompañar tanto a quesos jóvenes como a semicurados, que encuentran en esta bebida un complemento ideal

Ya estamos dejando atrás esas tardes de verano en las que tomarse una ensalada o una ración con una cerveza en la típica terraza con amigos y seres queridos constituía el mayor de los placeres. Ya acaban las plácidas noches de verano pero, como ya sabemos, combinar la cerveza con los alimentos más típicos de nuestra gastronomía mediterránea no hay que limitarlo a la época estival. Al igual que en verano, hacer compañeros de nuestros platos a esta bebida va mucho más allá del típico aperitivo con los amigos en la barra de un bar. Hoy vamos a maridar diferentes familias de quesos con las más significativas variedades de cerveza que encontramos en España.

La sabiduría popular del refranero español hace referencia a la potencia sápida de este alimento, que en sus más diferentes variedades puede anular el sabor de otros alimentos o bebidas, como por ejemplo el vino. Así, este dicho informa de la antigua costumbre de algunos bodegueros de ofrecer un pedazo de queso antes de probar un vino mediocre tratando de confundir al catador ante un queso de sabor pronunciado que maquillara las no tan deseables cualidades de un vino de baja calidad.

La cerveza es una bebida que acompaña de manera excepcional una multitud de platos La de tipo 'lager'es una perfecta compañera de quesos semicurados

Los dichos populares nos inician en la posibilidad de acometer nuevas propuestas a la hora de combinar el queso con otras bebidas, como la cerveza, de manera que comida y bebida se complementen formando un matrimonio que depare los mejores resultados.

Partimos de una lista con más de 120 referencias de queso en España, de vaca, oveja, cabra, con diferentes maduraciones y texturas, lo que viene a resultar en un enorme abanico de formas, sabores y aromas. Tal variedad hace que no existan reglas generales a la hora de maridar quesos y cerezas, sino que tratar cada maridaje de forma particular se antoja como la mejor de las opciones.

La distinta fermentación de cada variedad de leche, los aromas a humo, la presencia de especias que los acompañan en algunos casos, estimulan a nuestro olfato que alerta, a su vez, a nuestro gusto ante el curioso maridaje que se aproxima. La riqueza gastronómica de los quesos requiere de una bebida que resalte, matice o equilibre cada variedad fomentando las mejores armonías.

La "sin" alcohol, cerveza rubia, refrescante, de baja fermentación que se caracteriza por un aroma ligero a lúpulo, crudo y malta es de cuerpo ligero lo que se asocia a un agradable sabor de malteado con un toque dulzón. La familia de quesos ideal para maridar con esta bebida es la de los "frescos", preferiblemente de cabra u oveja, no madurados, suaves, lácticos y poco salados, una asociación muy equilibrada donde las características propias del queso y la cerveza se asocian y complementan.

La cerveza "lager", es una perfecta compañera de quesos semicurados. Es la típica rubia dorada, de espuma cremosa, sabrosa y equilibrada que tiene en el queso de Mahón semicurado a uno de sus más firmes aliados. Esta variedad de queso elaborado con leche de vaca y en diversos formatos, requiere de ocho meses de maduración, lo que le proporciona una textura dura, aromas a cuero y un cierto gusto graso y ácido acompañado de notas salinas. En boca, junto a un trago de cerveza lager especial, fomenta un encuentro armónico, suave y agradable. En principio puede destacar el carácter untuoso y salino que consigue atenuar el suave amargor de la cerveza lager. El paso en boca deja un regusto dulce y agradable que propicia un encuentro de excepción.

El queso manchego curado se casa con la cerveza "de Abadía". Los toques ligeramente untuosos que se producen en los cortes del queso manchego viejo o curado le confieren un gusto ligeramente meloso que fomenta un amplio abanico de armonías con las cervezas de medio cuerpo. Una cerveza de tipo "Abadía", cervezas de alta fermentación, de color más tostado que la típica rubia, de aromas afrutados y sabores más complejos se asocian de maravilla con este tipo de quesos, ya que equilibran en el paladar estos sabores contundentes y lo limpian de esta untuosidad preparándolo para el siguiente bocado. Este queso, elaborado con leche de oveja manchega, de formato cilíndrico, de unos diez meses de maduración tiene una textura semidura y resulta mantecoso al paladar. Le acompañan equilibrados aromas animales y una acidez elegante. El maridaje con la cerveza de "Abadía" produce un buen contraste en boca, ya que la cerveza suaviza el potente sabor del queso, debido a su efecto cremoso y envolvente. En la boca se van sucediendo una extensa gama de notas aromáticas y gustativas: suaves tostados, cereales crudos, matices afrutados y un cierto toque picante sutil y elegante. Para finalizar, el punto dulce regula la acidez del queso y su picor, haciéndolo más equilibrado.

La cerveza, en fin, es una bebida que acompaña de manera excepcional una multitud de platos e ingredientes de nuestra gastronomía más mediterránea, fomentando excepcionales encuentros gastronómicos.

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