Sucesos

Una joven denuncia una presunta detención ilegal y tortura policial en Granada

  • Una joven denuncia haber sido víctima de estos hechos por parte de la Policía Nacional en Granada, tras mostrarse en contra de la manifestación de Vox durante su celebración

  • Las dos versiones sobre lo ocurrido con la joven el pasado 23 de mayo son contradictorias y están siendo investigadas

Imagen de archivo de dos agentes de la Policía Nacional de Granada.

Imagen de archivo de dos agentes de la Policía Nacional de Granada. / Photographerssports

"No entiendo qué hace tanta gente junta como está la cosa con el coronavirus". Esta frase que fue pronunciada por una granadina que se encontraba paseando a su perro el pasado 23 de mayo, cuando el centro de Granada estaba tomado por la manifestación de Vox contra el Gobierno, habría desencadenado un presunto caso de detención ilegal y tortura policial en Granada que ha sido denunciando ante el juzgado de guardia de la ciudad. Y es que, según consta en la denuncia, varios agentes de la Policía Nacional la agarraron "del cuello fuertemente, le zarandearon, golpearon y pellizcaron, causándole multitud de hematomas", además de haber sido presuntamente amenazada y detenida "sin informar del motivo" del arresto. Sin embargo, hay dos versiones totalmente contrapuestas sobre lo ocurrido.

Durante los últimos días, a raíz del episodio de racismo y brutalidad policial registrado en EEUU, han sido multitud de personas las que han denunciado en redes sociales supuestas vejaciones por parte de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hasta el punto de que este lunes ha salido a la luz un presunto caso que se habría llevado a cabo en Granada y que tendrá que ser investigado ante las contradicciones entre los distintos testimonios sobre el mismo.

Según se recoge en la denuncia interpuesta, la demandante "se encontraba paseando a su perro junto con una amiga cuando, en el cruce de la calle Gran Vía con San Juan de Dios, a la altura de las oficinas de la Agencia Tributaria, se encontraron con una manifestación contra la Gobierno en la que se portaban banderas de España constitucionales y algunas también preconstitucionales". Hasta aquí, podría decirse que tanto el relato policial como el de la denuncia coinciden. Sin embargo, no ocurre igual con lo que sucedió tras ello.

El relato de la denunciante

Tal y como se expone en la denuncia interpuesta el 28 de mayo, el toparse con la marcha hizo que la joven expresase su desaprobación con frases como "no entiendo que hace tanta gente junta como está la cosa con el coronavirus", etc.  Esto habría propiciado que se acercasen a ella varios agentes de la Policía Nacional y, sin mediar palabra, "uno de ellos, que portaba una mascarilla negra con una bandera de España en el lado superior similar a la de muchos de los manifestantes", entre otros detalles explicados para la identificación del agente, la "agarrase del cuello fuertemente, la zarandease, golpease y pellizcara", hasta el punto de producirle "multitud de hematomas".

Pero eso no fue todo, pues además se habría dirigido a ella "de manera despectiva y diciendo a gritos que se identificase, mientras otro le tiraba fuertemente de la mochila que tenía en su espalda, llegando a romperla y comenzando a registrarla", además de "insistentemente y con todo despectivo, preguntarle si su amiga y ella eran pareja".

Según prosigue la denunciante, el agente descrito cogió su DNI y se alejó manifestando "estás arrestada, ahora vas al calabozo y a tu perro lo vamos a sacrificar". Ante ello, la presunta víctima habría expresado que no había hecho nada y protestó por la agresión, lo cual habría sido respondido por el agente con "todavía no te he pegado, en comisaría te vas a enterar. Esto te pasa por no respetar".

En ese momento, ella estaba sujeta por otros dos agentes que la agarraban por las muñecas "provocándole gran dolor". Si bien, en un momento que la soltaron, envió un mensaje a su madre "debido al temor que le causaron las amenazas y con el objeto de avisar a su familia y de que pudiesen localizarle con el siguiente tenor literal me acaba de pegar la policía".

Asimismo, la denuncia recoge que no fue informada sobre el motivo de la detención, que mientras otro dispositivo policial se desplazaba hasta el lugar de los hechos para proceder a su traslado a comisaría los agentes "mantuvieron una actitud vejatoria y amenazante" y que, una vez en dependencias policiales, insistió en que se le comunicara el motivo del arresto y le respondieron "tú sabrás lo que has hecho".

De igual modo, la joven manifestó que padecía diabetes y que, ante lo ocurrido, precisaba de asistencia médica por lo que fue trasladada por la tarde hasta el Hospital de Traumatología de Granada. Al llegar al hospital, habría vuelto a sufrir una agresión por parte de uno de los agentes, que le habría propinado una bofetada, le habría zarandeado y tirado al suelo, e incluso una patada, tras lo que finalmente fue de nuevo trasladada a Jefatura sin ser explorada.

Fue horas después cuando finalmente recibió asistencia médica, por parte de una enfermera que se trasladó a dependencias policiales y que la remitió a Urgencias, donde se le diagnosticó un "eritema y erosión hombro derecho, buena movilidad. Inflamación muñeca derecha, movilidad limitada".

De nuevo, la joven fue trasladada a dependencias policiales donde se le tomaron las huellas y declaración, pero esa misma noche volvieron al hospital para un nuevo examen que diese lugar a un parte médico en el que, además, se recogieron lesiones en el muslo.

El relato policial

Ante lo ocurrido, fuentes policiales han indicado a Granada Hoy cómo se produjo la detención, la cual, según el atestado policial, fue motivada por una discusión entre dos personas. En concreto, los agentes tuvieron que intervenir para separar a las dos personas implicadas, momento en el que se le requirió a cada una la identificación.

Si bien, en ese momento, "la que finalmente fue detenida empezó a increpar" a los agentes, "escupió a la chica que tenía delante, con la que estaba discutiendo", e incluso le llegó a decir una frase del tipo "ahí llevas el coronavirus". Además de todo ello, la joven se habría negado a documentarse y azuzó a su perro, que iba sin bozal y era de un tamaño considerable, hasta el punto que llegó a atacar a un agente de la Policía Nacional.

Ante ello, fue trasladada a dependencias policiales, donde solicitó asistencia sanitaria, pero durante el traslado al hospital "se golpeó a sí misma en el vehículo" y presentaba una actitud de nerviosismo e incluso amenazándolos con posibles represalias. Según las citadas fuentes, incluso llegó a agredir a los agentes y dado su estado apenas se le pudo atender.

Investigación judicial

La denuncia se interpuso cinco días después de lo ocurrido en el juzgado que estaba de guardia en Granada, el de Instrucción 4 de Granada. Si bien, la abogada que lleva el caso ha solicitado la acumulación del procedimiento en otro abierto contra la joven en el Juzgado de Instrucción 7, donde estaba previsto que este lunes declarasen los agentes relacionados con los hechos, tal y como ocurrió.

Sin embargo, según confirmó a este diario la letrada de la denunciante, María Gallego, de Abogad@s en Red SCA, se habría dado un cambio respecto a la versión policial, según la declaración del agente ante el juez. Y es que el policía "motu proprio ha aclarado esa cuestión porque la redacción del atestado era un poco confusa". Según la letrada, el agente dijo ante el juez, de forma literal, que "en relación con el perro, cree que la denunciada no azuzó al perro para que le atacara, sino que al ver que forcejeaban el perro actuó de manera instintiva".

¿Trato discriminatorio y delito de torturas?

A tenor de lo ocurrido, las plataformas Stop Represión y Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) consideran que "es preocupante que no se le informase de los motivos su detención, lo que apunta a estar motivada por un prejuicio estético e ideológico", algo que es "un derecho fundamental".

De igual modo, han denunciado que "las distintas amenazas y humillaciones que sufrió bajo custodia policial apuntan a posibles delitos penales", así como que "las lesiones denunciadas durante el tiempo que permaneció bajo custodia muestran un delito de torturas tal y como es aceptado desde 1999 por el Protocolo de Estambul de Naciones Unidas, así como de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos".

Precisamente, la abogada de la denunciante indicó a este diario que, por su parte, los hechos "los hemos calificado provisionalmente, ya que, después, a resueltas de la investigación, se puede modificar con forme avance el procedimiento. Entendemos que puede ser delito de detención ilegal. Dice la policía que se negó a la identificación, pero ella es identificada en la propia calle. Es irregular, no se le informa de sus derechos ni de la detención. Por otro lado, delito de tortura o malos tratos, delito de lesiones y amenazas porque fue amenazada en varias ocasiones".

Asimismo, la letrada de la joven insiste en que "ella no discutió con nadie, sino que lo dijo en voz alta, una persona se sintió aludida y le contestó pero no se dio cuenta, luego se lo dijo la amiga. Ni siquiera escuchó lo que estaba diciendo". De igual modo, indicó que "la persona que se sintió aludida, según dicen, iba andando y la manifestación no estaba autorizada para personas que fueran a pie, solo para vehículos. Desconozco si la han sancionado o no, pero en principio iba a pie en ese momento y tampoco estaría cumpliendo con las medidas y normas".

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