Granada

Un día para alimentar la esperanza

  • La ONG Inpavi reparte once toneladas de alimentos a más de 135 familias en riesgo de exclusión social

Algunas acciones pasan desapercibidas a los ojos de gran parte de la población. La burbuja cotidiana en la que inevitablemente nos vemos sumergidos nos ata un velo que al final, acaba alejándonos de las personas con las que convivimos en el kilómetro cuadrado de trabajo, casa y ocio. Estas personas, que quizás solamente nos cruzamos de camino a la panadería, viven su realidad de una manera solitaria e invisible.

Afortunadamente hay quienes se esfuerzan por desatar velos y brindar lo mejor de sí mismos para que otros puedan vivir mejor. Esta es la historia de gente común que hace algo extraordinario: 11 toneladas de comida para 135 familias de todas las razas, etnias y religiones se repartieron ayer en la sede de la ONG Integración para la vida, Inpavi.

Cada trimestre la organización, pone en marcha esta iniciativa solidaria que suministra alimentos básicos a cientos de hogares en riesgo de exclusión social. "Cada semana se ponen en contacto con nosotros unas seis o siete familias nuevas", cuenta María Luisa Córdoba, delegada en Granada de Inpavi, "viene gente de todo tipo, sobre todo parados de larga duración e inmigrantes".

75 voluntarios, de todas las edades, trabajaban sin cesar durante la mañana de ayer. Desde los encargados de la lista de inscritos para recoger el pack de alimentos, los que ayudaban a reponer y cargar los lotes, hasta la encargada del ropero, que tiene más de 350 prendas para repartir.

Cada partida de productos contiene alimentos para aproximadamente tres meses. Todos ellos imperecederos y básicos como leche, aceite, legumbres, galletas, frutas en conserva y pasta. A las familias que tienen entre sus miembros bebés y niños se les proporciona también artículos específicos como potitos o leche en polvo.

Inpavi puede presumir de llevar 16 años tendiendo la mano a los necesitados, no sólo repartiendo comida, sino que también se encargan de todos los miembros de la familia a niveles muy concretos de inserción.

Según cuenta María Luisa, el trabajo de Inpavi se divide en tres fases: la primera es el llamado programa Entrada, que se encarga de detectar y suplir las necesidades elementales de las personas afectadas por la pobreza, como el alimento, el vestido, los juguetes y los útiles escolares; después se continúa con el programa Integra que se encarga de ofrecer una intervención integral basada en acciones psico-educativas a través de talleres para padres, adolescentes y niños, que educan en valores. Este proceso conlleva un seguimiento que propicia la llegada al último campo: el programa Das, que desarrolla acciones solidarias y de voluntariado. Muestra de ello es que "muchos de los colaboradores son personas que llegaron pidiendo ayuda y ahora son ellos los que la brindan", explica María Luisa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios