La Consejería de Salud realizará test rápidos a los alumnos de centros educativos sospechosos de tener coronavirus, que serán trasladados a un centro de salud para tener los resultados de inmediato. Ese cambio en el protocolo ha levantado las críticas de algunos sectores educativos, que entienden que es responsabilidad de las familias llevar a sus hijos al ambulatorio en el caso de presentar síntomas.
Según explicó en una entrevista en Canal Sur el pasado martes el consejero de Educación, Javier Imbroda, “si hay un sospechoso, se hará un test rápido en su centro de salud y en un cuarto de hora se va a saber si tiene contagio o no”, de modo que no será aislado, sino que si es negativo puede volver a su aula, según las declaraciones recogidas por Efe. Según el consejero, todo se organizará a través del coordinador Covid de cada centro, que actuará como puente para estas gestiones.
El anuncio ya tiene respuesta por parte de la Asociación Andaluza de Directores de Infantil, Primaria y Residencias Escolares (Asadipre), que, a través de su presidente provincial, Dimas Martín, señala que “es imposible” que los centros se ocupen de llevar a los menores al centro de salud para que se les realice la prueba.
“Es preferible llamar a los padres y que vengan” al colegio para ocuparse de su hijo si éste presenta síntomas. Martín, que es director del CEIP García Lorca de Granada capital, apostilla que en su propio colegio tiene a tres docentes de baja, una circunstancia que hace “imposible” que se pueda realizar la gestión de los posibles casos de forma presencial en los ambulatorios. “Nosotros ni tenemos tiempo ni podemos” llevar al alumnado a hacer la prueba. “También hay padres que no autorizan” que sea el centro el que lleve al menor a un centro sanitario, recalca Martín, que insiste en las quejas que en las primeras semanas del curso han lanzado organizaciones y docentes. “Hay una descoordinación total, el caos, y al final todo nos viene a los centros”, resume el presidente provincial de Asadipre. “Estamos hasta arriba”, recalca.
La provincia de Granada cuenta, según el último balance ofrecido por la Junta de Andalucía, con todos sus centros educativos (856) abiertos. Por otro lado, se ha determinado el cierre parcial de 46 aulas de 8.700 (0,53%). Las clases comenzaron el pasado 10 de septiembre en los colegios de Infantil, Primaria y Educación Especial. Una semana después, el 15, se incorporaron a los estudiantes del resto de etapas no universitarias.
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