El Papa Francisco y el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, mantuvieron ayer uno de los encuentros más esperados. No es raro que un arzobispo y un Papa se vean, pero la trama del 'caso Romanones' destapada en Granada, la intervención del propio Pontífice en el caso y las quinielas diarias desde diciembre sobre la salida del prelado granadino de la Archidiócesis por la gestión de este asunto de presuntos abusos sexuales, lo hacían único.

Y ayer fue el día, después de que se haya informado en varias ocasiones de la llamada del arzobispo al Vaticano para rendir cuentas o de la negociación abierta en diciembre para buscarse un nuevo destino.

El día del encuentro fue clave al coincidir con el levantamiento del secreto de sumario del caso Romanones, y el lugar, también, ya que en esa misma capilla el Papa presidió una misa el 7 de julio de 2014 con algunas víctimas de abusos sexuales por parte del clero, por lo que pidió "perdón".

El encuentro se produjo en el marco de la visita de Javier Martínez a Roma, según la Archidiócesis para tratar asuntos de congregaciones, aunque reconocieron que también se ha informado de la vida diocesana en Granada. El arzobispo viajó a Italia a final de la semana pasada y ayer por la mañana se produjo el encuentro con el Papa ya que fue "invitado" a concelebrar con él la eucaristía que ofreció en la capilla de su residencia de la Casa Santa Marta.

Después de la celebración, el Papa y el arzobispo tuvieron un encuentro breve pero del que hay los primeros testimonios gráficos del 'cara a cara'. Según las imágenes, a las que ha tenido acceso este periódico, el saludo fue amistoso y en un clima cordial ya que la mayoría de las fotografías de la serie muestran a los dos protagonistas sonrientes hasta casi la carcajada. Lo que falta por saber, y que ayer no se hizo público, es si el Papa ha decidido ya un sustituto o no para Martínez (el que más puntos tiene es el arzobispo castrense Juan del Río), que por lo pronto regresó anoche a Granada todavía como arzobispo sin desvelarse su futuro. Con todo, desde el Arzobispado aseguraron que si hay algún cambio se informará preceptivamente por parte del Vaticano.

En el aire queda también saber si el Papa habló a Martínez de las cartas recibidas en el Vaticano en contra de su gestión en Granada y de la situación económica de la iglesia, entre otros asuntos.

El encuentro entre el Papa y el arzobispo no podría haber tenido otra fecha más oportuna que la mañana en la que se levantaba el secreto de sumario del 'caso Romanones', momento que esperaban desde el Vaticano para decidir sobre el futuro del prelado granadino para contrastar la investigación judicial con la eclesiástica. Sobre este asunto, desde el Arzobispado rehusaron ayer a realizar cualquier valoración al respecto salvo el deseo de que se "esclarezca" todo y se sepa "toda la verdad".