Cuando una rampa de autobús falla y no se puede sacar para el acceso de una persona con movilidad reducida, la obligación del conductor es ofrecer una alternativa de transporte al usuario mediante un taxi adaptado. Así se realiza desde el año 2013, cuando se firmó un acuerdo con la Gremial del Taxi en vista del gran número de reclamaciones por el fallo de las rampas.

Y es que este es el principal motivo de reclamación a Rober y figura anualmente en las memorias del Defensor de la Ciudadanía de Granada como un problema a solucionar para garantizar la igualdad y el derecho a la accesibilidad.

Según ha informado hoy el gerente de Rober, Francisco Gámez, al año se realizan más de 1.000 servicios de taxi por el fallo de las rampas. Una cifra significativa teniendo en cuenta que los autobuses reciben más de 6.000 peticiones de uso de rampa al año. Por eso aseguran desde Rober que "hay mucho que mejorar".

Gámez asegura que hay "muchas razones por las que deja de funcionar una rampa" y que estas se multiplican por la antigüedad de la flota. Por eso asegura que ahora, con la renovación prevista, se reducirán los fallos ya que los 39 nuevos autobuses híbridos que se incorporarán a la flota del transporte público de Granada contarán con un doble sistema de rampa de forma que si falla el sistema automático, se podrá desplegar de forma manual reduciendo así las posibilidades de que no se pueda utilizar.

"Ahora el sistema de fiabilidad es del 80% y el 80% de las veces el usuario acepta el traslado en taxi", asegura. Y eso que muchas veces es el propio familiar o la ayuda de otros usuarios el que 'palia' este fallo y sube a peso al usuario de silla de ruedas.

"No estamos satisfechos con el servicio de rampas y por eso los nuevos autobuses tendrán esa solución de rampa manual", ha dicho el concejal de Movilidad, César Díaz.