El Día de Todos los Santos, al igual que la Navidad, el día de la madre o el día del padre, hace que el Teléfono de la Esperanza no pare de recibir llamadas de personas que vuelven a revivir el dolor de perder un ser querido. "Es como la lluvia para la gente que tiene una cicatriz profunda. Cuando llueve con fuerza vuelven a sentir molestias en esa herida", compara la psicóloga especialista en duelo, Rosa Melchor Leiva.

El primer paso del duelo es el funeral, algo que va perdiendo protagonismo pero que es imprescindible para poder enfrentarse a la pérdida. "Este es uno de los motivos por el que los padres de chicas desaparecidas no terminan de reponerse, no pueden iniciar el duelo, y las mentes de unos padres que han perdido a su hija, aunque estén seguros de que ha fallecido, es fácil que fantasee. Necesitan ver la realidad", explica Rosa Melchor.

La doctora aconseja no usar tranquilizantes si no se está ante una situación de riesgo ya que cree que es necesario permitir a cada persona sentir lo que siente en ese momento ya que, "no es bueno atontar a nadie con medicamentos aunque lo esté pasando mal. Tiene que darse cuenta de lo que está viviendo para poder seguir", dice la psicóloga.

También critica el modo de actuación de muchos padres a la hora de tratar con sus hijos el tema de la muerte. Defiende que es bueno llevar a los niños mayores de 4 o 5 años a los funerales ya que, según su criterio, a esa edad empiezan a conocer qué es la muerte. "Es bueno que vayan siempre que hayan expresado que quieren ir, pero es necesario que les expliquemos previamente qué es lo que van a ver allí y cómo tienen que comportarse. Deben presentarles el acto como un espacio para despedirse de esa persona a la que querían y dejarles preguntar lo que quieran", finalizó la especialista en duelo.

Para los que necesiten Aprender a decir adiós, Melchor Leiva coordina charlas en la sede del Teléfono de la Esperanza.