Granada

"La gente perdona un error pero no a quien usa la política para lucrarse"

  • Aunque durante su primer año en el cargo ha tenido que soportar un chaparrón de protestas, se muestra optimista de cara al resto de la legislatura, en la que garantiza la terminación de la A-7

No duda a la hora de contestar y lo hace hablando claro y con una sonrisa. Ésa actitud, mantenida durante esta entrevista, es la que Santiago Pérez, que cumple ahora su primer año como representante del Gobierno central en Granada, ha tenido con todos los que han llamado a la puerta de su despacho en la Gran Vía para plantearle un problema, exigirle una solución o simplemente quejarse. Ha sobrevivido a más de mil actos de protesta por los recortes y las reformas del Ejecutivo de Rajoy, cuya valentía aplaude.

-Hace justamente un año desde que fue nombrado subdelegado del Gobierno en Granada, ¿cómo lo ha vivido?

-Con muchísima intensidad, porque ha sido muy intenso y con muchos problemas. Yo diría incluso que ha sido un año estresante, pues desde el punto de vista de la dinámica del Gobierno ha habido gran cantidad de medidas, bastantes situaciones complejas y dos huelgas generales. En fin, que no hemos tenido tiempo de aburrirnos y, como muchas veces comentamos los subdelegados, esto ha sido prácticamente un curso acelerado que no se paga con nada.

-¿Se está sintiendo cómodo en su despacho de Gran Vía o era más fácil ser alcalde de un municipio como Guadix?

-Son cosas diferentes. Creo que donde se esté lo importante es saber para qué se está, que es servir al ciudadano. Somos personas que nos debemos a los demás y nuestro trabajo tiene que ir encaminado no al beneficio personal, sino a solventar problemas y carencias que tengan instituciones y personas. Así que en ese aspecto me sentía cómodo y me sigo sintiendo cómodo.

-¿Cuál es su balance de 2012?

-El balance personal es bueno y, desde el punto de vista de la institución ha sido positivo por varias razones. Yo creo que la Subdelegación necesitaba un giro y que no sólo estuviera como un ente administrativo, sino que tuviera impuso político y social, y que todo lo que pudiéramos trabajar en beneficio de Granada lo hiciéramos. Ésos han sido los objetivos que nos marcamos y creo que los estamos cumpliendo. Pienso también que es un puesto para no acomodarse y que hay que ser incluso un poquito incómodo en algunas ocasiones, sobre todo si te duele Granada y tu provincia. La labor de Subdelegación es importante para que los temas no se duerman, así como para impulsar otros que están ahí.

-Las calles han estado muy agitadas.

Es verdad que ha sido un año difícil, pues ha habido más de mil concentraciones y manifestaciones en la ciudad y eso ha conllevado un seguimiento de las situaciones con objeto de que discurrieran tal y como se habían planteado. Aquí tengo que decir que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado lo están haciendo muy bien. Todos podemos meter la pata. Sin embargo nuestra obsesión ha sido siempre tratar las situaciones con extrema delicadeza y evitar que cualquier conflicto derive en otras situaciones que a nadie nos convienen.

-¿Quizás demasiados recortes y reformas en poco tiempo?

-Creo que era necesario, que había que hacer esto, porque cuando hay un enfermo que está en estado prácticamente terminal o se ponen los remedios adecuados o al final se nos muere. Cuando se inició la andadura del Gobierno, todos sabíamos lo que había que hacer. Era una etapa muy complicada, dolorosa, pero nosotros no veíamos otra solución. Yo agradezco al Gobierno que haya sido valiente; había que serlo en el momento adecuado. Igual que digo eso espero que a partir de ahora se puedan empezar a recoger los frutos de esa valentía que se ha tenido a la hora de acometer reformas. Han sido más de 90 reformas importantes y de calado, que se han hecho en un momento en el que ha habido que seguir manteniendo la inversión y al mismo tiempo seguir pidiendo dinero fuera. Considero que ha sido un año para madurar todos socialmente. La gente ya se ha dado cuenta de que ningún Gobierno tiene una máquina para hacer dinero, sino que el dinero se pide y se gestiona, y que cuando se despilfarra al final vienen problemas que no queremos. Creo que a partir de ahora todos vamos a ser más consecuentes, y las instituciones las primeras, a la hora de no gastar lo que no tenemos. Y sobre todo a la hora de decir a la gente la verdad.

-La imagen que el ciudadano tiene del político ha empeorado mucho.

-Sí, porque a nadie nos gusta que nos digan la verdad, pues muchas veces duele. A nadie le gustan los recortes. Yo no he tenido paga extra de Navidad, pero entiendo que era necesario hacerlo aunque no me haya gustado. Si dijera lo contrario estaría mintiendo. ¿A quién le gusta que le rebajen el sueldo o no cobrar la paga extra? A nadie. Estamos en un proceso en el que el ciudadano se está dando cuenta de que las situaciones no son de color de rosa, y por eso creo que también se equivoca quien promete cosas que después no puede poder cumplir.

-La corrupción tampoco está ayudando a mejorar esa imagen, ¿no cree?

-Ante la corrupción tiene que haber tolerancia cero, sea de donde sea. Yo creo que la gente perdona un error, así como que una persona tenga más o menos visión o acierto político. Pero lo que no perdona, ni debe de perdonar, es a la gente que utiliza la política para lucrarse. Pienso que es importante que en una sociedad democrática, donde creo que los políticos son necesarios, las personas que se ocupen de esta responsabilidad lo hagan lo mejor posible. Y no se puede permitir ningún atisbo de corrupción, pues si a los demás se le han pedido esfuerzos, sacrificios y renuncias, todos tenemos que estar en la misma situación.

--Uno de los primeros casos de suicidio por desahucio se produjo en la capital. ¿Cómo asistió a este triste episodio que precipitó el decreto para frenar el drama de las familias que pierden su casa?

-Con gran preocupación, al igual que la entidad financiera que estaba detrás de este caso. Creo que sirvió de acicate para que todo el mundo entendiera que había que tomar medidas. Y las medidas se han tomado y se van a seguir tomando. No podemos permitir que una persona pierda la vida por un problema económico. Pienso que hay que legislar en favor de este tipo de personas que sufren unas consecuencias que no han buscado. Pues no es igual una persona que tiene su puesto de trabajo y lo pierde y no puede hacer frente a su hipoteca a otra que haya sido poco responsable. Creo que el Gobierno ha hecho bien a la hora de determinar un perfil. Sí tengo que ser muy crítico con la banca española. No todos han actuado igual, pero considero que ha habido una gestión muy alegre del dinero público y de los fondos de los depositarios, además de no muy buenas prácticas en determinados productos financieros. Opino que también la banca tiene que hacer una reflexión profunda de su gestión y, sobre todo, de qué va a ofrecer de cara al futuro. Pienso que hay que ser crítico con un sector que no ha estado a la altura de las circunstancias, entre otras cosas porque el organismo regulador del Banco de España no lo ha estado.

-Las tasas judiciales también están siendo muy criticadas. Hay quien piensa que se puede generar una justicia de ricos y otra de pobres.

-En el mundo de la Justicia, como en cualquier otro, hay intereses contrapuestos. Yo he sido testigo, porque he acompañado al ministro en Granada en las últimas veces que ha estado aquí, de que se le han hecho peticiones a favor y en contra de determinadas decisiones, entre ellas de las tasas. Al final, cuando se adoptan medidas de conjunto, por una razón o por otra, todo el mundo queda insatisfecho. En el tema de las tasas, hay que recordar que se va a cumplimentar con la ley de Justicia Gratuita. El Gobierno lo que ha pretendido, por un lado, es que a la justicia acuda todo aquél que lo necesita, pero que no se utilice mal, y por otro, posibilitar su acceso a todas esas personas que puedan tener dificultades para hacerlo. Estoy seguro de que nadie que necesite acudir a la justicia y que no tenga medios se va a quedar desamparado.

-¿Y qué espera de 2013? ¿Cree que seguirá la tempestad?

-En principio soy optimista por naturaleza. Eso no quiere decir que no sea consciente de la situación que hay. Nosotros esperamos hasta el verano que sigan los problemas, las carencias y que al paro aún le cueste arrancar. Pero igual que digo eso, creemos que este año va a ser en el que se comience a ver la luz al final del túnel. Yo con eso me conformaría, especialmente en el empleo, que es la gran asignatura pendiente que tiene España.

-Granada lleva demasiado tiempo ya esperando el AVE. Usted quiere que 2016 sea la fecha definitiva. Para correr tanto, ¿qué se sacrificará?

-Cuando venga el secretario de Estado a Granada en marzo vamos a ver despejado totalmente el tema del AVE a Granada. Yo me quedo con algo que es muy importante: que en unos presupuestos con unos recortes tremendos en materia de infraestructuras, el Gobierno ha salvado el AVE y la A-7. ¿Y eso qué significa? Que hay una decisión política de seguir con el AVE. Mi postura es la de no perdernos en situaciones que puedan de alguna manera ralentizar su llegada e ir a lo esencial. Y lo esencial significa que cuanto antes hay que poner en marcha una infraestructura que es fundamental para la provincia. Por eso le he pedido a los técnicos del Ministerio que la decisión de Loja, sea la que sea se haga ya, así como que la estación tampoco sea determinante para que el AVE venga o no venga. Una estación no tiene que ser un museo ni un gran emplazamiento. Tiene que ser un recurso para que de la manera más accesible posible los ciudadanos tomemos una infraestructura como el AVE. Yo creo que el Ministerio lo que está planteando sobre todo es rapidez en resolver el tema y que se cumplan los plazos y los objetivos previstos.

-¿La estación estará finalmente en la capital?

-La estación va a estar en la capital.

.-¿Y será definitiva o provisional?

-Por lo que entiendo, el Gobierno no se va a gastar el dinero dos veces. Creo que cuando tome la decisión, que yo la desconozco, lo que no va a suceder es gastarse en una estación o en su remodelación 30, 40 ó50 millones de euros, y al cabo de 5 ó 10 años hacer otra gran inversión. Yo creo que España no está para eso.

-Parece que la A-7 no va a estar al final acabada en esta legislatura.

-Sí va a estar (risas). Todos los tramos de autovía existentes en la A-7 pendientes de finalizar obra tienen fecha límite 2015. Por consiguiente, si la legislatura termina en 2016 creo que podremos conseguirlo. Siempre he dicho además que al margen de fechas lo importante es que no surjan contratiempos. A día de hoy puedo decir que las obras están yendo a un ritmo razonable y que, si continúan así y no hay imprevistos importantes, en esta legislatura la A-7 va a estar terminada.

-Dicen ahora que las conducciones de la Presa de Rules las tiene que pagar el Gobierno.

-Esto es lo que no se puede hacer en política, sinceramente. Todas las instituciones tienen que asumir sus responsabilidades, sean buenas o malas, pero especialmente si son malas. Las instituciones tienen que ser serias. Podría caber la posibilidad si Rules perteneciera al ámbito de la Confederación del Guadalquivir, pero es que además es Confederación del Sur, y el Sur está transferido a la Junta de Andalucía. Es territorio andaluz y, por consiguiente, 100% son competencia del Gobierno andaluz. Es una obra que se iba a hacer con fondos europeos... Pues que me digan dónde están los fondos europeos y en qué se los han gastado. Es que ya tenemos que pensar mal. Si hay una institución que se compromete a hacerlo porque además tiene los fondos y el dinero, tiene que ejecutarlo.

-Hablando de la Junta, ¿qué piensa del gran pacto de Andalucía propuesto por Griñán? ¿No cree que el PP debería arrimar el hombro?

-Yo he estado once años en el Parlamento de Andalucía y el 'gran pacto' lo he escuchado en muchas ocasiones. He sido testigo por ejemplo del gran pacto educativo por dos veces y, al final, cuando nos hemos sentado en una mesa y hemos confrontado propuestas, se ha dicho que no. Estoy convencido de que esto es un brindis al sol. El PP recela de ese espíritu de concordia del señor Griñán, porque entendemos que quien no quiere pacto es él. La prueba está en que nosotros estamos haciendo grandes esfuerzos de colaboración. Yo creo, porque conozco muy bien a Juan Ignacio Zoido, que él estaría por la labor de un pacto por Andalucía, pero también digo que quien no lo quiere es el PSOE.

-¿Cuánto ha bajado la criminalidad?

-Precisamente esta semana hemos hecho balance de 2012 y ha sido bueno, porque la criminalidad ha descendido en la provincia de Granada en torno al 5 % (exactamente un 4,49 % en las estadísticas de Guardia Civil y un 4,18 % en las de Policía Nacional). Son datos magníficos, porque mantenemos una bajada sostenida por cuarto año. Es cierto que hay cosas que mejorar y he pedido a ambos cuerpos que se apliquen en aspectos que están fallando. Por ejemplo, en los robos con intimidación o tirones ha habido algún repunte. No obstante, le diré que gracias al plan Comercio Seguro llevado a cabo estas navidades ha habido unos resultados espectaculares, pues ha bajado un 22% el índice de delincuencia en una ciudad turística como Granada en estas fechas en comparación con el año pasado.

-Es un alivio no tener que preguntarle sobre la amenaza terrorista de ETA, ¿pero y de radicales islámicos?

-Tenemos un buen sistema de información y he de decir que no se detecta radicalismo preocupante en ninguna comunidad ni en ningún ámbito de la provincia. Aunque nunca hay que bajar la guardia.

-Reuniones, críticas, responsabilidades, entrevistas... ¿Qué es lo que peor lleva del cargo?

-No poder solucionar algún problema. Entiendo que cuando alguien acude a la Subdelegación es porque necesita que le eches una mano. Acuden muchos alcaldes y sí tengo la satisfacción de poder decir, y ellos lo saben, que yo no miro color político; si puedo hacer una cosa la hago y si puedo ayudar ayudo. Pero claro, ni somos Dios ni tenemos solución para todo.

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