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Una vida de 'guardiánde la montaña'

  • Durante los últimos 20 años ha sido el coordinador general de los agentes de medio ambiente del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada

  • Hace unos meses puso fin a una larga carrera profesional como guarda forestal

-Ha cambiado mucho la vida y tareas de los agentes de medio ambiente en los últimos cincuenta años, ¿no?

-Como todo, nuestra sociedad ha vivido grandes cambios, pero lo esencial de nuestra misión sigue siendo lo mismo, nuestra defensa de la naturaleza, del cumplimiento de las normas ambientales, que no son las mismas. Lo que sí ha cambiado mucho es la relación del hombre con el medio natural: ahora hay menos gente de los pueblos usando los recursos naturales de los montes y más gente de las ciudades paseando por ellos. Hace 30 años por ejemplo cuando yo estaba de servicio en Soportújar me cruzaba con pastores, con gente que iba a recoger leñas… era muy raro ver a alguien de visita. Ahora es al revés son más extraños los primeros y abundan por el sendero Sulayr, por la acequia del Almiar, los senderistas, a veces, provenientes de lugares distantes.

En la Cumbre del Mulhacén. En la Cumbre del Mulhacén.

En la Cumbre del Mulhacén.

-¿Qué hacía un 'guarda' en aquella primera etapa?

-En mi caso yo hacía de todo. Patrullaba con la moto, conducía el camión de incendios y era el responsable del retén, (antes de la implantación del INFOCA), estaba a cargo del vivero forestal de Soportújar, que producía más de un millón de plantas al año tanto para las repoblaciones de la zona como para otras áreas de la provincia. Se hacían muchas actuaciones por administración directa, (plantaciones, preventivos de incendios, construcción de diques) por lo que había mucha gente trabajando en el monte a mi cargo y había también una tarea administrativa de nóminas, compras muy importante. En verano me trasladaba con la familia a la casa forestal y la presencia tenía un efecto disuasorio y convertía mi trabajo en un '24 horas' de vigilancia y cuidado del monte.

- ¿Cuáles son las funciones de los agentes de medio ambiente en la actualidad?

-Con el paso del tiempo nos hemos tenido que adaptar a los cambios sociales y ambientales y a la nueva normativa relacionada con la gestión de los espacios naturales protegidos. Nuestro colectivo se ha configurado como un cuerpo con una triple faceta: técnica, policial y emergencias. De esta manera realizamos tareas muy diversas de vigilancia, control e inspección de la protección y la prevención integral del medio ambiente con funciones muy variadas y en materias diferentes, tales como conservación de espacios naturales protegidos y de las especies silvestres, gestión forestal, prevención, investigación y extinción de los incendios forestales, gestión cinegética y de pesca continental, prevención y calidad ambiental, uso público… funciones que quedan reflejadas en la Carta de Servicios de los agentes de medio ambiente en Andalucía.

-Es decir, en Andalucía los agentes tienen "una montaña de competencias", ¿no?

-Exactamente en Andalucía cubrimos de las altas cumbres a las costas, de lo forestal a lo industrial, el 100% del territorio andaluz, los 365 días al año. Y Sierra Nevada, la gran montaña andaluza, tiene muchas de estas competencias integradas al abarcar territorio de dos provincias, diferentes comarcas. Además en el parque nacional y natural cobran un especial protagonismo todos los aspectos relacionados con el Uso Público al ser un espacio natural muy visitado y con una gran cantidad de eventos deportivos, recreativos y culturales. Por ello en verano organizamos, además de otras funciones como la participación en el dispositivo del INFOCA, servicios especiales de altas cumbres y en invierno colaboramos en la campaña "Sierra Nevada, para vivirla seguro".

-¿Es respetada la figura del 'guarda'?

-Generalmente sí, tanto por la consideración de agentes de la autoridad como porque la gente entiende nuestra misión y conocimiento del terreno en el que nos movemos. Estas funciones requieren de una gran especialización. Hoy día los agentes de medio ambiente, aunque llegan con una gran preparación, están, deberían estar más aún, en un proceso de formación continua, en muchos campos: manejo de sistemas de información geográfica, extinción de incendios lucha contra venenos… Me siento orgulloso de la formación de los agentes de medio ambiente de Sierra Nevada. En unos años hemos ido especializando grupos de expertos en flora, fauna, aguas, hemos sido pioneros en la unidad de trabajos verticales y prestamos un gran servicio al Programa de Seguimiento del Observatorio de Cambio Climático en diferentes indicadores.

-¿Qué opina de la campaña lanzada desde algún medio de comunicación contra "la guardería"?

-Por lo que he oído se basa en algún caso concreto, en otra comunidad autónoma, de 'abuso de la autoridad', acusación no contrastada, con toda la pinta de noticia falsa, con el que se pretende empañar la labor de un colectivo muy amplio en el que la inmensa mayoría cumple, con una gran profesionalidad, con sus funciones de forma honrada y honesta. Suele ocurrir que los que no cumplen las normas, los que no respetan el interés general, suelen buscar 'excusas' y en mi experiencia he visto la gran imaginación que se gastan para justificar una conducta inadecuada e intentar escurrir el bulto.

-¿Cómo se mejoraría su imagen?

-Creo que hay que humanizar más la imagen de nuestro colectivo, acercarla a la gente. En los pueblos se sabe quién es y las funciones del 'guarda' pero para buena parte de la población urbana es más desconocida nuestra labor. Deberíamos participar más en charlas, visitas organizadas a los espacios protegidos, jornadas... Ahora, a través de las redes sociales, los agentes de medio ambiente están haciendo una labor divulgativa y educativa muy importante.

-¿Palo o zanahoria, multa o educación, qué es más eficaz?

-Nuestra labor debe ser en primer lugar, principalmente informativa y de asesoramiento a la población, pero son necesarias e inevitables también las denuncias que en cierto modo son a la vez 'muy pedagógicas'. El efecto disausorio de una multa a veces tiene un tiempo de eficacia limitado y se puede reincidir en las infracciones ya que pasado un tiempo se olvida la sanción por lo que en ocasiones te ves obligado a poner una nueva denuncia que sirve de 'dosis de recuerdo'.

-¿Es una profesión vocacional?

-Indudablemente la inmensa mayoría de los agentes de medio ambiente son vocacionales, les gusta esta profesión y les duelen las acciones contra el medio ambiente. He visto compañeros llorar en algún incendio o cuando han encontrado algún animal atrapado en un cepo por ejemplo. Ser agente de medio ambiente es una profesión que requiere de compromiso con el servicio público que prestamos.

Con Perico Delgado y Carlos de Andrés en la llegada de la Vuelta Ciclista a Capileira. Con Perico Delgado y Carlos de Andrés en la llegada de la Vuelta Ciclista a Capileira.

Con Perico Delgado y Carlos de Andrés en la llegada de la Vuelta Ciclista a Capileira.

La cultura y la in-cultura del fuego

Vuelve la pregunta de hace muchos años: ¿Quién pega fuego al monte? "Depende de los lugares. Es diferente el origen y las causas en Galicia, en Levante o en Andalucía y dentro de Andalucía también hay circunstancias diferentes. En la mayoría de los casos la mano del hombre está detrás, pocos incendios se deben a causas naturales como las tormentas. En nuestro entorno muchos incendios están asociados al uso tradicional de fuego, a las prácticas con fuego que están muy arraigadas culturalmente como la quema de residuos agrícolas o las barbacoas en el campo, o hace décadas cuando se quemaban los piornos en la alta montaña".

Pero estas prácticas no son nuevas… "El problema está en que antes había menos material 'combustible' porque la gente se llevaba las leñas para calentarse, se sacaban 'hatillos' con ramas, se cogían puntales para invernaderos, para marcos de ventanas y puertas, se cogía hojarasca para las cuadras… y además había mucha más ganadería. Los incendios no prosperaban tan rápido. Ahora por un lado se han construido zonas de segundas residencias en espacios naturales y buena parte del monte es más natural, menos intervenido y eso conlleva una gestión forestal y una lucha contra los incendios diferente que por eso debe estar profesionalizada".

Has participado en muchos incendios, tendrás anécdotas. ¿Has pasado alguna vez miedo? "Recuerdo una vez por la zona de Tablate entre Lecrín y Lanjarón. Me asomé a ver por dónde se podía atacar el fuego en un cerro y me quedé atrapado. En un flanco había un tajo insalvable y en el otro una vegetación de zarzas y matorral imposible de saltar. La única vía de escape era hacia arriba pero el fuego subía rápido y veía que me pillaba. Encontré una gran roca, un poco más arriba con una pequeña cueva que me resguardó hasta que el fuego me sobrepasó, casi fue peor el humo... Del fuego da miedo hasta el ruido que produce. He visto fuegos que saltan los cortafuegos… En otra ocasión en la Sierra de Lújar, me encontré en una situación difícil en este caso no para mí seguridad sino porque si las llamas llegaban a un punto el fuego ya se nos escapaba y me tiré hacia delante con la manguera y conseguí frenarlo; luego llegaron otros compañeros y ya conseguimos controlar ese frente. También he estado en incendios en La Resinera, el último grande, fue el de Lanjarón del 2007. Estaba de vacaciones en mi pueblo y me vine para acá corriendo y me puse a atacar el frente que se iba para Cáñar, zona que conozco muy bien y sabía dónde pararlo. Historias de una larga historia…".

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