El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha admitido su culpa y ha fijado en casi 114.000 euros la indemnización para la viuda del paciente fallecido, una cantidad en realidad muy inferior a la reclamada, que era de 550.000 euros (100.000 euros para la viuda y 90.000 para cada uno de los hermanos) por el padecimiento físico que injustamente se ocasionó en vida al fallecido, así como por el daño moral causado.

Aunque el SAS reconoce que la vida humana no tiene precio y que para cualquier familiar de una víctima por fallecimiento "el valor es incalculable", sólo ha accedido a indemnizar a la viuda, pues según recuerda, en el baremo de aplicación sólo se contempla que se debe indemnizar a los hermanos de la víctima "en el supuesto de que aquellos fueran menores huérfanos dependientes de la misma".

Así, aunque la familia está conforme con las conclusiones que la Dirección Gerencia del SAS alcanza sobre los errores que se cometieron en esta asistencia, ha recurrido la resolución ante los tribunales. No está de acuerdo con la cuantía fijada, pues cree que es insuficiente y desproporcionada a la gravedad de los hechos y sus terribles consecuencias.

La presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, ha valorado a través de un comunicado que la administración sanitaria andaluza reconozca su culpa, pero ha resaltado que el error que costó la vida a G.T. pudo haberse evitado. "Es más, disponiendo de los medios materiales y humanos necesarios, no podemos justificar lo ocurrido", señala la nota, en la que se resalta que "no vale pues ampararse en que la medicina no es una ciencia exacta".

Para Carmen Flores, "si debe exigirse que se pongan a disposición del enfermo todos aquellos medios para que la curación o mejoría pueda tener lugar, mucho más para evitar que con actuaciones inadecuadas se produzca un fallecimiento que nunca debió ocurrir".