El municipio granadino de Dehesas Viejas amanecía ayer sumido en el dolor por la muerte de tres miembros de la familia Utrilla, conocidos por regentar la herrería del pueblo desde hace décadas. El matrimonio formado por José Utrilla y Antonia Roelas y su hijo Javier, de 50 años, fallecían a causa de la inhalación de humo de una combustión de un brasero eléctrico, según apuntan las investigación.
Un día después de lo ocurrido en el trágico suceso, el fuego vuelve a golpear Granada. Esta vez sin víctimas mortales. Una anciana ha sufrido quemaduras en las piernas y una intoxicación por inhalación de humo al incendiarse su piso situado en Camino de Ronda, número 182. La mujer, que padece síndrome de Diógenes, está a salvo y ha sido atendida por emergencias sanitarias.
Once efectivos de la Brigada B Norte de los Bomberos de Granada se han desplazado a las 12:30 hasta el séptimo piso del bloque para sofocar el fuego, alimentado por la gran cantidad de objetos acumulados en él. El origen de la combustión, extinguido por más de una decena de bomberos con dos camiones pesados, los conocidos como Bombas Urbanas Ligeras (BUL), podría deberse a una colilla sin apagar.
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