Caída de la natalidad, inmigración bajo mínimos y éxodo laboral. Este ha sido el cóctel que durante los peores años de la crisis ha provocado una pérdida constante de población en la provincia. La 'sangría' demográfica comenzó en el año 2013, y no ha sido hasta ahora cuando se han conseguido cambiar las tornas. La pérdida vegetativa de población continúa -sigue habiendo más defunciones que nacimientos-, pero con los primeros indicadores de mejoría económica Granada ha recuperado parte de su atractivo como destino de inmigración.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que al cierre del primer semestre del año Granada contaba con 916.925 habitantes, una cifra que arroja un crecimiento del 0,01% respecto al mismo periodo del ejercicio pasado. En el último año la provincia ha sido capaz de ganar 148 habitantes, recuperando un 0,01% de la población perdida durante la mala racha de los ejercicios anteriores (si solo se cuenta el último semestre la evolución sí que ha sido negativa, con 132 habitantes menos). La recuperación demográfica del último ejercicio, en cualquier caso, nada tiene que ver con el movimiento natural demográfico, habida cuenta de que se han producido 354 muertes más que defunciones. Si en esta ocasión el saldo es positivo se debe exclusivamente a la inmigración, que vuelve a mirar a Granada con otros ojos.

La cifra de habitantes españoles continúa la tendencia a la baja de los últimos años

Aunque no se han registrado niveles de inmigración similares a los de antes de la crisis, como sí ha sucedido en el conjunto nacional, los flujos migratorios han sido este último año bastante más positivos que en los ejercicios anteriores. A lo largo del primer semestre de 2017 han llegado a Granada 2.899 personas, un 24,5% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando solo se registraron 2.326 entradas de nuevos habitantes procedentes del extranjero.

Estos datos, que consolidan los crecimientos registrados en el conjunto de los años 2016 y 2015, han logrado compensar la emigración de granadinos al extranjero, arrojando un saldo positivo de 641 personas. Según los datos del INE, ya en los dos semestres de 2016 se comenzó a invertir la tendencia negativa que llevaba instalada desde la segunda mitad de 2012, fruto de una mayor tasa de emigración que de la entrada de extranjeros.

En cualquier caso, las cifras de inmigración siguen estando muy alejadas de las de antes de la crisis económica. Basta con echar un vistazo al número de personas que llegaron a la provincia en el primer semestre del año 2008: 4.072, una cifra que prácticamente dobla la actual.

En cualquier caso, el comportamiento de la colonia internacional de Granada, compuesta por 58.716 habitantes, ha sido bastante más positivo que el de la nacional. La población extranjera que reside en la provincia no solo ha experimentado un crecimiento del 1% en el último año, sino que si se comparan los datos de julio de 2017 con los de enero de este mismo año, el balance todavía es más positivo, con un incremento del 1,2%.

La principal colonia granadina sigue siendo la procedente de la Unión Europea, que cuenta con 29.549 miembros. La segunda es la africana, con 13.227, seguida de la sudamericana, con 7.615. En el último año estos colectivos han tenido comportamientos muy dispares. La colonia europea ha crecido un 2,2%, pero tanto la africana como la sudamericana han registrado pérdidas de población, del 2,5 y del 0,4%, respectivamente.

La evolución del colectivo internacional contrasta con los habitantes españoles, que en los últimos seis meses han registrado un descenso del 0,14%, equivalente a 1.447 personas. Se trata de un comportamiento similar al que resulta de la comparación interanual, que arroja una caída del -0,12%.