Importante bajada en los datos absolutos hasta julio

Desciende un 73% la llegada de inmigrantes en pateras a la Costa de Granada

  • El mayor control en los flujos migratorios sumado al coronavirus han provocado esta caída

  • La Policía Nacional reclama mejoras en el CATE de Motril y más pruebas PCR

Inmigrantes llegados a Motril este verano.

Inmigrantes llegados a Motril este verano. / Alva Feixas / Efe

El número de inmigrantes llegados hasta la Costa Tropical de Granada durante lo que va de año alcanzó los 636, lo que supone una caída del 73% respecto al mismo periodo de 2019. El aumento de control de los flujos migratorios que comenzó a apreciarse a finales del año pasado junto a la crisis derivada del coronavirus han provocado que la cifra haya descendido significativamente durante los primeros siete meses del año. Eso sí, con la desescalada progresiva y el tiempo propio del verano, las pateras han vuelto a cruzar el Mediterráneo hasta las playas granadinas, como ocurrió ayer cuando 21 inmigrantes marroquíes fueron localizados y atendidos en el Puerto de Motril.

Después de una subida progresiva en las cifras de inmigración entre el año 2013, cuando llegaron a la Costa de Granada 448 personas, y 2018, cuando lo hicieron 9.406, en el año pasado se produjo un fuerte descenso de casi el 60% hasta los 3.828 inmigrantes y en 2020 la cifra se verá nuevamente reducida. Los 636 inmigrantes de este año, según datos de Subdelegación de Gobierno en Granada, contrastan con los 2.397 que llegaron en el mismo periodo de 2019, siendo los meses de junio y julio donde mayor descenso se produjo, con un 98 y 94% respectivamente, con la salvedad del cierre total que se produjo en el mes de abril y que provocó que la cifra bajara hasta cero. Ya en enero, la inmigración ilegal se redujo considerablemente aunque en febrero y marzo marcaron cifras similares al año pasado.

La procedencia mayoritaria de los inmigrantes, quienes son sometidos a un reconocimiento por parte de Cruz Roja y a unos test rápidos de coronavirus, es el África Subsahariana, con un 56%, seguida de Marruecos, con un 32%. El resto, un 12%, procede de Argelia. De esta forma, se sigue la misma tendencia que imperó en toda la década pasada, en la que llegaron 21.240 subsaharianos y 2.106 marroquíes.

Todo ello pese al aumento generalizado de argelinos en el tráfico ilegal en el entorno del Estrecho. Generada durante este verano tras la reducción drástica de las corrientes migratorias desde Marruecos, esta situación aún no se materializa en Granada. Además, una amplia mayoría (78%) son varones adultos, mientras que hay pocos menores (12%) y apenas mujeres (11%), marcando así unas proporciones similares a las vistas en años anteriores.

La tendencia habitual es que en otoño la llegada de inmigrantes descienda considerablemente respecto al verano. En 2019, la bajada en los meses de septiembre, octubre y noviembre respecto al verano fue del 40%. Sin embargo, desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), avisan de que no hay previsión clara. "Es una lotería. Todo depende de si Marruecos abre el grifo", explica el secretario provincial del sindicato en Granada, César Calín.

Desde SUP también se refirieron a las pruebas de coronavirus y exigieron PCR periódicas para los policías que trabajan directamente con los inmigrantes, "al igual que los médicos", ya que la probabilidad de contagio "existe por mucho que se intenten cumplir todas las medidas de higiene", sobre todo porque tienen que "recordarles continuamente el uso correcto de la mascarilla o guantes".

Calín también advierte de los problemas existentes en el Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE) situado en Motril. "Estamos funcionando bastante mal. Llevamos años denunciando la falta de personal y la carencia de medios materiales e infraestructuras. Eso en circunstancias normales, a día de hoy sumamos el problema del coronavirus", explica y además califica la situación en la que trabajan sus compañeros del CATE como "penosa".

Según él y apoyándose en las palabras del Defensor del Pueblo en las que advertía el pasado 7 de agosto de las carencias del centro, las instalaciones donde se ubica a los inmigrantes es mientras se les realizan los trámites de identificación y reseña, deberían estar "cerradas" porque no reúnen los requisitos mínimos de proporción y distancia entre trabajadores e inmigrantes.

De ahí que soliciten la apertura del nuevo CATE y se clausure el existente, aunque “temen que la Administración quiera dejarlo ahí por si acaso”. Respecto a esto, también abogan por una serie de infraestructuras a lo largo de la costa granadina, murciana y levantina para distribuir a los inmigrantes en caso de que un centro, como el de Motril, donde "los meten con calzador", colapse. Un problema al que también se refirió ayer el parlamentario popular Rafael Caracuel, quien pidió que se habilite un espacio de acogida con la UME en el Puerto de Motril para los inmigrantes que lleguen a las playas de la Costa.

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