La Universidad se enorgullece de su actividad investigadora y habla con la cabeza bien alta de sus éxitos en este ámbito. Sin embargo, los jóvenes investigadores que con su trabajo contribuyen a que estos logros sean posibles no están muy contentos de cómo les trata la institución académica.

Básicamente, piden la conversión de becas a contratos, para que se les considere como trabajadores de pleno derecho. Así se lo ha expuesto la asociación de jóvenes investigadores ASI a los cuatro candidatos, con los que ha mantenido reuniones y a los que ha expresado otras de sus demandas, como que se solucione la problemática de los llamados investigadores 'sin papeles', que no tienen remuneración regulada ni protección laboral. "En general han respondido positivamente a nuestras demandas", señala un miembro de la asociación , David Gallego.

Luis Rico consideró sus propuestas "muy razonables" y aseguró que las ha incorporado a su programa. Así, se lee en sus páginas que "se limitará la permanencia de investigadores que realicen su labor sin remuneración alguna"y que "todo el personal investigador contratado para el desarrollo de un proyecto de investigación disfrutará de un contrato laboral".

En el programa de Rafael Payá también se recoge que "el personal investigador en fase inicial debe tener contrato laboral desde el inicio de su actividad investigadora" y, más concretamente, que "se establecerá la obligación de contratar al personal con cargo a proyecto, impidiendo que se puedan remunerar mediante becas actividades que claramente tienen carácter laboral".

Antonio Campos promete "promover la transformación de las becas a contratos, de forma que la relación contractual de los jóvenes investigadores con las instituciones que financian su formación garantice todos sus derechos laborales".

Lodeiro, por su parte, se compromete también a apoyar la carrera investigadora "mejorando las condiciones de estabilidad, remuneración y reconocimiento de los becarios y contratados de investigación predoctorales".