Granada

Los jueces y la Policía desmontan la conspiración contra el Granada CF

  • El club lleva su denuncia de cámaras ocultas hasta la Audiencia, que descarta cualquier delito y pone en evidencia las sospechas

  • Lo que señalaban como un grabador ha resultado ser un retenedor magnético para cerrar la puerta del director general

La supuesta conspiración a través de cámaras ocultas para desvelar secretos internos del Granada CF, en la que insisten los actuales dirigentes del club, se ha difuminado en los últimos meses a medida que la Policía y los jueces han investigado el asunto. Destaca la última resolución de la Audiencia Provincial, que confirma el archivo del caso y llega a poner en evidencia la denuncia con ejemplos como la confusión de un supuesto dispositivo de grabación con un simple retenedor magnético para que la puerta del despacho del director general quedara bien cerrada. 

En paralelo a esto, el club también ha tenido que enfrentarse a varias demandas laborales y asumir como improcedentes los dos despidos que llevó a cabo, casi de forma inmediata, de las personas a las que responsabilizó de esa supuesta trama de espionaje. El informático y el jefe de seguridad fueron señalados entonces por el Granada CF, tuvieron que dejar sus puestos de trabajo y declarar ante la Policía. 

Todo empezó el 29 de octubre del año pasado, cuando el director jurídico del Granada CF se personó en la Comisaría de Policía del Zaidín para presentar un documento de 4 folios firmado por el mismo representante legal del club, en el que trasladaba varias denuncias, entre ellas el descubrimiento de una red de cámaras ocultas en sus oficinas y en el estadio con el fin de "ver y escuchar conversaciones privadas y de ámbito profesional". 

En la denuncia, el Granada CF apuntaba como supuesto responsable de la instalación del sistema de cámaras al ex director de operaciones, compras e infraestructuras del club, que fue sustituido con la llegada al club de un nuevo director general, Antonio Fernández Monterrubio. En el documento presentado en la Policía exponían que el antiguo trabajador, "en conversaciones de bar, se jactaba de decir que había instalado una cámara en el despacho del director general y contaba conversaciones privadas con éste último". 

Cámaras ocultas en el Granada CF Cámaras ocultas en el Granada CF

Cámaras ocultas en el Granada CF

Otras dos cámaras estaban situadas junto a las puertas delantera y trasera del almacén de utillaje y material deportivo. Y la última, en el detector de humos de la cocina de la Ciudad Deportiva del club.

El asunto, que en pocos días trascendió y fue difundido por todos los medios de comunicación nacionales, fue el argumento del club para prescindir casi sobre la marcha de los servicios de dos personas: el informático y el jefe de seguridad del Granada CF, que desempeñaban sus trabajos, uno como autónomo y otro como empleado, desde 2017 y 2016. Es decir, que llegaron al club con la primera directiva del actual propietario, Jiang Lizhang, y de la mano del director de operaciones que había sido sustituido.

En respuesta a la denuncia de posible espionaje se abrieron diligencias judiciales y la Policía comenzó sus pesquisas. Los agentes hicieron visitas a las instalaciones del club, analizaron los dispositivos y tomaron declaración a diferentes personas del Granada CF, incluidos los dos trabajadores que tuvieron que dejar sus empleos. Tras la entrega de los primeros informes policiales, el Juzgado de Instrucción número 7 de la capital acordó el 16 de enero pasado el sobreseimiento del caso, al argumentar que “de lo actuado, no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa".

El juez de instancia, según los informes policiales de los que disponía, expuso que "no se encontraron cámaras en zonas privadas". Pero la resolución no contentó al club rojiblanco y sus representantes legales recurrieron la decisión ante la Audiencia Provincial.

La Sección Primera ha resuelto, a través de un auto al que ha tenido acceso este periódico, la confirmación del archivo del supuesto delito de "descubrimiento y revelación de secretos". Uno de sus principales argumentos con los que insistía el club deportivo en su recurso judicial, era el supuesto rastro de la instalación de una cámara en el techo del despecho del director general, Antonio Fernández Monterrubio. "Mas no hay ningún dato que avale el hecho de que en tal lugar haya habido alguna vez una cámara", destacan los magistrados, quienes recuerdan que no ha aparecido instalación ni preinstalación, salvo la de un retenedor magnético para el cierre de la puerta de ese despacho. 

En general, el auto explica que "los artificios técnicos, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen", para ser considerados ilegales, "han de utilizarse para descubrir secretos o la intimidad de otro y sin su consentimiento". Los magistrados rechazan investigar un asunto que se originó con la aparición de una cámara en la sala de control del estadio de Los Cármenes, "pues todas las personas que tenían acceso a esa sala conocían las existencia de la cámara y el motivo por el cual se puso, cámara cuya utilización era consentida por todos ellos". 

Respecto a otras cinco cámaras camufladas en los dispositivos de detección de movimientos e incendios, dice el auto que su función era la de "control de accesos" y por ello tampoco hay que investigarlas. "De hecho esas cámaras carecían de audio por lo que difícilmente podría sostenerse que el propósito de su instalación era el de descubrir secreto alguno de naturaleza empresarial que poseyese el Granada  Club de Fútbol SAD". 

El informe elaborado por la Policía, del que ya informó este periódico, exponía que las cámaras ocultas encontradas estaban camufladas en detectores de movimiento y humos de los pasillos de entrada a los vestuarios, en almacenes de material y en la cocina de la Ciudad Deportiva. Además de las zonas de acceso a las dependencias de jugadores y árbitros, otras dos cámaras estaban junto a las puertas delantera y trasera del almacén de utillaje y material deportivo. Y la última, en el detector de humos de la cocina de la Ciudad Deportiva del club.

Los testigos que han declarado ante la Policía informaron de que aquellas cámaras se instalaron hace años con el objetivo de tener control de los accesos a algunas salas con material, sobre todo para limitar posibles robos o intromisiones. 

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