Cuando terminaron bachillerato e hicieron selectividad tenían dos opciones: ir a la universidad, como la gran mayoría de sus compañeros, o escoger un camino ligado a vestir de verde y a velar siempre por salvaguardar a los demás, que se inauguró hace 175 años. Luis Manuel Olaya (Cartagena, 1992) y José Manuel Sáez (Calahonda, 1994) lo tuvieron claro, porque como bien dice este último “cuando uno decide a lo que dedicarse, tiene que ser algo en lo que trabaje feliz”. Pese a tener 26 y 24 años, Olaya y Sáez ya forman parte de la escala de mandos de la Guardia Civil: son los dos tenientes más jóvenes de la provincia –el primero en la Compañía de Baza como teniente adjunto y destinado en Huéscar; el segundo, en la de Órgiva, con sede en Ugíjar– y un claro ejemplo de que la sinergia entre la experiencia que da la veteranía y la nueva visión que ofrece la juventud es la mejor herramienta de la Benemérita para hacer frente a los retos que cada día van surgiendo en la sociedad.
–Sois un ejemplo de la evolución y la modernidad que ha ido sufriendo la Guardia Civil a lo largo de sus 175 años de historia. A tenor de lo que habéis estudiado u os han contado, ¿qué creéis que es lo que más ha cambiado?
–Olaya: Sobre todo el tema de los derechos. Antes se trabajaba muchísimo y se descansaba poco, ahora la verdad es que se ha conseguido avanzar bastante en ese sentido. También la llegada de las nuevas tecnologías han mejorado bastante la Guardia Civil, pero el fin del trabajo sigue siendo el mismo.
–Sáez: Al menos, el fin y los objetivos son los mismos. Los medios para llegar al fin sí que han cambiado bastante y hay que adaptarse, pero la Guardia Civil es eso: capacidad de adaptación a cualquier cosa.
–¿Cómo se gestiona el llegar a la Guardia Civil, un cuerpo casi bicentenario, en el que por lo general tenéis que coordinar a agentes mayores que vosotros?
–S: Principalmente con cercanía. Ellos tienen que entenderlo y nosotros tenemos que ser conscientes, empatizarlo y ponernos en su lugar. Llevo pocos meses de teniente, desde finales de octubre concretamente, pero nunca he tenido ningún problema, porque por cercanía estamos todos en la Guardia Civil, sabemos lo que significa, los valores y la disciplina que hay que cumplir y todos tenemos que remar para el mismo sitio.
–O: También siendo conscientes de lo que hay. Es cierto que llega un teniente joven y pueden pensar “a ver qué va a hacer”, pero la verdad es que llevo tres años de teniente y tanto el primero, que estuve en la Compañía de Armilla en comisión de servicio, como los dos que llevo en Baza, no he tenido ningún problema. Se han portado genial conmigo y la disciplina la siguen manteniendo como si fuera el primer día que ellos salieron de guardia civiles. Se trabaja muy a gusto.
–Y los ciudadanos, ¿cómo han reaccionado al ver que sus tenientes son tan jóvenes?
–O: En los pueblos tienen mucho cariño a la Guardia Civil y mucho respeto al teniente. Se sorprenden porque antes tenían un teniente más mayor y no están acostumbrados, pero te tratan bien.
–S: De hecho, hay muchos pueblecitos y a veces una persona mayor te dice: “Mi teniente, a ver cuándo pasas por mi pueblo”.
–¿Cómo es recoger el testigo del teniente anterior?
–O: En Huéscar, el teniente anterior llevaba nueve años y conocía bien la Compañía. Así que he continuado lo que él estaba haciendo y también trato de estar muy encima de la gente, ver qué se está haciendo, y estar con ellos. Me gusta mucho estar en la calle y hacerles ver que los jefes también están ahí. Creo que es bueno dar un poco de ejemplo en ese sentido.
–S: En mi caso lo conocí personalmente y según las opiniones de todos, dejó el listón bastante alto. He tratado de mantener todo lo que se ha hecho muy bien. A los agentes les gusta que el teniente salga a la calle y esté con ellos. Es la cercanía de la que hablábamos al principio, todo el mundo lo agradece.
–¿Y cómo se llega a ser teniente tan joven?
–O: Por nuestra formación. Ocurre igual que cuando quieres entrar en la universidad: va con la nota de selectividad. Además, tienes unas pruebas de inglés, pruebas físicas y test psicotécnicos. Una vez pasas el corte, se hacen dos años en la Academia Militar de Zaragoza y tres en la de Aranjuez.
–S: Son cinco años que terminas obteniendo el grado de teniente.
–¿Cómo es el cambio de la Academia a luego formar parte del Cuerpo? Y más, teniendo una responsabilidad extra...
–O: Lo que estudias te sirve, pero te das cuenta de que con lo que realmente vas aprendiendo es con los casos prácticos que te surgen día a día. Vas fallando y aprendiendo, así hasta que al final más o menos consigues manejarlo todo, porque al final nuestro trabajo es un mundo distinto cada día.
–S: En la Academia te enseñan, pero luego cada sitio al que vas tiene su particularidad. También te apoyas en la gente veterana, en los comandantes de puesto, que siempre te ayudan.
–¿Cuál es la situación mas compleja que os habéis encontrado?
–O: Recuerdo un caso en verano de 2017, un asesinato por violencia de género en el que estaba yo de jefe de la Compañía porque el capitán estaba de vacaciones. La escena fue brusca y muy violenta. El caso estaba prácticamente resuelto porque el marido también se suicidó, pero son cosas que no se olvidan.
–S: En el poco tiempo que llevo aún no hay ninguna. Sé que me tocará y ahí hay que agradecer la formación que nos han dado para todo eso, para ver cualquier cosa y poder reaccionar. Siempre hay que tener sentido común y cabeza fría a la hora de reaccionar.
–26 y 24 años y ya tenientes. ¿Y mañana?
(Risas).
–S: No pensamos en el mañana, sino en un futuro cercano. Sabemos lo que es la Guardia Civil, que hoy estamos aquí y mañana no se sabe. No podemos pensar dónde estaremos dentro de unos años. Vamos día a día.
–O: Siempre se tienen aspiraciones, pero ser teniente ya es un logro. A capitán llegaremos por antigüedad, pero a comandante y demás... Ya se verá.
–¿A dónde os gustaría ir destinados?
–O: Pues hace dos años me saqué el curso del Servicio Marítimo y cualquier sitio de la costa española me serviría, porque ese servicio me gusta bastante.
–S: En eso coincidimos los dos. Somos de costa y nos encantaría estar en sitios de costa, pero la verdad es que me gustaría ir a la Policía Judicial de aquí de Granada.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios