Que las camareras de piso, conocidas como las 'kellys', tengan un salario y unas condiciones de trabajo dignas está más cerca. Al menos así lo pone de manifiesto el acuerdo alcanzando por Alterna, empresa de externalización de servicios, Hoteles Barceló y la Unión General de Trabajadores (UGT), presentado en la mañana de ayer por miembros de las tres entidades. Este pacto, considerado como "pionero" por las tres partes implicadas en la negociación, básicamente consiste en que las personas encargadas de limpiar las habitaciones de los hoteles de la cadena en Granada, labor que Barceló tiene externalizada con Alterna, estén adscritas al Convenio de Hostelería de Granada y pasen a cobrar lo estipulado en el texto, aprobado el pasado marzo, además de implementar un plan de formación y capacitación. Un acuerdo que, además, tiene la vocación de ser extendido a nivel nacional, según los convocantes.

El acuerdo presentado por Alterna, Hoteles Barceló y la UGT se desarrolla en tres puntos. El primer sobre la calidad del empleo, donde se aplicará el Convenio de la Hostelería de Granada por parte de la empresas hoteleras y las de externalización de servicios, y así "solucionar la conflictividad" en el sector y atender a las "reivindicaciones de un colectivo que hasta la fecha ha sido injustamente tratado", explican los firmantes del acuerdo. En segundo lugar tratarán de dignificar el sector tratando de hacer crecer la calidad del servicio con el crecimiento turístico del país, además de "crear un entorno en el que las empresas especializadas compitan con las mismas reglas del juego". En este punto, el presidente de Alterna, Jesús Platero, explicó que es "imposible competir con una empresa que paga la limpieza de una habitación a dos euros por hora". El tercer aspecto del acuerdo es "internalizar" un plan de formación y capacitación para estos trabajadores, mujeres en su mayoría, certificado por un sello de calidad de la compañía alterna, donde los profesionales recibirán instrucción en dos áreas referidas a la salud, a través de su vigilancia y la ergonomía (muchos problemas de salud de este tipo de trabajadores proceden de mantener posiciones inadecuadas durante su labor), atención al cliente, incluida formación en inglés, y unas prácticas remuneradas de 200 horas según el Convenio de Hostelería.

La experiencia viene avalada por una prueba realizada en hoteles de Canarias

"Este acuerdo da un giro de 180 grados a las relaciones laborales existentes entre las empresas multiservicios y las trabajadoras", explicó Antonio Muñoz, secretario general de la federación de servicios, movilidad y consumo de la UGT, para quien este documento "nos da lo que hemos venido persiguiendo desde los sindicatos: que se reconozca esta profesión y que no sean excluidas, que casi estaban siendo esclavizadas, donde ser les pagaba dos euros por habitación".

Por su parte, Jesús Platero, presidente de Alterna, destacó que "este acuerdo pretendía sumar al máximo números posible de actores entre empresas del sector, cadenas hoteleras, organizaciones de trabajadores, agentes sociales, así como empresas que están en el sector de la externalización". "Aquí somos conscientes de cuáles han sido las malas prácticas, y también de las buenas. Este acuerdo puede ser pionero porque puede ser una experiencia que se exporte no sólo a Granada, si no a todo el territorio de España", declaró el empresario, que dijo entender que las reivindicaciones del colectivo de las kellys "son justas y razonables".

Este acuerdo se comenzará a implantar en los cuatro hoteles de la cadena Barceló en Granada capital: Carmen, Granada Congress, Occidental y Allegro. "Estamos muy contentos de haber llegado a este consenso. No entendemos otra manera de actuar que cumplir el convenio y exigir a las empresas que están con nosotros a que lo cumplan", valoró Guillermo Faraldo, director general de Hoteles Barceló en Granada. "Nosotros entendemos que cumplir las normas es para todos. Se compite de igual a igual y hace que la gente tenga un salario digno a su trabajo", añadió el directivo.