La suerte en Granada

La lluvia de millones llega a Granada a través de internet

  • El primer premio del Sorteo Extraordinario de Navidad lleva la suerte hasta Albolote, Almuñécar y Cúllar. El 76.058 deja 1,2 millones en toda la provincia.

Todas los 22 de diciembre se repiten año tras año los mismo tópicos. Los grupos de gente disfrazados llegando  al salón de loterías del estado, los desayunos con el ruido de fondo del soniquete de los niños de San Ildefonso, periodistas y los empleados de las sucursales bancarias a la espera de salir a por los ganadores, y el día del año en el que más se valora tener salud. Pero en esta historia cíclica también hay novedades. Por ejemplo, este año, por primera vez, una parte del Gordo de la Lotería de Navidad se ha vendido por internet. A través de los cables de fibra óptica ha viajado en esta ocasión la suerte, que ha dejado en la provincia de Granada 1,2 millones de euros de ese primer premio. 

 

El numero aúreo era ayer el 76.058, del que se han vendido tres décimos que han ido a parar a Albolote, Almuñécar y Cúllar, cada uno agraciado con 400.000 euros. Pero este año, una de las novedades es que muchos de los ganadores en vez de dejarse llevar por el subidón de alegría han preferido ser cautos y seguir en el armario de la pobreza. 

Eso ha ocurrido en el Albolote, en el que la Administración situada en la calle Doctor Barraquer número 13 ha expedido uno de los décimos ganadores. Su propietaria, María de los Santos Abamoles, estaba "muy emocionada", porque para un lotero "la máxima ilusión es dar el gordo". "Cuando me ha llamado  mi cuñado para decírmelo ni me lo creía. Cuando me he dado cuenta que era verdad, me he echado a llorar", decía la exultante propietaria de la administración de loterías, que ayer no hacía más que recibir felicitaciones de todos los clientes que iban llegando. 

Pero que el ganador no diga quien es no le quita expectación al asunto. Al revés, le da más, pero que ayer en Albolote no se hablaba de otra cosa: el día del Sorteo Extraordinaria de Navidad todo eran quinielas sobre quien sería el premiado. 

 

Paqui García y Jorge Ramírez, propietarios de la Papelería Cervantes, contigua a la administración, comentaban que ellos sólo "habían visto curiosos, periodistas y los de la cajas de ahorros". "Aquí nadie decía que fuera él", señalaban los dueños del establecimiento, que a la vez que contestaban a las preguntas de los medios tenían que responder a las de los vecinos que pasaban y al ver el revuelo preguntaban si eran ellos los afortunados. 

Otra librería de Almuñécar que despacha lotería fue la que se dio el gusto de repartir nada menos que 400.000 euros al apostador que compró otro de los décimo del 76.058. 

El afortunado tampoco se hizo presente en el establecimiento ni se dio a conocer, mientras que la propietaria no recuerda quién fue el comprador del billete, que se emitió a través del terminal.

 

La noticia de que el primer premio había tocado en la librería y papelería Jofi, situada en la avenida de Andalucía y frente a la Carrera de la Concepción, llevó a que muchos vecinos se acercaran hasta el local para dar la enhorabuena a su propietaria, María Teresa Gamarra González, para quien ha sido "una ilusión muy grande" por que "es un premio a nuestro trabajo". La responsable del despacho aseguró que "repartir y vender ilusión todos los días es maravilloso, y yo disfruto mucho con este trabajo al ver la ilusión con la que las personas que compran cogen el boleto. Gracias a la Lotería se pueden hacer realidad muchos sueños".

 

Esta no es la primera vez que este despacho reparte premios, aunque sí de Lotería de Navidad. El más reciente fue en agosto de 2011 cuando vendió un primer premio de Bonoloto que distribuyó 655.000 euros; en 2007 repartió un segundo premio del Euro Millones de 444.000 euros; y el primero de todos fue en julio de 2001, a los tres meses de empezar a trabajar con Lotería, con un segundo premio de El Gordo de La Primitiva que entregó 11.600 euros. La librería comenzó a vender números de la Lotería Nacional, del Gordo y de El Niño hace dos años, cuando instaló el terminal. 

 

Al haber sido sólo un décimo del primero premio el que se vendió en la localidad, y con comprador anónimo, no se vivieron las habituales imágenes de algarabía y gente descorchando champán. Pero la librería Jofi vivió ayer una mañana muy animada: "Han venido muchos clientes a darnos la enhorabuena, ya que aquí nos conocemos casi todos", concluyó Gamarra. 

 

El otro décimo del gordo de Navidad se quedó en Cúllar. La niebla en la que amaneció envuelta la localidad de la comarca de Baza la mañana del 22 de diciembre no hacía presagiar la buena noticia. A eso de las diez y cuarto, el copropietario del supermercado Supertope, del grupo Upper, ubicado en la calle Jofré, Pedro Jiménez, recibía una llamada de teléfono de una amiga, Mercedes, que tiene una administración de loterías en Almería para decirle que "han dicho en la tele que el gordo ha caído también en Cúllar-Baza". Miró sus décimos y efectivamente, uno de los décimos que tenía era el 76.058. Sin perder tiempo se lo comunicó a su tía, María Carmen Arcas, con la que comparte la propiedad del establecimiento, y a su hermano, Fran, porque ese resguardo era de los tres, lo habían comprado "a medias".

 

Desde ese momento el local fue un ir y venir de vecinos que a lo largo de la mañana fueron conociendo la magnífica noticia. Las botellas de champán bailaban y las risas, los sofocos, e incluso las lágrimas, pusieron el sentimiento en la escena.

 

Mari Carmen Arcas y su sobrino Pedro Jiménez regentan un supermercado en el que hay un punto de venta de loterías y apuestas del Estado, el que hace más de cincuenta años fundara su padre y abuelo, respectivamente. El otro sobrino, Fran, es dueño de un taller de electrónica del automóvil. En esa administración se produjo el milagro el pasado 8 de diciembre. Un vecino se acercó a comprar lotería. Mari Carmen sacó un número por el terminal y se lo entregó al cliente. Pero éste lo rechazó porque no se fiaba de esa "modernura" que parece un ticket de compra y le pidió que le diera un billete normal. Además, el número no le gustaba porque tenía un cero en el medio. La dueña del local, ya que lo había impreso, se lo quedó, porque además era el día de su cumpleaños, "por eso no se me olvidará la fecha". Luego, como juegan tanto a la lotería, le ofreció compartirlo a sus sobrinos. Y así lo hicieron. Les acaba de entregar 133.333 euros a cada uno.

 

Parecer ser que, al día siguiente, Pedro volvió a imprimir algunos décimos más del terminal y, según dicen ellos, fueron del mismo número. Hasta diez se podrían haber ofrecido en la ventanilla. No obstante, en el fragor de la celebración, ninguno acierta a asegurar si fue así o no y en todo caso quien pudo comprarlos. "Es raro", dicen, "porque no ha venido nadie a celebrarlo".

 

Es la primera vez que dan, mejor dicho, que venden, bueno, que intentan vender y que al final se quedan ellos, un número del gordo de Navidad. Por cierto que con ellos había un vecino que hace diez años también fue le tocó el gordo navideño, aunque el décimo entonces lo compró en la localidad almeriense de Vélez Rubio. Allí los dejamos en el supermercado. Mari Carmen siguió atendiendo a sus clientes, pesando la fruta, vendiendo el pescado. Eso sí, a todo el que aparecía lo invitaba a almorzar marisco. 

 

Y la niebla fue desapareciendo y quedó una tarde maravillosa en Cúllar que la familia celebrará por lo alto, como al menos otras dos personas más de la provincia de Granada que ha preferido permanecer en el anonimato en estos en los que el ciclo de la fortuna está en su parte más baja para el resto de la gente que ayer celebró su salud. 

 

/Con información de S. Sebastiani y Santiago Medina

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