"Hay gente que te puede hacer mucho daño. Te voy a joder viva y muerta, guapa. No tengo nada contra ti, pero te machacaré de todas formas. Debe ser envidia, puede ser, pero te machacaré. Qué suerte tuviste, guapa, la que yo no tuve. Lo siento, pero te machacaré sin conocerte hasta hacerte daño". La persona que escribió estas inquietantes amenazas es, presuntamente, una usuaria gallega de Facebook, vecina de un pueblo de Lugo, que eligió como destinataria y víctima primero a una desconocida de Barcelona y luego a otra de Granada, ambas con cuentas en la red social creada por el estadounidense Mark Zuckerberg .

La autora de las amenazas -supuestamente la internauta gallega- cargó las teclas contra las dos. Las eligió al azar y las convirtió en sus presas cibernéticas. Así se desprende de las pinceladas del caso que se dan en un auto del Tribunal Supremo (TS), dictado a finales de octubre del año pasado para determinar qué juzgado debe investigarlo.

La resolución resuelve que este asunto, que pone en evidencia la facilidad con que se puede incomodar a una persona desconocida y de un lugar lejano gracias a internet y las nuevas tecnologías, no debe ser investigado ni en Granada ni en Lugo. A juicio del Alto Tribunal debe ser el juzgado de Barcelona donde inicialmente recayó el asunto el que determine si la autora de las amenazas es ciertamente la persona identificada por los investigadores policiales y si merece reproche penal.

El Supremo tiene establecido que a la hora de determinar la competencia de un juzgado u otro en casos de injurias, calumnias y amenazas vía internet o telefónica que implican a personas de distintos municipios, siempre debe de resolverse a favor del juez del lugar del domicilio de los ofendidos.

En este caso, en el que hay dos ofendidas, la catalana y la granadina, el Supremo concluye que, aunque la presunta autora de esos perversos mensajes sea de Lugo, la investigación debe llevarse a cabo en el municipio de la primera en denunciar, que fue la catalana. "Las amenazas son un delito de mera actividad que se consuman con la llegada del mal al destinatario", señala el TS, que recuerda que la primera en recibirlas fue la mujer de Barcelona, municipio donde se incoaron las primeras diligencias previas.

Así, la investigación en la ciudad condal, que se inició en noviembre de 2012 en el Juzgado de Instrucción número 4, culminará allí por orden del Supremo. En Granada, cuando la víctima denunció el año pasado, llegaron a abrirse otras diligencias previas, pero el juzgado instructor -no se especifica en la resolución cuál fue- se inhibió a favor del juzgado del municipio de Lugo donde vive la presunta autora, que a su vez se inhibió a favor del de Barcelona, trasladando al final este último el asunto al Supremo para que decidiera de quién era la competencia.

La persona que profirió, vía Facebook, las amenazas a la víctima catalana sustrajo fotos de su perfil y usurpó su identidad, creando una nueva cuenta con su nombre e imagen para hacerse pasar por ella, y poder contactar y conversar así con sus amigos y familiares.

La víctima, alarmada, denunció los hechos ante los Mossos d'Escuadra, sin saber que no había sido la única 'elegida'.

La otra, la de Granada, aseguró en su denuncia estar sufriendo ataques similares, la cual formuló el 31 de enero del año pasado. Según precisa el auto, la mujer manifestó haber sido víctima de "una situación continuada de acoso y amenazas" desde cinco perfiles de Facebook usados por la misma persona, que se había comunicado con sus allegados y su familia. Incluso, en su caso, había contactado con sus clientes "suplantando su identidad y fotos de sus perfiles originales".