Granada

Adaptarse en tiempos de pandemia: de los álbumes de fotos a las mamparas protectoras

  • Producir elementos para la prevención del virus y digitalizar su negocio permitieron a esta pequeña empresa de fotografía e impresión mantenerse activa durante el confinamiento

Adaptarse en tiempos de pandemia: de los álbumes de fotos a las mamparas protectoras

Adaptarse en tiempos de pandemia: de los álbumes de fotos a las mamparas protectoras / A. L. Juárez / Photographerssports

Desde el inicio de la crisis del Covid-19, el Servicio Público de Empleo Estatal ha abonado más de 5,2 millones de prestaciones, de las cuales 3,7 millones corresponden a los trabajadores en situación de ERTE. Ante la imposibilidad de mantener su actividad durante el estado de alarma, muchas empresas se vieron obligadas a tomar esta medida, facilitada por el Gobierno con el objetivo de evitar que los empresarios tuvieran que recurrir a los despidos masivos. Andalucía es, según datos del SEPE, la segunda comunidad autónoma que más prestaciones por ERTE ha recibido (508.900), solo por detrás de Cataluña (751.578).

En medio de este escenario desolador, algunas compañías han tenido la capacidad y la posibilidad de ajustarse a él y sobrevivir a los devastadores efectos que el coronavirus ha supuesto para la mayoría de los negocios no esenciales. Así lo hizo, por ejemplo, la empresa encargada de la producción del Ron Montero, que paralizó la producción de esta bebida alcohólica para poner su destilería a disposición del Ministerio de Sanidad y garantizar así el abastecimiento de alcohol sanitario, que debido a la creciente demanda de gel desinfectante, escaseaba.

Un ajuste similar llevó a cabo Hiperdigital, una pequeña empresa de fotografía social e impresión industrial con sede en el granadino municipio de Peligros, que ha conseguido adaptar su producción a la demanda y las limitaciones propias de una situación tan excepcional como un estado de alarma.

Antes, comenta su gerente Javier Cabado, sus principales clientes eran fotógrafos de bautizos y comuniones. El cometido de su empresa era enmarcar sus fotos en elegantes álbumes de lino o imprimirlas en todo tipo de objetos personalizables.

Aunque también se encargaban de la impresión de cartelería del ámbito industrial. A pesar de que fueron momentos de gran incertidumbre, admite, prescindir de sus trabajadores siempre fue su última opción.

Ahora producen todo tipo de elementos destinados a la prevención del contagio: desde los carteles que a la entrada de cualquier establecimiento nos recuerdan las nuevas medidas de higiene a tener en cuenta, hasta los vinilos que marcan la distancia de seguridad en la cola del súper. Incluso han encontrado la forma de diseñar, con materiales que ya usaban previamente, esas mamparas transparentes que nos separan de los dependientes a la hora de pagar.

Esta adaptación no solo les ha servido para abastecer de elementos de prevención y seguridad frente al coronavirus a otros establecimientos, sino que les ha permitido mantener su empresa en funcionamiento con los cuatro trabajadores de su plantilla en activo.

Pero, a decir verdad, estos nuevos productos suponen solo un 20% de los ingresos actuales de Hiperdigital. Para Cabado, la clave para poder mantener la actividad de la empresa fue trasladar el negocio a la web. Y es que, según un estudio titulado El estado del ecommerce y el retail, que fue publicado el pasado mes de mayo por la EAE Business School, al inicio del confinamiento un 30% de los consumidores pretendía comprar más por Internet. Mientras que en el mes de mayo este porcentaje ascendía al 53%.

Y parece que esa tendencia se confirma en el caso de Hiperdigital: “Nosotros ya teníamos una tienda online para pedidos de particulares. Lo que hicimos cuando surgió todo esto fue potenciar este sector de la empresa”. “La primera semana de confinamiento las ventas de la tienda online cayeron en picado”, admite. “Pero tras invertir en publicidad, los pedidos no pararon de crecer hasta verse triplicados en la tercera semana”. “Y aún seguimos con esa inercia”, asegura.

Cabado se muestra satisfecho con las decisiones tomadas. Su empresa ha conseguido sobreponerse a una situación muy complicada. Sin embargo, reconoce también que les costó encajar el duro golpe que supuso para ellos en un principio la noticia de no poder desarrollar su actividad con normalidad: “Para ser sinceros, entré un poco en shock cuando nos dijeron que teníamos que estar confinados”. “La incertidumbre era enorme y no sabía qué era lo mejor para la empresa, para los empleados ni para mí”.

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