Granada

Un menú degustación con 22 bocados exquisitos

  • El Claustro organiza una cena especial con algunos de los mejores chefs de Andalucía

La reunión de 22 amigos suele terminar con una competición deportiva o una comilona. En este caso, si el nexo de unión es su pasión por la gastronomía y esos 22 amigos son algunos de los mejores cocineros de Andalucía el resultado fue Tapearte, todo un espectáculo para los sentidos.

Anoche, Juan Andrés Morillas, propietario del restaurante el Claustro del Hotel AC Palacio hizo de anfitrión e invitó a su casa a sus amigos. Entre sus reconocimientos y galardones cabe destacar el de Mejor cocinero de España 2009. Mejor restaurante de la Ciudad de Granada 2009, representante español en el Bocuse d'Or Lyon 2011, final Campeonato mundial de cocineros y elegido por la Revista Capital como uno de los cien jóvenes líderes del futuro. Con un anfitrión así y la calidad de los invitados, el éxito estaba asegurado. El acto, al que sólo asistieron 60 personas y por invitación, fue presentado y conducido por Fernando Rueda, el gastrónomo artífice de este proyecto, que comenzó a organizarse en noviembre de 2010 en Málaga.

El objetivo, según explicó ayer Rueda, no es otro que "deleitar a los espectadores con una de las manifestaciones más arraigadas de nuestra tierra, la tapa". La tapa entendida en un concepto más amplio, según explicaba ayer Morillas, como ese "bocado exquisito" que permite a los comensales probar hasta 22 platos que preparan los cocineros. Cada cocinero prepara uno de esos platos en miniatura "con creaciones que reencuentran tradición y modernidad", según señala el organizador, que se van modificando en cada encuentro.

Entre los maestros que forman este grupo y que reúnen muchas de las Estrellas Michelín de Andalucía, ayer se elaboró el siguiente extenso menú degustación: Alejandro Sánchez, del restaurante Alejandro de Roquetas de Mar, preparó un queso de cabra, arenque curado y oloroso; Álvaro Arbeola, del Takumi de Marbella, un hígado de rape con ponzu y violeta; Amador Fernández, del Amador de Málaga, confeccionó una sinfonía de chocolate y violeta. Benito Gómez, del Tragapatas de Ronda, preparó un ravioli de conejo a la rondeña; y Cati Schiff, de La Hacienda de Marbella, una tarta de queso con plátano al caramelo.

Entre las entradas de pescado destacó el tartar de róbalo en cartucho de algas que hizo Celia Jiménez, de las Bodegas Campos de Córdoba; y el mollete antequerano de chivo lechal malagueño, del Coso San Francisco de Antequera que hizo otra chef, Charo Carmona.

Diego del Río, de El Lago de Marbella, hizo una papad de yogur de soja con tabulé vegetal y Naranja. Fernando González, de Manducare de Málaga, un patifú de berenjenas con foie con pip de piña y Francisco Rabado, del Casa Luque de Nerja, una tapa más consistente de peregrina con guiso de morcilla de Alcaucín y piñones.

Iván Bravo, del Realengo de Los Abades, Málaga, un cortado de leche de cabra y su borracho. Javier Hernández, de Limonar40, unas sardinas al natural y confitura de tomate raf.

Del primer anfitrión, Jordi Bataller, de Hotel Kempinski, un bocado de tortilla de patatas cocidas y migas. Juan Andrés Morillas, una ostra, perla de pepino y mar gintonic. El sevillano Julio Fernández, del Abantal, un huevo escalfado, y el cordobés Kisko García, de El Choco, un salmorejo califal. Los malagueños Mauricio Giovanin, del Mesina, una cigala semicruda con vegetales marinados; Pachu Barrera y Carlos Fuentes, de La Moraga, una cazuela de jibia marenga con garbanzos; Richard Alcayde, del Md Torremolinos, un gazpachuelo de curry rojo; Sergio del Río, del Hotel Monte, un raviole de cremoso de setas y Villi Orellana, del Uvedoble, un cordero segureño con cus-cus. Y, como invitado especial, Israel Ramos de Albalá, con un guiso de calamares.

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