Granada

El móvil no tiene cabida en el aula

  • La prohibición de utilizar los teléfonos en los institutos es generalizada Mientras que en algunos centros se aboga por inhibidores, en otros se cree que la solución está en educar

Es raro encontrar a un adolescente que no tenga teléfono móvil, que no se comunique por whatsapp, que no cuente con un perfil en una red social que controle al minuto, que no esté conectado a través del smartphone. Su dependencia al dispositivo electrónico es visible en la calle, en el autobús y también en el centro escolar. De ahí que los centros granadinos prohíban el uso en los colegios e institutos de los móviles. Sólo se veta el uso, ya que los centros asumen que poner coto a la tenencia es una batalla perdida. En Andalucía no hay una normativa autonómica sobre este particular. Su regulación se deja a cada centro en el uso de su autonomía.

"No se puede usar, pero sí se puede llevar en la mochila o el bolsillo", explica Miguel González, vocal en Granada de la Asociación de Directores de Instituto (Adian) y director del IES Albaicín. A los que incumplen dicha prohibición se les confisca el teléfono durante la jornada y, en el caso de que el alumno sea menor de edad, son los padres los que tienen que ir al instituto a recoger el teléfono. A los mayores se les explica que deben dar ejemplo y porqué no deben usar su móvil en clase. "Suelen ser respetuosos", reconoce González, que sin embargo también admite que ha perdido la cuenta de dispositivos retirados por su mal uso en clase.

"En nuestro Reglamento de Orden y Funcionamiento (ROF) se prohíbe su uso en horario lectivo. No obstante, por distintas circunstancias, es inevitable que lo traigan al Colegio, pero su uso no está permitido", explica el director del Colegio Agustinos de Granada, Antonio Carrón, que señala que los alumnos "son verdaderos maestros del mimetismo a la hora de usar el móvil en clase". En su centro el número de aparatos requisados cada vez es menor "bien porque se va consiguiendo su uso controlado para el ámbito educativo o porque son conscientes de que su uso inadecuado no está permitido", argumenta. Eso sí, reconoce que "siempre hay alguno que aprovecha para ver su perfil de Facebook, leer los mensajes de WhatsApp... Podríamos hablar de un par de decenas en lo que va de curso, pero eso sobre 1.200 alumnos, por lo que supone algo poco significativo".

Sin embargo, hay excepciones al veto. En el IES Albaicín "los alumnos de Imagen y Sonido sí lo pueden utilizar, siempre que el profesor les dé el visto bueno y con un fin académico", alega González. En el Colegio Agustinos -centro en el que el alumnado de Bachillerato ya trabaja únicamente con dispositivos iPad en clase- también se emplean smartphones con finalidades educativas. "Por ejemplo, nosotros hemos desarrollado una App para geolocalizar actividades por la ciudad y se facilita mucho el uso del móvil. En algunas materias, de manera controlada, también se permite el uso, pero siempre que sea bajo un contexto y el control del profesor", señala Carrón.

¿Y en el recreo? También se admiten excepciones. En este caso la línea que delimita si se puede utilizar el móvil es la edad del alumno. "Los alumnos que pasan sus recreos en el patio del colegio no lo pueden usar", señala el director de Agustinos, que añade que los alumnos de Bachiller salen a la calle en el tiempo de recreo, "y allí sí pueden hacer un uso libre".

Uno de los momentos más conflictivos llega en el periodo de exámenes. El profesorado del IES Albaicín asume la labor de control y pide a los alumnos que dejen sus dispositivos encima de la mesa, para evitar que sean utilizados para copiar. "Las nuevas tecnologías son útiles, pero tienen estos inconvenientes", apunta el director, que subraya que sería necesaria una regulación del uso de móviles a nivel andaluz y se muestra partidario de la instalación de inhibidores de señal en los centros.

Sin embargo, Carrón se muestra contrario. "Consideramos que no sería efectivo: nuestro objetivo es educar en su uso, no restringir. Estamos convencidos de que el colegio no se puede convertir en un búnker que distancie a los alumnos de su realidad. Es absurdo que usen el movil tranquilamente en casa y en la calle y aquí eso les suene a restricción", razona el director. "Lo que hay que conseguir es un uso adecuado en cada contexto: para el ocio, para la educación, para la comunicación, etcétera".

Son los docentes los que, en buena medida, cargan con la responsabilidad de que los alumnos hagan un buen uso de los móviles, tal y como reconoce Carrón.

Eso sí, "cada vez menos porque se va consiguiendo su uso controlado".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios