En la clase de Charo González, profesora de Educación Especial del Divino Maestro, se han colado unos 'intrusos' que están cambiando la forma de enseñanza y de aprendizaje del grupo de Educación Especial e Infantil del colegio. Patoso, Carlota y Limón no son niños, son personajes salidos de los cuentos que ha escrito la propia maestra y que han conseguido "enganchar" y captar la atención de todos sus alumnos.

La profesora reconoce que los cuentos se han convertido en su metodología 'fetiche'. ¿Y por qué? Pues porque cree al cien por cien que a través de un mundo de fantasía se puede conectar con la realidad de una manera sencilla y, sobre todo, motivadora. "Con niños tan pequeños y con patologías tan especiales como Síndrome de Down, autismo o Smith Magenis hay que encontrar las estrategias que calen en su aprendizaje".

El material didáctico que ella misma ha elaborado tiene todos los ingredientes para gustar a los pequeños. "He cuidado todos los detalles porque todo importa a la hora de enseñar. Por ejemplo, las ilustraciones, realizadas por David Mingorance y Helena Martín, hacen olvidar a los niños que tienen entre manos un libro de texto y su interés por avanzar aumenta". No le falta razón, el material consiste en una gran carpeta en la que incluye pegatinas adhesivas de distintas formas y colores que los niños tienen que colocar en las páginas siempre siguiendo el hilo conductor de una historia, cuenta con un apartado para colorear, además, de otras modalidades para avanzar en sus habilidades manipulativas.

Y es que para Charo González tan importantes son las ocho competencias básicas estipuladas en la Ley de Educación andaluza como las trasversales, donde ella se recrea en sus libros. Así, con un aparente cuento titulado Pompas de Jabón los niños mejoran su motricidad facial con ejercicios de soplo, aprenden conceptos como grande, pequeño, derecha o izquierda todo ello con el fin de identificar la forma geométrica del círculo que acabará en la distinción de la vocal "O".

"Pero no sólo lo anterior, en este cuento se trata el tema de la educación ambiental, las beneficiosas pompas blancas y azules frente a las negras pompas contaminantes; además, este tema lo enlazo con la importancia de la higiene personal por lo que son unidades que quedan muy completas y gustan a los niños".

La maestra explica que cuando se decidió a crear sus materiales no fue por casualidad: "Lo hice porque no encontraba en los libros existentes lo que yo quería conseguir con los niños". Si bien reconoce que hay libros muy buenos, hay otros muchos que no responden a la realidad con la que se encuentran en las aulas y con la que los niños se encuentran en la sociedad. Por esta razón, otro de lo cuentos lleva a Patoso al supermercado. "Con la lectura comprensiva de la unidad se pretende que los alumnos adquieran una educación para el consumo razonable, tomen conciencia de las tareas domésticas y comiencen a conocer el sistema de monedas", relata González.

Como el aprendizaje del supermercado, los pequeños, a través de todos estos cuentos realizan viajes en tren para conocer los medios de transporte y desarrollar su memoria visual o con Carlota y Limón recorren los rincones de la ciudad para diferenciarla de los pueblos y conocer, entre otros aspectos, los elementos básicos de Educación Vial.

Estas son sólo varias de las historias que viven los personajes de estos cuentos pero que acaban formando parte de la vida de los alumnos especiales. Y es que pueden parecer materiales diferentes, pero si consiguen que estos niños sean un poco más iguales en la sociedad, ya valen la pena.