Granada

El 95% de las obras de saneamiento en la ciudad se harán sin abrir zanjas

  • Emasagra ensaya en Pedro Antonio de Alarcón un sistema pionero para renovar la red de agua sin levantar el pavimento · La tecnología permite reducir los trabajos a un par de días

Mejorar la red de saneamiento de aguas de la ciudad no precisará a partir de ahora más que abrir una alcantarilla. Un moderno sistema de mangas de poliuretano permitirá decirle adiós a las tradicionales zanjas que obligaban a mantener el pavimento abierto durante varias semanas. La calle Pedro Antonio de Alarcón fue ayer el emplazamiento elegido para ensayar este sistema pionero en Andalucía que, en unos meses, se empleará en el 95 por ciento de las obras de saneamiento que se lleven a cabo en la provincia.

El proceso consiste en introducir desde las arquetas, y con ayuda de un tubo, una tela a modo de manta con la que se forrará la vieja tubería. El peso del agua hace avanzar la tela por el subsuelo en posición horizontal hasta que recubre la canalización por completo. Cuando ya está colocada se aplica agua caliente sobre la tela, lo que solidifica el material dándole la misma consistencia que una tubería tradicional.

"El sistema deja la tubería con una rugosidad impecable y sin ningún tipo de juntas, de forma que puede volver a durar 50, 60 o 70 años", argumentó el gerente de Emasagra, Antonio Navarro.

La calle Pedro Antonio de Alarcón ha sido la elegida para probar por primera vez este sistema de rehabilitación de tuberías debido a dos razones. La primera porque la obra de la céntrica calle tenía un plazo muy corto para su ejecución y la segunda porque la tubería actual, con más de 40 años de antigüedad, está a más de cuatro metros de profundidad. "Abrir una zanja a esta profundidad generaría importantes inconvenientes para los vecinos y para la propia obra ya que el retraso de los plazos sería muy grande", argumentó el gerente de la empresa municipal de aguas de Granada, Antonio Navarro.

A la comodidad del proceso hay que añadir otra ventaja más que acompaña al nuevo sistema: la reducción del tiempo de trabajo. Si los operarios tuvieran que abrir una zanja al uso para hacer este trabajo en los 42 metros de calle afectados necesitarían entre dos y tres semanas de tiempo. Con el nuevo sistema tendrán la tubería arreglada en dos días.

El coste de la actuación de mejora en la red de saneamiento, que cruza toda la calle, y en sus vías aledañas tendrá un coste de 300.000 euros. "Además del ahorro económico este sistema nos permite reducir considerablemente los ruidos, los cortes de tráfico y las horas de trabajo", argumentó el responsable de obras, Jorge Sánchez Marín.

Para iniciar el proceso es necesario haber realizado previamente un diagnóstico del estado de conservación de las tuberías de saneamiento. Dicho análisis se lleva a cabo utilizando cámaras de vídeo que graban el interior de la estructura. En Granada existen más de 800 kilómetros de tuberías de saneamiento que recorren el subsuelo. La utilización en las últimas décadas de productos de limpieza más agresivos ha empeorado la situación de las canalizaciones, muchas de ellas dañadas por esta circunstancia.

El consejero delegado de Emasagra, Sebastián Pérez, afirmó ayer que con la nueva tecnología se evitarán entre el 80 y el 90 por ciento de las obras en la ciudad. Eso sí, desde Emasagra aseguran que la capacidad de inversión de la empresa es limitada, y la red de saneamiento de la ciudad está bastante obsoleta.

"Este nuevo sistema va a permitir que una ciudad como la nuestra no tenga que verse sorprendida por una rotura de tubería de forma que no será necesario levantar ni un centímetro de pavimento y eso es bueno para Granada", argumentó el consejero delegado de Emasagra, Sebastián Pérez.

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