-¿Es necesario salir de España para aprender moda?

-Creo, y así lo aconsejo siempre a los jóvenes, que alejarse de la propia ciudad o país nos permite ver cosas que desde dentro no vemos, comparar y analizar para valorar quiénes somos, cuáles son nuestras raíces. Es bueno salir para poder identificar mejor las oportunidades de desarrollo que encontramos en nuestra ciudad. Tengo la fortuna de haber vivido en dos ciudades culturalmente muy ricas: Granada y Florencia, y con costumbres y tradiciones distintas. Me siento muy privilegiada.

-¿Cuando viene a Granada, observa grandes diferencias entre Italia y España a la hora de entender y sentir la moda?

-Actualmente, ninguna.

-La Escuela de Arte de Granada organiza la pasarela Fortuny para jóvenes diseñadores, ¿qué opina de esta iniciativa que trae a nuestra ciudad a importantes diseñadores ya consagrados?

-Me parece muy importante el espacio que la escuela de Arte de Granada da a los jóvenes diseñadores, un trampolín que seguramente les abre muchas puertas. Si no fuera por la pasarela Fortuny la idea del desfile personal sería sólo un sueño. A la vez sirve para confrontarnos y abrir foros de interés común. Muy enriquecedor, una iniciativa que tiene que ser apoyada por todos.

-¿Son elegantes los italianos del siglo XXI?

-La mujer y el hombre italiano siguen interesándose muchísimo por el cuidado de la imagen, pero son muy dependientes de los dictados de la moda.

-¿Qué debe hacer un joven diseñador para introducirse en los circuitos de la moda?

-La saturación del mercado por la cantidad de gente que hoy estudia y se diploma como diseñador, así como la crisis, pone a los jóvenes ante el desafio de buscar y crear nuevas oportunidades y mercados. El diseñador no sólo tiene que pensar en la pasarela sino comportarse como un proyectista que busca soluciones en cualquier ámbito, porque hay muchos campos inexplorados: la medicina, el deporte, etc.