Granada

El proyecto de reforma del paseo de Romayla de Granada lo lleva directo a la lista roja del patrimonio

  • No se entiende la necesidad de este uso como paseo peatonal, que implica incorporar toda la parafernalia de infraestructuras y mobiliario urbano propias de este tipo de equipamientos, con una estética totalmente ajena a la tradición histórica

Imagen de archivo de la presentación del proyecto

Imagen de archivo de la presentación del proyecto / G. H.

El paseo de Romayla, a los pies de la Alhambra y en la ribera izquierda del río Darro, ha sido incluido hoy en la lista roja del patrimonio. El motivo: el proyecto de intervención aprobado por el Ayuntamiento.

En la actualidad el estado del paseo, recogido en el PEPRI Alhambra de 1989, es de abandono, "muy degradado superficialmente, lo que impide su adecuada interpretación histórica vinculada a la acequia y jardines".

Las razones de inclusión en la Lista Roja son claras: "Comienzo inminente de las obras y ejecución del Proyecto de urbanización Paseo de Romayla de Ordenación de la ribera izquierda del río Darro bajo el Bosque de la Alhambra, en fase de licitación, y que ha sido redactado por el Ayuntamiento de Granada, que se va a llevar a cabo en los próximos meses, el cual no recoge la totalidad de los elementos hidráulicos existentes en la zona ya que no se ha ejecutado la actividad arqueológica completa, como requiere la Resolución de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía fechada el día 2 de diciembre 2019".

"Se entiende como inviable la ejecución de una obra pública con un presupuesto totalmente cerrado y sin margen de error, tal y como se describe en la memoria, en el que no se puedan adaptar e integrar elementos arqueológicos que estén ocultos y no se hayan descubierto, lo que podría provocar una destrucción de aquellos o su no incorporación al proyecto final", explica.

Por otro lado, "el proyecto que se va a ejecutar no recoge en ningún momento la presencia histórica de los jardines y elementos que protagonizaron el lugar, optando por un diseño totalmente ajeno a la tradición del lugar. Además, se plantea la construcción de un edificio escalonado con el objetivo de instalar un ascensor. Este elemento provocará importantes desmontes de la colina de la Sabika, incluso interrumpe y destruye el trazado original de la acequia, reponiéndola posteriormente en una conducción de hormigón con rejilla metálica tramex. Con la intención de ocultar la presencia del ascensor, se plantean una serie de pérgolas que seguramente acaben por dar más presencia a la construcción, creando competencia visual en primer plano con la Alhambra. También cabe señalar que la mayor parte de la superficie del edificio está destinado a almacén, no se sabe con qué motivo".

En el argumentario, concluye que "considerando la relevancia histórica del lugar, no se entiende la necesidad de este uso como paseo peatonal, que implica incorporar toda la parafernalia de infraestructuras y mobiliario urbano propias de este tipo de equipamientos, con una estética totalmente ajena a la tradición histórica".

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