Tribunales

El policía acusado de homicidio imprudente asegura que temió por su vida

  • La Fiscalía pide para él tres años de prisión y la privación del derecho a la tenencia y porte de armas en cinco años, mientras el SUP lo defiende y pide cambios legislativos

Sede de la Audiencia.

Sede de la Audiencia. / Redacción

El policía acusado de homicidio imprudente, después de que en una operación alcanzara con un disparo de advertencia a un presunto delincuente que falleció, declaró ayer en la Audiencia de Granada que "no le apuntó directamente" y que "no quería dispararle", sino que cesara en su actitud, dado que se estaba dirigiendo hacia él con una escopeta y llegó a "temer" por su vida.

La Fiscalía ha pedido para él tres años de prisión y la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante cinco años, así como inhabilitación para el ejercicio de su profesión durante el tiempo de la condena, según consta en el escrito de acusación provisional.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 12 de abril de 2008, en una operación desarrollada en Cijuela en el marco de las investigaciones que había realizado el grupo de atracos de la Policía Judicial de Granada para esclarecer varios robos con violencia en los que se empleaban armas de fuego.

Durante la primera sesión del juicio en la Sección Segunda de la Audiencia, el acusado ha relatado que todos los integrantes del operativo eran conscientes de la "peligrosidad" de esta operación.

"Llegué a temer por mi vida", ha llegado a reconocer, explicando que se estaba enfrentando a una persona que "portaba un arma en las manos" y que, entre otros asuntos, estaba siendo buscado por tentativa de homicidio.

El agente aseguran que "no le apuntó directamente" y que "no quería dispararle", sino que cesara en su actitud

Todo ello en el contexto de una situación de gran "estrés" por lo que estaba ocurriendo, pues algunos de los sospechosos estaban intentando huir y a otros compañeros del acusado llegaron a embestirles repetidas veces con uno de los coches.

Ha explicado que no quiso disparar al sospechoso directamente, sino que lo que pretendía era que cesara en su actitud. "Se estaba girando hacia mí con el arma", ha agregado.

El fiscal sostiene en su relato que el acusado dijo "alto, policía, al suelo" y realizó un disparo disuasorio al techo del garaje en el que se encontraba, pese a lo cual el ahora fallecido mantuvo en su mano la escopeta de cañones recortados.

Viendo cómo se giraba hacia él, este agente realizó dos nuevos disparos de advertencia y uno de ellos rebotó en el suelo y penetró en el cuerpo de uno de los sospechosos, ocasionándole la muerte. El juicio está previsto que continúe hasta el este jueves 14 de marzo.

El SUP reclama cambios legislativos

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha trasladado su apoyo al policía y ha reclamado cambios legislativos que permitan a los agentes realizar su trabajo con las suficientes garantías.

Desde el sindicato defienden la inocencia de este agente y remarcan que los policías, por la naturaleza de su trabajo, muchas veces tienen que percatarse de lo que está pasando en "décimas de segundo, decidir y ejecutar una acción", lamentando que de alguna manera "se sobreproteja a los delincuentes" y a estos funcionarios se les deje "abandonados".

El SUP lamenta que cualquier tipo de error de un policía, por "mínimo que sea", le suponga la expulsión del cuerpo y que sus familias "no puedan comer" y pide cambios legislativos para que esto no suceda cuando se demuestra que no hay mala fe por parte del agente.

Censuran así que no puedan desarrollar su trabajo con las suficientes garantías y que, en cierta medida, "estén completamente vendidos" ante "cualquier tipo de error por pequeño que sea".

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