Granada

Más de 150 presos de la cárcel de Albolote se quedan sin estudiar por falta de plazas

  • Educación contrata sólo a ocho profesores, que sólo pueden enseñar a 350 reclusos

El Centro Penitenciario de Albolote cuenta desde hace más de una década con 350 plazas para que sus reclusos puedan estudiar en el Centro de Educación Permanente. Según los docentes de la cárcel granadina, más de 150 internos se han quedado sin posibilidad de cursar estudios de Primaria o Secundaria para el año que viene.

Con más de 1.800 internos (es la cárcel andaluza con mayor número de reclusos), Albolote continúa con el mismo número de maestros que cuando estaba ubicada en Granada, que contaba con 400 reos.

"Hace poco se jubiló un maestro, pero la Delegación de Educación no ha cubierto su plaza", explica Pedro López Hurtado, director del CEP de Albolote.

Educación es el único área de prisiones que está transferido al Gobierno andaluz. De ahí que esta reivindicación se haga directamente a la delegación en la provincia de la Junta de Andalucía, que aseguró al Granada Hoy que todavía "está estudiando la necesidad del centro penitenciario".

Ocho docentes tratan de cubrir a duras penas la demanda. Con un ratio de 20 alumnos por aula, el director del CEP explica que sólo tienen un profesor de español para extranjeros, que es lo más solicitado, al igual que la formación inicial de base. "Hay muchos reclusos que son analfabetos totales", dice López Hurtado, "pero contamos con 26 que se han examinado en el IFA para acceder a Secundaria".

Aunque sólo hay 350 plazas, por sus aulas han pasado este año casi un millar de internos. "Muchos sólo cumplen condena unos meses y se marchan antes de finalizar los cursos", explica Víctor Vázquez, que fue maestro durante años en la cárcel de Albolote y ahora trabaja en la Delegación de Educación de Granada.

La mayoría se apunta para poder salir unas horas de su módulo, otros para estar en contacto con las internas (las clases son mixtas), pero "sobre todo lo que quieren es aprender a leer para poder entender los letreros por las calles y que nadie tenga que interpretar las cartas que les envían sus familias", explica el director del centro de adultos.

La movilidad de este colectivo juega en su contra, pues ningún sindicato hace públicas sus reivindicaciones (no son trabajadores). El defensor del Pueblo Andaluz tiene recogidas las quejas relacionadas al ámbito sanitario, o las relativas a los procesos de extradición, entre otras, pero ni una sola palabra sobre las necesidades educativas. La delegada de la Junta en Granada, Ana Gámez, fue a la cárcel hace unos diez días a un acto y le dijo a los presos: "Sólo hay un bien, que es el conocimiento, y sólo hay un mal, que es la ignorancia". Que así sea.

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