Entrevista | Estefanía Martínez Linde | Supervisora Ginecología del Virgen de las Nieves

"Nunca se me olvidará el primer paciente Covid que atendí"

  • Su ala del hospital se reconvirtió para enfermos de coronavirus y señala que ha sido un año “duro, largo y penoso”

"Nunca se me olvidará el primer paciente Covid que atendí"

"Nunca se me olvidará el primer paciente Covid que atendí" / A. L. Juárez / Photographessports

-¿Cómo ha sido el primer año de pandemia?

-Duro, muy duro, largo y penoso, siempre con la esperanza de noticias de que el final tenía que estar ya cerca. Cuando pasamos la primera ola, creíamos que habíamos pasado lo peor, pero no fue así. La segunda ola nos adelantó sin haber llegado a cero pacientes, fue un letargo que nos mantuvo en constante alerta pues todo indicaba que una tercera ola estaba iniciándose. Cifras y más cifras. Contagios y más contagios. Muertes y más muertes. Escaladas y desescaladas. Aperturas de plantas, apertura de camas en UCIs. Incidencias acumuladas, cansancio que empezaba a sentirse. Comenzamos a poner caras a esos contagios, rostros a la muerte y a familiares que lloraban en silencio y tras las puertas, llamadas para está estable, está evolucionando, está agravándose le permitimos que si desea venga a despedirse, y viendo como se va cerrando el círculo cada vez más, ante un virus que nos ha invadido y sigue.... Ahora la esperanza está en que la ansiada vacuna nos haga despertar de esta pesadilla que no habíamos planeado vivir.

-¿Recuerda el primer enfermo de Covid que atendió?

-Si, claro que lo recuerdo, eso no se nos olvidará nunca. Fue muy al principio de la pandemia, se trataba de una paciente muy joven, 35 años, todavía no estaban restringidas las visitas de familiares, estaba ingresada por un proceso de oncología ginecológica en nuestro servicio. Comenzó a presentar síntomas que hizo pensar que se trataba una infección por la COVID19, y así fue.

-Siendo personal sanitario, ¿Encontró cierto miedo en su entorno al estar más expuesta por su profesión?

-No, en mi entorno más cercano, son conscientes de mi trabajo y en ningún momento he percibido sensación de miedo o rechazo, todo lo contrario apoyo y aliento sintiendo siempre que estaban a mi lado y yo en el de ellos.

-¿Qué ha aprendido de la pandemia? ¿Y de los enfermos?

De la pandemia he aprendido muchísimo. La importancia de la Salud y con lo poco que se pierde. La importancia de la libertad. La responsabilidad que tenemos todos para la salud pública. A vencer la tristeza por no poder ver y abrazar a los tuyos. A valorar el trabajo de tantos científicos, anónimos a los que tanto les debemos. Y de los enfermos seguimos aprendiendo todos los días. De ellos me quedo con sus miradas, su ejemplo ante la enfermedad. Nos hacen su familia y nosotros aceptamos serlo gustosamente. A sus familias les agradecemos su confianza en nuestra labor.

-¿Siente que el reconocimiento de la población con los aplausos a las ocho de la tarde se ha desvanecido?

-El personal sanitario estamos muy agradecidos por esos aplausos, durante tantos días.

El reconocimiento fue muy bien recibido por todos, pero no hemos perdido de vista que este es nuestro trabajo, el que llevamos realizando día a día y con mucho gusto durante años. Cuidar lo mejor que podemos y sabemos es nuestro oficio. Los aplausos, pedimos ahora que se transformen en actos de responsabilidad. Dependemos de ello para acabar con esta situación que estamos viviendo y estamos seguros de que entre todos lo vamos a conseguir.

-¿Cómo recuerda los primeros días, cuando la pandemia pilló al mundo entero de improviso y una mascarilla era menos que un tesoro?

-Los primeros días fueron de mucha tensión y confusión. Todo eran sensaciones nuevas, miedo a una enfermedad desconocida a la que nunca habíamos tenido que enfrentarnos. La cantidad de EPIS que disponíamos no alcanzaban para todo lo que estábamos necesitando. La seguridad de todos dependía del buen uso de los recursos que teníamos. Nos protegíamos con todo lo que teníamos a nuestro alcance y con muy buen criterio. Comenzamos cursos de manera intensiva impartidos por el servicio de Riesgos Laborables de formación en puesta y retirada de EPIS. Creamos protocolos de actuación nuevos para cuidar a nuestros nuevos pacientes de la mejor manera. Aprendimos el valor de una mascarilla y nos familiarizamos con la ahora famosa FFP2. Pronto comenzaron a llegar donaciones de los sitios más insospechados. Nuestro agradecimiento  a todos ellos.

-La pandemia ha dejado en Granada más de 1500 fallecidos. ¿Cómo ha encarado esto desde el punto de vista personal para que no le afectará?

Trabajando día a día, paso a paso, si pararme a pensar en lo que llevamos pasado y en lo que nos pueda quedar. Mirando hacia tantos miles de pacientes que han superado la enfermedad y han salido entre aplausos de nuestros compañeros. Tomando ejemplo de todos los sanitarios que se han contagiado desempeñando su trabajo y han vuelto con más ganas si cabe. Sabiendo que vamos a salir entre todos y lo haremos fortalecidos y valorando pequeñas cosas de las que no éramos conscientes antes de la pandemia.

-A nivel laboral, ¿Cuál ha sido para usted la época más dura?

Lo más duro comenzó en un fin de semana, cuando en pocas horas tuvimos que adaptar nuestro servicio de Ginecología, en una sala para 26 pacientes COVID19 positivos. La respuesta de todo el equipo fue admirable. Llena de disponibilidad y con una generosidad desinteresada. El miedo, presente en las miradas en muchas ocasiones, era paliado con dedicación y cuidados a nuestros pacientes. Preparamos en tiempo récord, gracias a la colaboración de todos los departamentos del hospital, material apropiado para cubrir sus necesidades. Y a trabajar en equipo de manera determinante.

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