Granada

"Tenemos problemas para pagar a proveedores pero las nóminas están garantizadas"

  • El rector encara un curso que se prevé movido con una postura cercana a las protestas pero con la obligación de cumplir los recortes · Asegura que ninguna titulación corre peligro en Granada pero sí el futuro de los grados de Ceuta y Melilla

Mañana, en paralelo a la inauguración oficial del curso académico 2012-2013 en la UGR, está previsto que se celebre un acto de protesta por los recortes que vía decreto ministerial se han aplicado ya en las aulas de la institución académica. Esta doble convocatoria refleja el estado con el que empieza un año académico que se prevé movido. Consciente, el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, confiesa que también disconforme con los recortes pero se muestra optimista y espera que todo transcurra dentro de los cauces normales.

-¿Cuáles cree que son las principales novedades para este año?

-El curso se presenta con normalidad desde el punto de vista del funcionamiento de la UGR. Titulación nueva no hay ninguna pero han desaparecido las diplomaturas como Arquitectura Técnica, Enfermería, Fisioterapia o las de Magisterio. En este sentido este año estamos más tranquilos en la medida en que sólo han quedado las licenciaturas. También seguiremos con nuestro plan de prácticas, nuestro programa de innovación... Pero claro, hay cosas que nos preocupan. Hemos sufrido unos recortes importantes en 2012 y estamos a la espera de qué pasará en 2013, porque tendremos que continuar con la política de optimizar los fondos.

-A pesar de la asfixia económica que viven las universidades andaluzas, por la que la semana pasada pidieron un nuevo plan de tesorería estable, son de las que menos ha subido las tasas. ¿Se plantean aprovechar un incremento mayor en próximos cursos como vía de financiación?

-Esta medida ha sido un acuerdo del Consejo Andaluz de Universidades (CAU). En este sentido, el sistema andaluz está funcionando conjuntamente. Por supuesto, este fue un tema que se debatió y, además, se debatió mucho. Existía la opción de cubrir este déficit aumentando los precios o mantenerlos al mínimo y producir el ahorro de los 130 millones de euros por otras partidas o vías menos dañosas para los estudiantes. Cada comunidad autónoma ha tomado su decisión, pero me parece que la andaluza es la más justa. Sobre todo, hay que tener en cuenta que esto se anuncia en el mes de junio, cuando los estudiantes ya habían hecho unas previsiones. Otra cosa es que la medida se tenga que replantear en el futuro, pero me parece que dada la situación es mejor que sea el mérito el que elimine a las personas del sistema, y no las razones económicas. También nos pareció correcto mantener los precios de las titulaciones, con independencia del grado de experimentalidad, para que de este modo no fuese un elemento de discriminación el precio público a la hora de optar por una alternativa u otra.

-Finalmente, tras barajar otras fechas, el día 5 de octubre se ha fijado se celebrará el pleno extraordinario en respuesta a las peticiones de estudiantes y profesores. Una de los puntos es la regulación del paro académico, que precisamente se plantea ahora como una posible protesta. ¿Cómo se regulará?

-Efectivamente hay que regularlo porque está recogido en los estatutos de los estudiantes. Mi propuesta es crear una comisión de reglamento que trabaje con los estudiantes y empiece a valorar cómo se va a consensuar. En Andalucía ya está regulado en Sevilla y en la Pablo Olavide. El acuerdo de la primera es que, si un grupo decide parar, se para toda la actividad académica de la Universidad. La Pablo Olavide tiene un sistema menos extremo.

-Y respecto a los otros puntos: cambiar la participación en los órganos de gobierno, defender la autonomía universitaria y defender a los alumnos frente a la actuación policial.

-Por su puesto que efendemos la autonomía universitaria y a los estudiantes, siempre y cuando los hechos sucedan en el ámbito universitario y su actuación se atenga a la legalidad. Con respecto al punto de la participación, hay que reformar los artículos de los estatutos. Yo estoy dispuesto a que se discuta y se abra el debate. Pero, claro, esto lo tiene que pedir un tercio del claustro o proponerlo Consejo de Gobierno.

-Y con respecto a la petición de la Plataforma contra los Recortes de la UGR que reclaman un manifiesto de rechazo a las políticas del Gobierno. ¿Cuál será su postura?

-Ya hay un documento inicial y no sé si se aprobará o se conmensuran otro u otros. Mi postura personal ya la he manifestado: como el resto de los rectores españoles no estoy de acuerdo con muchas medidas y no creo que éstas vayan a producir grandes beneficios para las universidades. Pero, sobre todo, no estoy de acuerdo en la forma en la que se han decidido: sin llegar a acuerdo con las universidades y sin haber consultado antes a los rectores para establecer procedimientos, métodos... Aunque la crisis hace que las personas hagan grandes sacrificios, estas medidas se debían haber tomado con la participación de todos. Temas como la dedicación del profesorado se debería haber tratado en la mesa de negociación que se creó en Madrid hace un par de años y no se reúne desde hace ya más de uno.

-Más o menos de acuerdo, pero había que aplicarlas...

-Había que aplicarlas pero de la manera más beneficiosa para el sistema universitario. En este sentido, mi respuesta en el claustro será defender esta aplicación. -En lo que sí se ha enfrentado al Gobierno es en el tema de las plazas de profesorado que se sacaron a concurso en mayo. ¿Se ha pronunciado Hacienda en septiembre como se anunció?

-Aún no. Todas las universidades que habíamos convocado plazas de titularidad tuvimos un requerimiento de la Dirección General de Hacienda diciendo que no se cumplían los requisitos de la ley y nos instaba a anular la convocatoria. Cuando nos llegó el documento ya se habían realizado gran parte de los concursos y además consideramos que la interpretación que hacía el Ministerio era incorrecta. Contestamos el requerimiento el 10 de septiembre y no hemos recibido ninguna noticia. Si el Ministerio considera que no cumplimos los decretos o requisitos de la ley, entraríamos en un contencioso administrativo.

-Entonces, están dispuestos a llegar a los tribunales.

-Bueno, nosotros no lo vamos a poner, en cualquier caso lo pondrá el Ministerio. Pero sí, estamos dispuestos a defender esa convocatoria donde sea porque creemos que tenemos razón y que podíamos convocar esas plazas.

-Tuvo problemas de salud el pado mes de enero. ¿Cómo afronta un curso que se plantea tan movido?

-Estoy muy bien. No me sube la tensión por estas cosas. Me subía porque fumaba, no porque me ponga nervioso las preocupaciones. Al poco de ser nombrado rector ya se produjeron algunos encierros. Además he sido estudiante y estas movidas también las he hecho yo. Apoyo muchas de las protestas, otra cosa es la forma de hacerlas. Las estrategias me parecen razonables siempre y cuando permanezcan en el ámbito de la normalidad y sin actos de violencia. Pero claro, la postura de un rector no puedo ser la de un profesor en tanto que representa a la institución y tiene que tomar otras decisiones, jugar otro papel.

-¿Se plantea cambios en su equipo de Gobierno?

-No, por ahora no. Está funcionando muy bien.

-Hay cierta preocupación entre el profesorado, ¿puede tener problemas para hacer frente al pago de nóminas?

-No, está garantizado. Las nóminas están justificadas y recibimos las partidas correspondientes. Eso jamás se ha puesto en cuestión esta materia. Sí tenemos problemas de pago a proveedores.

-El rescate que ha pedido ahora la Junta de Andalucía, ¿cree que ayudará al pago a proveedores?

-Espero que parte de ese dinero vaya a las deudas que tenemos las universidades. No es que nosotros hayamos entrado en esta situación por una mala gestión económica; es que hemos ejecutado los presupuestos aprobados por la Junta de Andalucía y ésta ha tenido problemas de liquidez.

-Así, ¿la investigación se puede mantener como hasta ahora?

-Una de las partidas más importantes que nos adeuda la Junta es en este sentido. En relación a los fondos destinados por el Ministerio, sí que ha habido una disminución porque ha habido una caída presupuestaria. Habrá que buscar fondos por otros sitios. Haremos los esfuerzos necesarios porque tenemos unas buenas infraestructuras investigadoras y ojalá que podamos seguir manteniendo el ritmo que hemos tenido hasta ahora.

-¿Es viable el Plan Bolonia en esta situación?

-Es viable siempre porque es, más que nada, un plan de reconocimiento y homologación y metodología que puede cambiar. Todavía mantenemos la ratio profesor/alumno: un profesor por 17 estudiantes. Aunque hay clases con 60 alumnos y otras con tres, porque está en función del volumen de la demanda de cada carrera. Pero sí, Granada está en la media de dedicación de profesorado del resto de Europa.

-Pero entonces, ¿las carreras minoritarias también se pueden mantener?

-Hay cierta confusión en eso. Las más minoritarias como las filologías de Hebreo o Chino no aparecen como grados diferentes sino como un grado de lenguas y literaturas modernas. El problema está en Ceuta y Melilla porque hay titulaciones con un número de alumnos muy escaso y estamos en conversaciones con el Ministerio para llegar a alguna solución.

-¿Se podrían solventar estos problemas aumentando las sinergías entre universidades?

-En el tema de grados sólo tenemos acuerdos con algunas universidades europeas, pero sí en másteres, que es en el terreno en el que tenemos enseñanzas conjuntas con otros centros andaluces.

-Y la iniciativa del Campus de Excelencia, ¿sigue siendo factible?

-El Ministerio anunció que no había dinero para los Campus de Excelencia. El programa no quedaba cerrado pero sí sin presupuesto. Lo único que habrá por ahora en este sentido es una evaluación de las actividades realizadas en los últimos dos años.

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