Granada

La próxima excavación de la villa romana del Zaidín se realizará antes de final de año

  • Las arqueólogas realizarán charlas en septiembre con los resultados de la primera intervención

La excavación de la villa romana del Zaidín.

La excavación de la villa romana del Zaidín. / carlos gil

La próxima intervención en la villa romana que se sitúa en el barrio granadino del Zaidín y que fue abandonada en el siglo V, se prevé que sea para antes de que finalice el año. La primera fase de excavación que terminó ayer ha sacado a luz una parte importante de la historia antigua de la ciudad, aunque las arqueólogas del proyecto tienen lo que queda del mes de agosto para cotejar y documentar los hallazgos realizados.

La labor que ahora realizan las arqueólogas Purificación Marín y Julia García es hacer un estudio pormenorizado de los hallazgos como si de encajar las piezas de un puzzle se tratara. "Hasta ahora el trabajo trataba de ir sacando y a contrarreloj. Hemos documentado muy bien, pero ahora hay que sentarse y determinar qué es lo encontrado, hay que hacer un ejercicio de conclusiones de conjunto y hay que valorarlo todo", señaló Marín.

A principios de septiembre las arqueólogas, ya con todo el trabajo de biblioteca y documentación realizado, expondrán en charlas públicas los resultados de las mismas y se reunirán con las instituciones para dilucidar cuándo se van a realizar las próximas intervenciones.

"Antes de que finalice el año tenemos previsión de una nueva fase de intervención aunque todo está un poco en el aire. La voluntad es que se agilice, cuanto más se quede parado puede pasar como la última vez, que han tenido que pasar treinta años para que se volviera a excavar. Es algo que se quiere evitar a toda costa, tanto por nuestra parte como por la de la Delegación y la del Ayuntamiento. Todas las partes estamos de acuerdo en que se agilice y que no se quede durmiendo mucho tiempo, hay voluntad para que empiece cuanto antes", explicó Marín.

La villa se divide en una pars urbana o zona residencial y una pars rústica. La primera de ellas se caracteriza por ser "una vivienda de lujo" de grandes dimensiones. De hecho, una de las principales curiosidades es el tamaño de la vivienda. Cuenta con una gran habitación que podría estar abierta a un patio aunque habría que realizar un análisis más profundo para delimitarlo.

Por otra parte, la pars rústica supone una zona dedicada a la producción agropecuaria que no había sido documentada ni delimitada en la intervención anterior. En este punto se han localizado materiales frecuentes en construcciones de la antigüedad tardía y materiales asociados a las épocas almohades y nazarí.

La extensión de la villa es superior a mil metros cuadrados, y ésta pudo pertenecer a una familia pudiente de la época y con buena posición económica. El propietario, del que nunca se sabrá el nombre, tuvo que tener un buen currículo y debió estar inmiscuido en la política municipal.

"Los propietarios de las villas no eran ricos porque tuvieran una casa rica sino porque tienen mucha extensión de tierra y tienen una producción de aceite, de vino muy interesante, esa producción agropecuaria es lo que les da el dinero para permitirse ese tipo de construcciones".

Por otro lado, además de los restos romanos durante la intervención se ha llegado a la conclusión de que por la zona pasaron otros pueblos , como el visigodo, ya que hay una necrópolis con tumbas de estos germanos que ocuparon la península después, antes de que los musulmanes se instalaran previo paso por el norte de África.

"No se ha podido abrir ninguna de esas tumbas porque los objetivos de la intervención eran decidir las dimensiones de la villa y no podíamos detenernos a abrir las tumbas. Excavar una tumba requiere mucho tiempo y mucha dedicación. Seguramente se hará en fases sucesivas, tenemos previsto hacerlo en un futuro", destacó Marín.

Por otro lado, los primeros restos se hallaron en 1989 con motivo de las obras del barrio. "Cuando se construyó la iglesia y los edificios de alrededor aparecieron restos como de una pequeña piscina, probablemente de unos baños privado", indicó Marín que detalló que ésta fue la primera evidencia. En 1991, en la esquina del solar entre calle Primavera y Bruselas se descubrieron unos mosaicos en una acometida de agua de Emasagra que obligaron a tomar todas las cautelas necesarias.

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