El historial de infraestructuras de la provincia de Granada no solo tiene un 'agujero' ferroviario, sino que también adolece de un "hueco" en la red de distribución eléctrica que pone en jaque el desarrollo económico y social de la zona Norte. Las comarcas de Baza y Huéscar, aquejadas de la tasa de paro más elevada de la provincia, son las principales afectadas por un déficit eléctrico que solo puede ser subsanado por el nuevo eje Caparacena-Baza-La Ribina, una infraestructura que la zona reivindica desde el año 2001 y que está a la espera de ser incluido de nuevo entre los proyectos prioritarios del Plan de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2015-2020.

Los avatares que ha sufrido esta línea eléctrica, que supone la construcción de una nueva subestación de 400 kilovoltios en la zona de Baza y una inversión de 130 millones de euros, han sido numerosos. Inicialmente fue incluida como prioritaria en la planificación para los años 2002-2010, se prorrogó al plan 2008-2016 e incluso comenzó a tramitarse en el año 2011. Sin embargo, en 2012 el Gobierno central paralizó la tramitación de las infraestructuras de transporte eléctrico, y en 2015 publicó una nueva planificación en la que no se incluyó la línea antes considerada prioritaria, "relegándola a un periodo post 2020 absolutamente incierto".

El proyecto se cayó del plan eléctrico en 2015 pese a que antes fue considerado prioritario

La situación está a punto de cambiar de nuevo. Tras la presión ejercida por la Junta de Andalucía y las comarcas afectadas, el ministro de Energía, Álvaro Nadal, se comprometió a incluir de nuevo este eje eléctrico en la planificación nacional con la condición, eso sí, de que la Junta justificara la necesidad de esta infraestructura para la zona. El documento, que ya fue presentado en el mes de junio al Ministerio, da razones más que sobradas para la construcción de una línea que daría "más seguridad y calidad al suministro, generar riqueza y empleo y propiciar la implantación de nuevas actividades".

Porque en los más de quince años de tramitación incierta que ha sufrido esta infraestructura eléctrica, la zona Norte de la provincia ha visto cómo se le escapaban cientos de proyectos, grandes y pequeños, que podrían haber marcado un antes y un después para el desarrollo de estas comarcas. Es difícil cuantificar cuánta inversión ha perdido la zona, cuántos empleos ha dejado de crear o cuánta población habrían podido 'atar' los municipios de tener un horizonte económico más halagüeño. Pero sí puede asegurarse con rotundidad que la 'fuga' de proyectos ha sido una realidad a la que se han enfrentado la mayoría de los municipios. El informe de la Junta, de hecho, señala que el 62% de las localidades del eje Caparacena-Baza-La Ribina han perdido proyectos empresariales cuyo desarrollo dependía de la disponibilidad de una infraestructura eléctrica adecuada, algo que Carnero calificó de "inconcebible". "Que en 2017 se caiga un proyecto por falta de energía no es de recibo", aseguró ayer el consejero de Empleo, Empresa y Comercio, Javier Carnero, que indicó que la construcción de esta línea "contribuirá claramente al crecimiento de la población" y a la generación de empleo y riqueza en una zona donde el 90% de los municipios considera que no disponen "ni de garantía de suministro eléctrico ni de una adecuada calidad de los mismos".

"Necesitamos que Red Eléctrica ponga en marcha de forma perentoria este proyecto", instó el consejero, que alertó de que la falta de suministro eléctrico no solo afecta a la zona Norte, sino que también condiciona el desarrollo de la Costa o la Alpujarra. "Es una infraestructura fundamental para la comunidad autónoma, no podemos tener esta mancha de falta de energía". Tras el compromiso del Ministerio, el siguiente paso debe ser su inclusión en la planificación por parte del Consejo de Ministros, algo que la Junta confía en que se materialice antes de final de año.