La velocidad es el peor aliado de la seguridad vial. La conducción preventiva no sólo ahorra muchas vidas, sino que también ahorra mucho dinero al contribuyente. Claro está, que mejor es una multa a tiempo por exceder los límites de velocidad que tener que sufrir consecuencias peores. Precisamente Granada es una provincia que sale muy mal parada en la estadística de la tasa de mortalidad en sus carreteras, por lo que la sensibilización hacia el tráfico rodado sigue siendo una asignatura pendiente. Solamente hay que echar la vista a lo sucedido en la operación salida del fin de semana del 1 de agosto cuando se produjeron cuatro muertes por accidentes en Granada de los catorce fallecimientos que hubo en las carreteras españolas.

En los primeros cinco meses de 2015, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha recaudado 3.061.317,65 euros con las multas de tráfico en Granada. Los ingresos por sanciones ascienden a 31.048.109,23 euros por las sanciones en vías andaluzas, mientras que en el total del Estado la recaudación absoluta en cinco meses ha sido de más de 135 millones de euros. Estos datos, que han sido recogidos a través de una respuesta del Gobierno central al diputado socialista en el Congreso Miguel Ángel Heredia, indican que Granada es la cuarta provincia de la región en la que más dinero han abonado los conductores por infringir las normas viales.

Se sitúa en una zona intermedia, a muy poco de las cifras que se han dado en Cádiz, con 3.502.627,20 euros. Por encima está Sevilla, con 8.112.806, y lidera el ranking Málaga, con 8.130.968. Así mismo, en Córdoba se superan los dos millones y medio de euros, mientras que Jaén, Huelva y Almería se sitúan en un 'empate técnico' con recaudaciones cercanas a los dos millones de euros en cada una de las provincias.

De los más de tres millones de euros que la DGT ha cobrado a los infractores en Granada, 988.642,74 euros corresponden a lo recaudado en multas de tráficos de radares (fijos, móviles y Pegasus). Es decir, que las sanciones por exceso de velocidad son la principal causa de las denuncias en las carreteras. En concreto, suponen el 32%, lo que la sitúan como la quinta provincia andaluza donde los radares 'generan' más beneficio a las arcas del Estado.

Las multas procedentes de radares han supuesto el ingreso de 13.069.391,01 euros en Andalucía. De nuevo es Málaga donde se produce una mayor recaudación, con 4.611.307,14, seguida de Sevilla, que se sitúa en segundo lugar, con 3.642.143,78 euros. A continuación están Cádiz y Córdoba, con 1,2 millones cada una. Por debajo de Granada quedan Huelva, con 588.484; Jaén, con 559.071 euros, y Almería, con 213.557,27 euros, como las provincias andaluzas con menor recaudación por radares.

En este sentido hay que destacar que la DGT puso a principio del verano su operativo especial con el objetivo de extremar las medidas de precaución en los desplazamientos masivos y asegurarse de que se cumplan con los límites de velocidad establecidos. Esta operación estival coincide con la implantación de su plan de distribución de radares por los tramos más peligrosos de las carreteras españolas, que en la provincia de Granada pasan por ser 44. Puntos negros en las carreteras de la provincia en los que se han instalado radares como método de vigilancia, de los que 30 son móviles y 14 fijos.

La ubicación va directamente relacionada con la peligrosidad de las vías y por eso la carretera con más radares es la N-340, en la que se dispondrán tres fijos y uno móvil. Además, otras carreteras como la A-44, la A-92 y la A-308 son otros de los puntos vigilados estratégicamente por la DGT. Los radares están colocados de manera visible para los conductores, de modo que su presencia sirva como medida de disuasión y prevención. "La finalidad que se busca a través de la vigilancia y control de la velocidad es que los conductores respeten los límites de velocidad establecida", explicó la directora general de la DGT, María Seguí, a raíz de este plan de radares.

A fin de cuentas, la seguridad en las carreteras es un asunto muy relevante en Granada, donde actualmente la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico es de 53 fallecidos por millón de habitantes. Se trata de una media superior a la del conjunto del Estado español, que es de 36 accidentes mortales por millón de habitantes. Unas cifras que surgen de factores como la elevada circulación de vehículos al ser una provincia turística o el peligroso envejecimiento del parque automovilístico.