La rebelión de 'las Kellys'

Contra la ruina de limpiar habitaciones de hotel a 2,15 euros y contratos esclavos

  • Las camareras de pisos de la provincia crean una asociación para visibilizar su situación

  • Rajoy se compromete a mejorarles las condiciones laborales

Un hotel granadino realiza, a través de una ETT, una serie de contratos temporales para cubrir la demanda de Semana Santa y la apertura de la primavera. Uno de esos trabajos de dos meses es para una camarera de pisos que firma por una jornada de 36 horas semanales. El ajetreo de las vacaciones eleva la carga de esta 'kelly' que al cabo de los días siente un crujido fuerte en la espalda. Avisa a la empresa de que va ir a Urgencias a que le miren los dolores. A los diez minutos recibe una llamada de recursos humanos. Está despedida. Esta es una historia tan real como la vida misma, una más de las miles que puede contar un colectivo que se ha cansado de aguantar unas condiciones laborales propias de la esclavitud en muchos casos. Los años de crisis han empeorado notablemente la posición de las camareras de pisos que reciben de media una pírrica suma de 2,15 euros por estar durante casi una hora limpiando y preparando una habitación de hotel. Aunque, a veces, la remuneración no llega ni siquiera a los dos euros por un trabajo muy físico en el que las jornadas se acaban estirando sin piedad hasta las diez horas más de uno y de dos días. Para acabar con esta explotación y poner coto al fenómeno de la externalización del servicio de limpieza de hoteles, las 'kellys' han empezado una rebelión que ya les ha llevado a colocar el debate sobre su precariedad en la agenda gracias una reunión con Rajoy en La Moncloa y a formalizar asociaciones como la que ayer se oficializó en Granada para proteger a las centenares de trabajadoras que hay en la provincia dentro de un gremio que reúne a unas 200.000 en España a las que el presidente del Gobierno se ha comprometido a mejorar sus condiciones.

La crisis y la reforma laboral son las dos principales causas del deterioro que ha sufrido un sector hastiado por los abusos laborales de los últimos años, a pesar de que en esta época de recesión el turismo se ha sostenido como una de las pocas industrias fiables. La situación actual de precariedad ha llevado a estas trabajadoras a unirse y a sumar apoyos para reivindicar sus derechos aprovechando un contexto de mayor sensibilidad y concienciación hacia los dramas que llevan nombre de mujer. Así, tras la histórica manifestación del 8-M que inundó las calles del centro desde Gran Vía a la Fuente de las Batallas, las 'kellys' granadinas ya lanzaron un primer mensaje antes de Semana Santa con una concentración en la que expusieron su precariedad laboral denunciando, entre otras cosas, que alrededor del 70% de estas trabajadoras toman medicación para aguantar las extenuantes jornadas con dolores musculares y otras dolencias físicas. A lo que hay sumar la pésima valoración económica de su oficio debido, principalmente, a que no se les respeta su convenio y a que la mayoría de hoteles utiliza sus servicios a través de subcontratas de empresas de trabajo temporal.

Las trabajadoras piden que se les reconozcan las enfermedades físicas y las psicosociales

En Granada, una provincia que cuenta con más de 500 hoteles y alrededor de 30.000 plazas, la mayoría de las camareras de pisos están siendo subcontratadas a través de empresas temporales. "En Granada habrá sólo unos tres o cuatro hoteles que no estén externalizados", denuncia Mayte, una de las portavoces de Las Kellys Granada, la asociación que se creó ayer de manera oficial con el objetivo de visibilizar este conflicto laboral y que ya está trabajando en programar una manifestación grande con otros colectivos. "No queremos que sean los sindicatos ni los partidos políticos los que abanderen esta lucha, queremos que sea de nosotras, las trabajadoras", asegura esta camarera de pisos que se introdujo en este sector hace tres años para hacer frente a sus dificultades económicas y se topó con la dureza de este trabajo.

"Los hoteles siguen ganando igual, pero nuestras condiciones son peores", critica Mayte, que señala como lo habitual es que a las camareras de pisos se les pida hacer hasta 30 habitaciones en una jornada. Una barbaridad que deriva en problemas físicos como los dedos fracturados de Mayte o las contracturas musculares que aquejan a buena parte de las trabajadoras. Empleadas a las que además no se les aplica el convenio por el que sólo deberían limpiar habitaciones y no zonas comunes de los establecimientos en los que trabajan. "Cuando llegas a casa no tienes fuerza después de aguantar tanto estrés y presión sin parar de preparar todas las habitaciones que te piden", señala esta portavoz. Y todo esto por 700 euros al mes.

La lucha de las 'kellys' en toda España vivió ayer un punto de inflexión con el encuentro de cinco portavoces del movimiento con el presidente del Gobierno. Tras la reunión, Rajoy se comprometió a impulsar acciones para mejorar las condiciones laborales de las camareras de piso tras reunirse con cinco representantes del colectivo durante casi dos horas. El líder del Ejecutivo abrió la puerta a modificar el artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores para prohibir la subcontratación en este sector y a ampliar el catálogo de enfermedades profesionales, dos de las medidas que "como mínimo" quieren conseguir las trabajadoras.

Las representantes expresaron su "satisfacción" en una rueda de prensa en el Senado, en la que destacaron el trato "cariñoso" del presidente del Gobierno y su atención para escuchar las demandas y problemas que le han trasladaron. Desde Moncloa, recalcaron a su vez que Rajoy "se ha comprometido firmemente a estudiar sus peticiones" y a impulsar desde el Gobierno las acciones "necesarias" para mejorar sus condiciones .

Durante el encuentro, las camareras de pisos entregaron a Rajoy un dossier con documentación sobre la situación laboral del colectivo que. También exigieron la regulación de las cargas de trabajo así como el reconocimiento como enfermedades profesionales de algunos problemas de salud que padecen por su trabajo. Según precisó la presidenta de 'Las Kellys', Miriam Barros, Rajoy se mostró abierto a incluir entre las enfermedades reconocidas las musculoesqueléticas, aunque "no tanto" a incorporar las psicosociales, como la depresión y la ansiedad. "Esperamos que los compromisos sean una realidad. Vamos a estar vigilantes", sentenció la vicepresidenta de 'Las Kellys', Ángela Muñoz.

Tras la "minuciosa" explicación de las representantes, el líder del Ejecutivo ha asegurado que este asunto es "prioritario" para el Gobierno y ha visto "coherentes" sus peticiones. Hasta el punto de quedarse impactado con las experiencias que les trasladaron en primera persona.

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