Granada

"No tuve más remedio que apuñalarla; ella tenía otro cuchillo"

  • El hombre que hirió a su pareja en 2006 en el Zaidín alega defensa propia y acepta cuatro años y medio de cárcel

En una agresión, el informe que realizan los forenses sobre las heridas de la víctima suele ser una prueba clave para determinar el grado de culpabilidad de su agresor. En el caso de Antonio G.R., el hombre juzgado ayer en la Audiencia por herir a su pareja de una puñalada el 21 de noviembre de 2006 en el Zaidín, dicho informe ha sido crucial para concluir que no cometió un delito de homicidio en grado de tentativa, sino que fue autor de un delito de lesiones.

"No queda acreditado que las heridas sufridas por Francisca -la ex pareja del acusado- ocasionaran un riesgo para la vida de la misma, al no afectar a órganos vitales ni a grandes vasos", indicó la fiscal en sus conclusiones definitivas, en las que rebajó casi a la mitad la petición de condena que solicitaba inicialmente para el procesado.

En total, pidió 4 años de cárcel y 10 de alejamiento por la puñalada que recibió en el tórax Francisca, así como seis meses de prisión más por un delito de quebrantamiento de condena. Y es que ambos vivían juntos en un piso en la Plaza Carlos Arniches de la capital pese a que sobre Antonio pesaba una prohibición de aproximación a la víctima por una agresión anterior. La fiscal, que consideró que el procesado no tuvo intención de dar muerte a la mujer, apreció que en el delito de lesiones que cometió concurrieron las agravantes de reincidencia y parentesco.

La defensa de Antonio y el abogado de la acusación particular se acabaron adhiriendo a la petición del Ministerio Público, por lo que se dictará una sentencia de conformidad.

Durante su breve interrogatorio, Antonio dejó claro que no tuvo intención de dar muerte a Francisca, quien antes de estos hechos estuvo encarcelada 5 años por agredirle a él también con un cuchillo. "Podía haberla matado si hubiera querido, pero no tenía intención de hacerlo", subrayó el acusado, que reconoció haberle dado "sólo una puñalada" y "en defensa propia", pues mientras discutían "ella tenía otro cuchillo en la mano". El hombre explicó además que si ambos vivían juntos fue porque Francisca le había convencido "con palabras de mujer".

Antonio, que hizo uso de su derecho a pronunciar la última palabra, aseguró que ella "se quería vengar de él" por celos, tras enterarse de que en su ausencia él se había estado acostando "con una íntima enemiga suya". Francisca, para quien se ha fijado una indemnización de 3.390 euros, no llegó a declarar ayer como testigo, pues las partes renunciaron a la práctica de la mayoría de la prueba.

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