Granada

La respuesta a Andrés Ollero en el Congreso llega 19 años después

  • Sin fastos y con retraso, se termina la carretera más demandada en Granada desde los años 80

13 de febrero de 1990. El diputado del PP por Granada Andrés Ollero Tassara introduce una pregunta en la Comisión de Industria, Obras Públicas y Servicios que dice así: "¿Para qué fecha se prevé esté finalizado el desdoblamiento como autovía del tramo Granada-Motril de la N-323?" La respuesta llega ahora, 19 años después, cuando Ollero ya se ha retirado de la política.

Hasta hace menos de un mes ningún miembro de Fomento o del PSOE se atrevía a dar una fecha para la terminación del que ha sido el proyecto de obra civil más legendario en esta provincia y uno de los que más retrasos ha acumulado en España. Al parecer, la obra se hará realidad el 30 de este mes. Todo un hito que no será adornado con cintas para cortar ni ministros dispuestos a colgarse la medalla. Dadas las circunstancias, hay poco de lo que estar orgullosos.

En los años 80 ya se empezó a reclamar el desdoblamiento en autovía de una carretera que soportaba uno de los mayores flujos de tráfico de toda España y que presentaba un aspecto tercermundista. Sólo hay que recordar el paso por la conocida Venta de las Angustias, un tramo sin arcén, flanqueado por taludes de piedra y lleno de curvas, cual carretera de alta montaña. El viaje de la capital a la Costa era toda una aventura.

El Gobierno socialista de Felipe González recibió peticiones por doquier, pero la lucha más insistente fue la del diputado Andrés Ollero, que hizo de esta empresa casi una causa personal y utilizó el reclamo de la autovía a la Costa como el modo más común de hacer oposición al Gobierno socialista desde Granada.

A su vez, los dirigentes socialistas han aprovechado para hacer toda la sangre posible en el PP, que no consiguió terminar las carretera después de 8 años de Gobierno. El senador por Granada, Manuel Pezzi, declaró en 2006: "Un año más debemos reconocer lo justificada que es la insatisfacción de los ciudadanos". Esto fue justo antes de asegurar que la autovía Granada-Motril estaría terminada en 2008. "Los contratos firmados con las empresas adjudicatarias se tienen que cumplir. Este es el compromiso, incluso en los tramos en los que ha habido algún accidente o incidencia". Pero no pudo ser y de nuevo los plazos se incumplieron.

Han pasado tantos años que el retraso ha salpicado tanto a socialistas como a populares. Todos han tenido tiempo y oportunidad de sacar adelante este arduo proyecto.

Al final será un ministro recién llegado, José Blanco, el que pase a la historia como el que terminó la carretera A-44 Sierra Nevada, que es el último nombre con el que se ha bautizado una autovía que empezó siendo el proyecto Bailén-Motril.

El antiguo Ministerio de Obras Públicas y Transportes terminó el proyecto global de esta autovía en 1994 y se han necesitado 15 años para ejecutar los cuatro grandes tramos en los que se dividió el trazado.

Desde entonces hasta 1999 el Gobierno no comenzó las obras de la autovía en su primer tramo (Alhendín-Dúrcal). Fue un momento muy esperado y se celebró un acto de puesta de la primera piedra presidido por el entonces delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, que ahora, 10 años después, asistirá a la terminación de esa carretera como alcalde de la ciudad.

El ex ministro del PP Francisco Álvarez Cascos fue el que más veces se ha hecho la foto en esta carretera, pues pudo inaugurar dos de los cuatro tramos. El primero en 1998 y el segundo (entre Dúrcal e Ízbor) en 2002, en un día cargado de polémica porque el ministro amenazó con retirar inversiones si no había consenso sobre las infraestructuras en Granada. Un imposible en una tierra como ésta, tan aficionada a los debates estériles.

Hubo que esperar hasta 2008 para que se abriera un nuevo tramo, pero se trató de un momento agridulce porque sólo se pudo poner en servicio el último trayecto hasta la Costa, dejando entre medias sin terminar la parte más costosa de la obra, la que afectaba al paso de la Presa de Rules.

Los granadinos no saben si creer que la inauguración se hará a finales de este mes. Se teme cualquier incidente de última hora que, como siempre, haga imposible este proyecto que parecía imposible.

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