Granada

Los sanitarios muestran su repulsa ante las agresiones

  • Los profesionales se concentran en la puerta de Maternidad tras el ataque del pasado martes

La concentración tuvo lugar a las puertas del centro.

La concentración tuvo lugar a las puertas del centro. / g. h.

Las puertas del hospital Materno Infantil de Granada fueron ayer el escenario de la última muestra de condena y repulsa ante una agresión contra los profesionales de la sanidad pública. Ayer, desde las 10 de la mañana decenas de profesionales sanitarios acudieron a la entrada del centro convocados por la Junta Facultativa y la Dirección del Hospital Virgen de las Nieves.

Los trabajadores, que semana a semana cuentan un nuevo caso de este tipo de ataque en su entorno laboral, se concentraron para condenar la agresión de un joven de 18 años a tres profesionales de Maternidad, dos pediatras y una enfermera, tras conocer que su bebé prematuro había fallecido.

El supuesto agresor está identificado pero todavía no detenido por la Policía Nacional

Los hechos tuvieron lugar este martes cuando supuestamente el joven, que está identificado pero todavía no detenido por la Policía Nacional, que continaba al cierre de esta edición con las diligencias del caso.

CCOO, uno de los sindicatos participantes, manifestó su "honda preocupación" por estos hechos que últimamente "se repiten con una frecuencia inadmisible".

También recordó a la población que el personal del Servicio Andaluz de Salud, "con demostrada profesionalidad y responsabilidad", está para solucionar sus problemas de salud.

Según los últimos datos del registro informático de agresiones del SAS de 2017 facilitados por CCOO, la tasa de ataques en los últimos once años alcanza el promedio de casi dos agresiones y media diarias en la comunidad autónoma andaluza.

Estas cifras denotan, a juicio del sindicato, que las medidas de protección son "ineficaces", de ahí que se demande a la administración sanitaria la revisión del Plan de Prevención y Atención de Agresiones y el incremento de los vigilantes de seguridad en los centros sanitarios. Los hechos sucedieron el martes cuando los tres profesionales comunicaron a un joven de 18 años el fallecimiento de su bebé, de poco más de un mes y medio de vida y con patologías asociadas a su nacimiento prematuro.

La respuesta primero del padre y luego de algunos acompañantes se tradujo en insultos y amenazas, pero también en una agresión física por la que la enfermera requirió puntos de sutura, lesiones que se sumaron a los puñetazos y bofetadas a los médicos.

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