Salud

Una 'terapia génica suicida' para frenar el crecimiento del cáncer

  • Un equipo de la UGR desarrolla un sistema para ayudar a detener tumores como el colorrectal, el de cérvix y el de mama

Una terapia génica suicida para frenar el crecimiento del cáncer

Una terapia génica suicida para frenar el crecimiento del cáncer / Alberto Domínguez

Un equipo de la Universidad de Granada ha desarrollado un sistema de terapia génica para el cáncer capaz de detener la proliferación de células de diferentes tipos de tumores, como el colorrectal, el de cérvix y el de mama, tanto in vitro como en vivo, lo que permite frenar el crecimiento del cáncer.

El sistema, basado en la toxina 'LdrB', ha sido patentado y descrito en la revista científica Cancers, según ha informado la Universidad de Granada.

La terapia génica suicida consiste en introducir a nivel celular un gen que no es propio del organismo o que es defectuoso en él.

Una vez dentro de las células, el gen actúa logrando el efecto deseado, en el caso de este estudio, inducir la muerte a las células tumorales.

Según los investigadores, la LdrB es una toxina bacteriana que hasta la fecha no se había estudiado en humanos.

El gen que codifica esta toxina es trasladado hasta las células tumorales a través de un vehículo molecular (basado en la tecnología Tet-ON 3G) y se utiliza un antibiótico (la doxiciclina) como elemento de inducción de la expresión del gen.

Al actuar dentro de las células tumorales, la toxina LdrB detiene el ciclo celular e induce la muerte celular programada con la formación de poros en las células tumorales.

Otra de las ventajas de este sistema, explican, es que expresa fluorescencia, lo que permite rastrear las células tumorales en caso de metástasis y le confiere además de una función terapéutica y otra diagnóstica que lo hace "muy prometedor" para su posterior aplicación en humanos.

Según los investigadores, el nuevo sistema es una prueba de concepto de la potente capacidad antitumoral de la toxina LdrB como sistema de terapia génica contra el cáncer, tanto in vitro como in vivo.

Actualmente, los investigadores están trabajando para dirigir específicamente esta nueva herramienta terapéutica hacia células tumorales en general y células madre cancerígenas en particular mediante promotores tejido-específicos para aumentar su eficacia y bioseguridad.

La toxina LdrB indujo una pérdida severa de proliferación de tumores de cáncer colorrectal in vivo similar a la producida por los principales fármacos de quimioterapia utilizados como el Fluorouracilo o Folfox, pero sin causar ningún efecto secundario, a diferencia del producido por la quimioterapia convencional que ha demostrado tener múltiples efectos secundarios, como náuseas, pérdida de pelo e incluso infertilidad.

Este estudio, que ha contado con la financiación de la Fundación Mutua Madrileña, ha sido realizado por un equipo de científicos liderado por Houria Boulaiz Tassi, del grupo de investigación ‘Terapias avanzadas: Diferenciación, Regeneración y Cáncer’ de la Universidad de Granada

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