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Los rectores de las universidades andaluzas piden concreción y planificación en el diseño del nuevo modelo de financiación

  • Los responsables de las instituciones de educación superior señalan que la propuesta presentada por la Consejería "no se corresponde" con lo que exige la Ley Andaluza de Universidades

Aula de la UGR.

Aula de la UGR. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Los rectores de las universidades públicas andaluzas han hecho público un comunicado en el que insisten en la necesidad de que un nuevo modelo de financiación que. La novedad es que el posicionamiento llega después de que la Junta haya planteado una propuesta de financiación, a la que los rectores insisten en reclamar que se cubra al 100% los capítulos 1 y 2, los gastos de personal y los corrientes. Se trata de una reivindicación de años por parte de la Universidad de Granada, como ha formulado en numerosas ocasiones su rectora, Pilar Aranda, que incluso ha reconocido que dinero de investigación ha debido destinarse a cubrir los gastos corrientes de la Universidad ante la infradotación presupuestaria.

Así, en el comunicado (que llega un día después de que la Consejería de Universidades anunciara una ronda de contactos con los rectores), expresan que que el "funcionamiento básico y de calidad para las Universidades públicas andaluzas sólo puede garantizarse si estas disponen de los recursos necesarios".  "Durante los últimos años, el Sistema Universitario Público Andaluz ha insistido reiteradamente a los distintos gobiernos de la Junta de Andalucía sobre la necesidad de disponer de un modelo de financiación, no sólo porque estamos llamados a tenerlo de acuerdo con la Ley Andaluza de Universidades (LAU), sino porque es un instrumento imprescindible para dotar a las universidades públicas andaluzas de una certidumbre financiera de la que ahora carecen".

"Desde el primer borrador que se presentó a las Rectoras y los Rectores en octubre de 2019, hasta la última versión recibida hace sólo unos días (titulada Bases del Modelo de Financiación Pública Ordinaria del Sistema Universitario Público Andaluz 2022-2026), venimos insistiendo en que la propuesta no se corresponde realmente con un modelo de financiación tal como recoge la LAU, pues no responde definitivamente a todos los principios básicos antes referidos. En realidad, se trata de un modelo de reparto que solo podría considerarse completo cuando viniese acompañado de un horizonte financiero plurianual que permita, por un lado, una planificación de la actividad de las universidades en sus diferentes ámbitos de actuación y, por otro, una senda de crecimiento a partir de la cual pueda garantizarse una cobertura suficiente de las necesidades presentes y futuras de las Universidades", puntualiza el comunicado.

"Solo la definición de esta senda podría ayudar a aliviar la gran preocupación existente en las universidades sobre la suficiencia financiera del sistema universitario andaluz. Para alcanzar esta, consideramos imprescindible que los gastos de los capítulos 1 y 2 ejecutados en el año precedente queden garantizados al 100% para el siguiente", añade la nota.

"Aun siendo conscientes de que las decisiones presupuestarias son en último término aprobadas por el Parlamento de Andalucía, estimamos muy necesario que se establezcan cuantos antes estas garantías y que se diseñe un horizonte estratégico completo, informando a las universidades sobre la totalidad de los programas de apoyo a las mismas (planes plurianuales de inversión, ayudas de investigación, becas para la internacionalización, etc.). Solo así se podrá conformar un proyecto coherente y encaminado a la consecución de objetivos sociales compartidos", reclaman los rectores.

"Por otro lado, este documento inicial se corresponde con la primera de las dos fases en las que la Junta de Andalucía ha dividido el procedimiento para la aprobación del modelo. Esta primera fase responde a criterios generales, y por lo tanto incompletos, siendo necesario que la Consejería atienda a las inquietudes y propuestas de las Universidades para definir y concretar todos los elementos que lo componen: fórmulas, parámetros e indicadores que las conforman y coeficientes de ponderación. En esta segunda fase, que resultará decisiva, se deberían contemplar aquellas peticiones de las universidades que aún no se han tenido en cuenta, sobre todo en materia de investigación, productividad del personal, y calidad de la docencia. Este trabajo se debe realizar con el soporte técnico adecuado y sobre la base de simulaciones con números reales que permitan valorar adecuadamente las consecuencias financieras del nuevo modelo en cada una de las universidades", asevera el texto, que indica que las instituciones abordan la tarea de dar a luz un nuevo modelo de financiación con "lealtad institucional".

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