Los alumnos tomarán las riendas de la futura Casa del Estudiante, que se concibe precisamente como un centro gestionado "por los estudiantes y para los estudiantes". El Vicerrectorado de Estudiantes ya está trabajando en el proyecto y buscando un local donde pueda ubicarse. En principio, se pretende que esté situado en una zona relativamente céntrica. "Se trata de que no esté adscrito a un campus en concreto, porque es algo que deben disfrutar todos los estudiantes en condiciones de igualdad", explica la vicerrectora, Inmaculada Marrero.

A la hora de realizar un trabajo en grupo o de organizar una reunión para debatir un asunto, este centro les brindará la oportunidad de tener un espacio propio al que acudir. No se trata de una sala de estudio, sino de un concepto mucho más amplio, que no se limita al ámbito académico, sino que se extiende también a otro tipo de actividades culturales, asociativas, de intercambio de ideas... Puede servir como local de ensayo para grupos de música o de teatro, por ejemplo, o como lugar de reunión para una asociación estudiantil, así como acoger una exposición de obras realizadas por los estudiantes, entre otras muchas posibilidades, que incluirán también la conexión gratuita a Internet. Además, habrá un tablón de anuncios pensado para el intercambio de libros o la reutilización de objetos.

En realidad, serán los propios universitarios los que decidan finalmente los usos que se le dará al centro y administrarán el espacio y el tiempo. "Nosotros queremos asistirles y darles los medios, no imponerles un régimen", afirma la vicerrectora. "Confío plenamente en que son lo suficientemente responsables y totalmente capaces de buscar las formas y organizarse para darle un uso razonable", añade. "Estamos acostumbrados a que tomen parte de lleno en el gobierno y la gestión de la Universidad. De hecho, en este vicerrectorado, cinco de los nueve directores de secretariado son estudiantes", apunta.